Este documento resume la teoría de los bloques funcionales y la formación del pensamiento humano propuesta por Alexander Luria. Describe los tres bloques funcionales que contribuyen a las funciones mentales de forma jerárquica: el bloque de proyección que controla procesos básicos, el bloque de proyección-asociación que procesa información sensorial, y el bloque de superposición que programa y regula las actividades mentales. La teoría de Luria integra enfoques localizacionistas y funcionalistas para entender el cerebro como una red neuronal din
Mecanismo de trabajo de parto en presentación de cefalica de vértice
TEORÍA DE LOS BLOQUES FUNCIONALES Y LA FORMACIÓN DEL PENSAMIENTO HUMANO
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XI MÓDULO: ATENCIÓN INTEGRAL AL ADULTO III
ENSAYO: TEORÍA DE LOS BLOQUES FUNCIONALES Y LA
FORMACIÓN DEL PENSAMIENTO HUMANO
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA METROPOLITANA
PROFESOR: LLORET RIVAS
ALEJANDRO
ALUMNA: ORTEGA ORTIZ
CORINA
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ÍNDICE
I. INTRODUCCIÓN
II. ASPECTOS HISTÓRICOS SOBRE LAS FUNCIONES
CEREBRALES
III. NEUROPSICOLOGÍA DE LURIA
IV. BLOQUES FUNCIONALES
V. CONCLUSIÓN
VI. BIBLIOGRAFÍA Y CIBERGRAFÍA
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I. Introducción
El presente ensayo revisa las propuestas del padre de la neuropsicología,
Alexander Luria sobre las funciones cerebrales, que permiten relacionar lo
anatómico con lo funcional y ver al cerebro como un “todo único”.
Se hace mención de la influencia socio-cultural de Vygotsky sobre Luria y de las
investigaciones a lo largo de la historia que buscaban lograr lo que Luria postulo;
sobre todo la diferencia tan marcada que hubo entre las teorías localizacionistas y
funcionalistas, que aún en nuestra época son motivo de debate.
También se integran los aspectos evolutivos del ser humano que lograron
desarrollar el lenguaje por la necesidad de comunicarse y transmitir experiencias;
así como la corteza frontal y la plasticidad cerebral que logran diferenciarnos de
los demás animales.
La teoría de los bloques funcionales describe una organización de forma
ascendente que consiste en tres zonas superpuestas: el área de proyección, de
proyección-asociación y de superposición.
En la actualidad, los conceptos de Luria continúan utilizándose para entender
cómo funciona el cerebro, y son la base para los investigadores que continúan su
legado.
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II. Aspectos Históricos sobre las funciones cerebrales
Desde tiempos inmemorables el hombre ha intentado localizar anatómicamente
las áreas relacionadas con los procesos y funciones mentales; así Hipócrates y
Crotón nombraron al cerebro como el órgano principal del raciocinio, Galeno y
Herófilo propusieron que los estímulos recibidos del ambiente entraban a los
ventrículos del cerebro en forma de fluido por los ojos, y que estos se unían a los
demás fluidos vitales constituyendo un “fluido psíquico” que conservaba la vida
espiritual; estas ideas junto con la afirmación de Nemesio de la existencia de 3
ventrículos (encargados de la imaginación, la memoria y el intelecto) siguieron
vigentes, hasta el desarrollo de la anatomía descriptiva y de la psicología;
anatomistas, médicos y pensadores del siglo XVII y XVIII buscaban el órgano
cerebral responsable de los procesos y funciones psíquicas (Mora MJ, 1998).
De forma hipotética, los anatomistas fueron los que empezaron a localizar estas
zonas encargadas de los procesos y funciones psíquicas. A. Mayer afirmaba la
ubicación anatómica de funciones mentales como memoria, razón y voluntad, y
suponía que el cerebelo integraba todas estas funciones. Por otra parte el
anatomista y fisiólogo Franz Gall presento la teoría de la frenología argumentando
que al estudiar la composición física del cráneo se podrían localizar áreas del
comportamiento, capacidades y habilidades en los seres humanos (figura 1).
