1. FIEBRE MEDITERRÁNEA FAMILIAR
INTRODUCCIÓN
La fiebre mediterránea familiar, o por sus
siglas FBF, es considerada una enfermedad
inflamatoria crónica, de herencia
autosómica recesiva, que pertenece al
grupo de trastornos conocidos como
síndromes autoinflamatorios, los cuales se
caracterizan por episodios recurrentes de
fiebre e inflamación, sin que haya una
infección que explique los síntomas, en
esta categoría encontramos a: el síndrome
de hiper ig-D, síndrome periódico asociado
a factor de necrosis tumoral, síndrome
CINCA, urticaria neutrofílica, síndrome
autoinflamatorio familiar inducido por frío
y al síndrome PAPA.2
Los síndromes
autoinflamatorios son producidos por
mutaciones en genes que controlan la
inflamación como respuesta a la infección
o afectación de tejidos.
La fiebre mediterránea familiar se
presenta, generalmente hasta los primeros
20 años, aunque se han registrado casos
excepcionales donde empieza luego de los
30 años. Esta patología se caracteriza
porque quien la padece cursa con episodios
repetidos y recurrentes de dolor abdominal,
además de distintas formas de serositis
(inflamación en peritoneo, pleura,
pericardio, sinovial o túnica vaginal del
testículo), acompañados de la fiebre
elevada que la define.1
Su nombre se debe
a que la enfermedad afecta
predominantemente a poblaciones
procedentes de la región del mediterráneo
y oriente medio: judíos (especialmente
sefardíes), armenios, turcos y árabes. La
frecuencia de portadores se calcula en 1:5 a
1:7, en la mayoría de estas poblaciones,
considerando la incidencia de enfermos
(homocigotos) de 1 cada 200 individuos,
por población; y cerca de 1 cada 5
personas pueden ser portadores de los
defectos genéticos sin que aparezcan
manifestaciones1
. Algunos autores señalan
que ciudadanos de Estados Unidos, que
descienden de italianos, también tienen un
riesgo aumentado para esta afección.1
DESARROLLO
La fiebre mediterránea familiar fue
descrita, por primera vez, en 1908 por
Janeway y Mosenthal, cuando observaron
que una joven judía de 16 años, tenía
episodios recurrentes de fiebre elevada,
dolor abdominal y leucocitosis2.
En 1945,
Siegal describe 5 casos similares, llamó a
la enfermedad peritonitis paroxística
benigna; y en 1955 Heller et al, usa por
primera vez el nombre de fiebre
mediterránea familiar, debido a la
frecuencia familiar y a su distribución
geográfica.2
2. Esta enfermedad es de carácter cíclico,
evoluciona con periodos de agravamiento y
remisión, los ataques, como la mayoría de
enfermedades cíclicas, pueden estar
separados por días o años, y estar
desencadenados por factores ambientales,
como el estrés y actividad física
exagerada.3
Las personas que tienen FMF, presentan
los siguientes signos y síntomas: fiebre
recurrente, presente en todas las crisis y
que puede llegar a 40ºC; episodios de dolor
abdominal agudo, el cual muchas veces es
difícil de diferenciar con síndromes
quirúrgicos, por lo que se realizan
frecuentemente laparotomías “en blanco”;
serositis, principalmente pleuritis y
pericarditis; artritis, en la mayoría de los
casos se trata de una oligoartritis aguda,
asimétrica, que se resuelve
espontáneamente, pudiéndose confundir
con una artritis reumatoidea. Los episodios
son autolimitados y duran de 1 a 4 días.
Los pacientes se recuperan completamente
al final de cada episodio.
Manifestaciones poco inusuales incluyen:
mialgia febril, eritema tipo erisipela,
vasculitis, púrpura de Henoch-Schönlein,
poliarteritis nodosa, meningitis recidivante
de Mollaret, esplenomegalia, orquitis, entre
otras patologías acompañantes.4
Estas
manifestaciones raras, se presentan con
mayor frecuencia en los niños que padecen
de FMF. Sin embargo, la complicación
más importante de la FMF, es el desarrollo
de amiloidosis, que se produce
principalmente en pacientes que no reciben
tratamiento. El amiloide es una proteína
especial que se deposita en ciertos órganos
(riñones, hígado, intestino, piel, y corazón)
causando una pérdida progresiva de su
función, especialmente de los riñones.5
Han sido identificadas más de 70
mutaciones en el gen MEFV (situado en el
brazo corto del cromosoma 16) que causan
la fiebre mediterránea familiar.6
Unas
pocas mutaciones son defectivas en
pequeños fragmentos de ADN del gen
MEFV, que lleva a la síntesis de una pirina
anormalmente pequeña.7
La mayoría de las
mutaciones en el gen MEFV, sin embargo,
cambian uno o varios aminoácidos de la
secuencia de la proteína3 La mutación más
común cambia el aminoácido metionina
por el aminoácido valina en la posición
694 (escrito Met694Val ó M694V).9
Entre
los pacientes con fiebre mediterránea
familiar, esta mutación particular está
también asociada con un incremento en el
riesgo de desarrollar amiloidosis, una
complicación en la cual depósitos
anormales de proteína pueden llevar a fallo
renal. Algunas evidencias sugieren que
otro gen, llamado SAA1,5 puede modificar
el riesgo de desarrollar amiloidosis entre
pacientes con la mutación M694V.67
3. Las mutaciones en MEFV llevan a
cantidades de pirina reducidas o a
proteínas malformadas que no pueden
desarrollar su función correctamente.
Como resultado, la pirina no puede
desarrollar su supuesto papel en el control
de la inflamación, llevando a respuestas
inflamatorias inapropiadas o demasiado
prolongadas.7
Para el diagnóstico de esta patología se usa
utilizan un análisis de sangre que incluye:
conteo sanguíneo completo (CSC), niveles
de reactantes de fase aguda como la
proteína C-reactiva para verificar si hay
inflamación, tasa de sedimentación
eritrocítica (ESR) y examen de fibrinógeno
para verificar la coagulación de la sangre;
además del conteo de glóbulos blancos. 10
La fiebre mediterránea familiar no tiene
cura, lo único que se hace es mejorar la
condición de la persona que la padece
mediante el control de los síntomas.9
La
colchicina, un medicamento que reduce la
inflamación, puede ser útil durante un
ataque y puede prevenir ataques
posteriores. También puede ayudar a
prevenir una complicación seria llamada
amiloidosis sistémica, que puede ocurrir en
pacientes con FMF como ya se mencionó.
Los AINES se pueden utilizar para tratar la
fiebre y el dolor.9
CONCLUSIÓN
La fiebre mediterránea familiar (FMF) es
una enfermedad inflamatoria crónica,
hereditaria, autosómica recesiva, que
pertenece al grupo de trastornos conocidos
como síndromes autoinflamatorios.
La FMF es causada, en la mayoría de las
ocasiones, por mutaciones en el gen
MEFV, que modula la expresión de
pirógenos y factores pro inflamatorios
como IL-1 y TNF.
La FMF debe su nombre a que es frecuente
en descendientes de poblaciones
mediterráneas, del norte de África, Israel,
Turquía, Armenia y países árabes.
La FMF no tiene cura, pero se tratan los
síntomas para mejorar la condición de las
personas que la padecen.
Foto tomada de: Medline Plus
4. BIBLIOGRAFIA
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Medline Plus
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