El autor describe cómo la modernidad trajo el método científico y la idea de que Dios debe ser comprobable, llevando al racionalismo y al liberalismo que omitían la existencia de Dios. La postmodernidad continuó este proceso de secularización a través de la tecnología y los cambios en la estructura laboral. El autor, un profesor español de filosofía, examina estos cambios en los valores religiosos.