El contrato de comisión es un contrato de intermediación mercantil utilizado cuando una empresa requiere intermediarios para operaciones puntuales. Se caracteriza por gestionar intereses ajenos de forma mercantil, encomendando operaciones aisladas a un comisionista a cambio de una remuneración. Ofrece ventajas como auxiliar a las empresas en la comercialización sin contratar intermediarios como empleados, pagando comisiones en base a resultados obtenidos.