1. La nutrición en los animales
BIOGRAFÍAS UNIDAD
4. Iván Pávlov
Iván Petróvich Pávlov, nació en Riazán, Rusia, en 1849, y murió en Leningrado, hoy San
Petersburgo, Rusia, en 1936. Era hijo de un pope religioso ortodoxo, y, por indicación de
su padre, cursó inicialmente estudios de Teología, que abandonaría para estudiar Medicina
y Química en San Petesburgo. Pávlov culminó sus estudios en Alemania, ingresando
después, como profesor de Fisiología, en la Academia de Medicina Imperial de San
Petersburgo en 1890, donde llegaría a ser catedrático.
Antes de la Revolución Rusa, llegó a ser director del departamento de Fisiología del Insti-
tuto de Medicina Experimental, en cuyos laboratorios trabajó más de cuarenta y cinco
años en diversas investigaciones. Entre ellas resultaron célebres las que se referían al
1.2. Aparato digestivo de los vertebrados
aparato digestivo y a los reflejos condicionados.
Pávlov inventó y elaboró novedosas técnicas en la investigación fisiológica con las que
pudo realizar importantes estudios sobre las funciones digestivas, entre las que destaca-
ron sus investigaciones sobre el páncreas, el hígado y las glándulas salivales. Sus investi-
gaciones más notables y conocidas en este campo fueron las relativas a la actividad
secretora del estómago, que representan una de las más importantes conquistas científi-
cas del siglo XIX y valieron a Pávlov el premio Nobel en 1904, además de la prestigiosa
medalla Copley, en 1915.
Pávlov trabajaba experimentalmente con perros, a los que incomunicaba del exterior. En
sus investigaciones, descubrió que determinadas secreciones salivales tenían su origen
en factores psíquicos. Cuando un perro escuchaba las pisadas de la persona que habi-
tualmente venía a alimentarlo, comenzaba a salivar antes de que se le ofreciera la comida;
pero, si las pisadas eran de un desconocido, el perro no salivaba.
Así, Pávlov afrontó su famoso experimento, consistente en tañer una campana inmedia-
tamente antes de dar el alimento a un perro, para concluir que el perro, en un acto reflejo,
empezaba a salivar al oír el sonido habitual, aunque hubiese comido unos minutos antes.
Al estudiar la capacidad del animal para diferenciar los estímulos y de responder a ellos,
Pávlov abrió nuevos caminos a la psicología, a la psiquiatría e incluso a la pedagogía,
dado que podía pensarse que toda forma de educación se basada en la formación de los
reflejos condicionados.
Igualmente, a partir de sus trabajos, tomó cuerpo una escuela psicológica, la conductista,
basada en las leyes del condicionamiento clásico, y que ha tenido gran cantidad de deri-
vaciones a lo largo del siglo pasado. Estas tesis se extendieron con rapidez en Estados
Unidos, abriendo paso a una visión fisiológica de la psicología (ya iniciada por el filósofo
alemán Ernst Heinrich Weber).
La llegada del comunismo a Rusia no afectó las investigaciones de Pávlov. A pesar de no
ser afecto al nuevo régimen, los comunistas, valorando su valía científica, no dudaron en
aplicar la teoría del reflejo condicionado de Pávlov en el sistema carcelario soviético,
en situaciones de condicionamiento a seres humanos.
En los años treinta, Pávlov volvió a realizar un anuncio significativo: se trataba del principio
según el cual, la función del lenguaje humano es resultado de una cadena de reflejos
condicionados que contendrían palabras.
Resulta paradójico que una de las personas más influyentes en el campo de la psicología,
nunca se considerase un psicólogo, y que hasta el fin de sus días sostuviera que él era un
fisiólogo.
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