La neuroeconomía supone una alternativa al modelo clásico de la economía que asume la racionalidad perfecta de los agentes. Se basa en los trabajos de Daniel Kahneman y Richard Thaler, quienes demostraron que los sesgos cognitivos afectan las decisiones. La neuroeconomía estudia estos sesgos y cómo pequeños empujones o "nudges" pueden influir en las decisiones sin coerción.