Este documento discute la voluntad del pensamiento y su poder para rectificar las desgracias interiores y transformar los pesares en bienes espirituales. Afirma que el destino no tiene influencia sobre lo que ocurre en el alma una vez consumado un hecho, y que el pensamiento puede desarmar a las potencias enemigas. Concluye que todo depende del pensamiento y no del destino, y que el pensamiento sólo depende de uno mismo.