Los vasoconstrictores son sustancias que reducen el flujo sanguíneo y proporcionan varias ventajas cuando se usan con anestésicos locales, incluida una anestesia más profunda y duradera. Los vasoconstrictores más comunes en odontología son la epinefrina y la norepinefrina, pero también se usa la vasopresina y sus derivados como la felipresina, que tienen menos efectos secundarios que los simpaticomiméticos.