Este documento define a los países subdesarrollados como aquellos con un bajo PIB per cápita que enfrentan obstáculos estructurales para un crecimiento económico sostenido y altos niveles de desigualdad y corrupción. Las características de estos países incluyen bajos ingresos, problemas sociales que frenan su expansión, economías basadas en la exportación de un solo producto primario, débil infraestructura y talento humano, y alta vulnerabilidad a shocks externos.