4. • La educación es la piedra angular de cualquier revolución
socioeconómica. Sin embargo, el cambio vertiginoso de las
últimas décadas, catalizado por la revolución tecnológica, exige
un replanteamiento del sistema educativo. La escuela
tradicional se enfrenta a la necesidad urgente de transformación
para estar a la altura de la Sociedad del Conocimiento.
• En el siglo XIX, la Revolución Industrial demandaba
trabajadores especializados en tareas repetitivas. La educación
tradicional respondió con un modelo centrado en el profesor,
quien enseñaba a los alumnos a realizar tareas rutinarias y
memorizar contenidos. Ambos modelos, hoy obsoletos.
5. • La Sociedad del Conocimiento, como sugiere Peter Drucker,
requiere de pensadores críticos, innovadores y capaces de
aprender continuamente. La educación debe centrarse en la
solución de problemas, creatividad y habilidad de aprender a
aprender. Considero y es evidente que, hoy en día querer
imprimir en el alumno la esencia de un ente uniformado y
alienado, que se acomode en una empresa en la que podría
trabajar hasta jubilarse, está fuera de contexto.
6. • En la concepción vanguardista de la educación, es un error
equiparar un perfil de egreso con la expectativa de un producto;
la educación de personas NO es producción en serie, no es
adecuado aplicar la misma receta para todas las instituciones,
grupos y personas; el centro debe ser el aprendiz, no el que
enseña.
7. • Más allá de la metodología en que se base cualquier institución
educativa, hoy es mucho más importante enfocarse en el
alumno, ofrecerle una formación integral y humanista que
garantice aciertos conductuales y metacognitivos. Promover
seguridad y confianza tendrá como resultado mejores relaciones
interpersonales.
• Es necesario reconocer que las instituciones educativas (en
general) no se han adaptado a estos cambios. A menudo, los
estudiantes todavía aprenden en aulas estándar, donde la
memorización de conceptos sigue siendo la estrategia principal
de aprendizaje.
8. • Debemos entender que, preparar a los estudiantes para la
Sociedad del Conocimiento no es simplemente dotar las aulas
con las últimas tecnologías.
• Se trata de transformar la manera de enseñar y aprender, y
diseñar modelos que fomenten la colaboración; el ritmo en el
que se han transformado las necesidades sociales y la demanda
laboral, presenta un enorme desfase que no permite la
renovación de la educación. Los usuarios de los servicios
educativos y los objetivos, no son los mismos de hace 50 o 100
años.
9. • Nuestra tarea como mentores es formidable y siempre
perfectible. La dimensión de los retos es tan grande, como los
beneficios que traerá una apuesta educativa más adecuada.
• Por ello, se pretende que la educación moderna y con visión de
futuro incluya valores y pilares fundamentales que prepararen a
las nuevas generaciones a enfrentar los desafíos del mundo;
estos son:
10. Aprendizaje permanente para la vida.
• La educación vista como un proceso continuo de aprendizaje a
lo largo de toda la vida, no solo como una etapa de formación
inicial. Los estudiantes deben ser motivados a adquirir
habilidades y conocimientos constantemente, para ajustarse a
los cambios de la sociedad y el mercado laboral.
11. Innovación y creatividad
• Deben ser fomentados por la educación para desarrollar en los
estudiantes el pensamiento crítico. Esto les permitirá adaptarse
a situaciones nuevas y complejas, y generar soluciones efectivas
a problemas cotidianos. Desafiar la costumbre y las tradiciones;
promover nuevas alternativas y pensar fuera de la caja.
12. Valores éticos y cívicos.
• Duraderos, profundos y trascendentales, por encima de
caprichos efímeros o apetitos individuales; me refiero al
respeto, la responsabilidad, la honestidad y la justicia, para
formar ciudadanos comprometidos con su comunidad, su país y
el mundo.
13. • En conclusión, la educación de vanguardia debe ser adaptativa,
enfocarse en el desarrollo de competencias, ser humanista y
centrarse en la persona; un proceso continuo de aprendizaje,
que genere innovación, valores éticos y oportunidades de
internacionalización en un mundo con cada vez menos fronteras
intelectuales. Fomentar el pensamiento crítico y la comprensión
de la diversidad cultural.
• ¿Acaso no merecemos (y merecen ser) futuros profesionistas
que sepan enfrentar los retos y contribuir al desarrollo
sostenible de la sociedad? Docentes, padres y madres,
terapeutas y líderes debemos asumir nuestra responsabilidad y
tomar la iniciativa en este esfuerzo.