Figura 1. Mapa frenológico de F. Gall (Fowler OS, 1845)
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La frenología promovió la teoría localizacionista al tratar de relacionar un área
anatómica particular con una función específica; más tarde surge la teoría
funcionalista (antilocalizacionista) de M. Flourens que consideraba al cerebro
como un “todo único”, lo veía de una forma integral en la que múltiples áreas
interactuaban en las actividades cerebrales; al basarse en experimentos con aves,
sustituyo las afirmación hipotéticas de la teoría localizacionista con el experimento
científico (Garcia R, 2014).
Muchos investigadores aportaron fundamentos por una u otra teoría, tales como P.
Broca, K. Brodmann, Bouillaud, W. Penfiel y K. Wercnike (Garcia R, 2014); la
teoría localizacionista fue teniendo más auge por las investigaciones en enfermos
con lesiones focales, se describieron centros corticales especializados en la
memoria visual, el lenguaje y la escritura.
Posteriormente surgió tecnología innovadora en métodos de imagen (TAC, RNM,
RNMf, SPECT y PET) que logró establecer una visión estructural detallada del
cerebro (Cardinali DP, 2007).
En la neuropsicología hubo innumerables avances con las investigaciones de
Benton, Teuber, Milner, Halstead y Reitan que crearon y estandarizaron muchas
pruebas psicológicas que ayudaron al estudio de las funciones cerebrales, y a
fundamentar la organización funcional del Sistema Nervioso Central (SNC) en
conexiones; además de la gran contribución al desarrollo de la neuropsicología
soviética por Vygostky LS, Leontiev AN y Luria AR (Haramboure O, 2010).
Estudiaron la interacción de los procesos físicos y sensoriales con las fuerzas
culturales para producir las funciones psicológicas de los adultos, Con un enfoque
socio-cultural, veían el psiquismo como una función cerebral mediada por la
historia social, tomando importancia del papel que tenía la adquisición del lenguaje
y el habla en el desarrollo de los procesos psicológicos.
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Luria fue el más destacado de los tres, es considerado uno de los padres de la
neuropsicología, por las investigaciones que elaboró sobre la teoría de la
localización de las funciones psicológicas superiores del hombre, que denominó
teoría de la “Localización sistémico-dinámica de las funciones” (Bauselas HE,
2006).
En la actualidad, los conceptos de A.R. Luria contribuyen al entendimiento de la
organización funcional del SNC, además de los que continúan su legado como
Christensen, Khomskaya, Stuss y Benson (Bauselas HE, 2006).
III. Neuropsicología de Luria
En su trabajo “La actividad consciente del hombre y sus raíces socio-históricas”,
Luria estableció que el pensamiento humano no debía compararse con el de los
animales, ya que estos tenían conductas mecánicas y el humano era consciente
de lo que hacía; además de que la principal diferencia entre el ser humano y otros
animales radica en el desarrollo de la estructura, funcionamiento y tamaño del
cerebro; aunque actualmente este desarrollo se base en la plasticidad cerebral y
ya no tanto en su crecimiento (Tirapu, 2002).
Luria clasificó las sensaciones en dos tipos: las protopáticas, que son actividades
mecánicas y primitivas encaminadas a la mera supervivencia, como el instinto,
que sirve ya sea para la extinción o para la evolución; y las epicríticas, que son las
resultantes de la adaptación al entorno. Sin embargo la consciencia humana va
más allá de estas sensaciones, “va sobre las formas mismas del pensamiento sin
limitarse a la comprensión de su contenido o a la descripción de sus procesos
evolutivos (Vázquez AR, 2006)”; el pensamiento humano es concreto y abstracto.
Luria (Vázquez AR, 2006) menciona que “la imaginación es reproductora y
creativa, motivadas ambas por las experiencias en relación al lenguaje y
pensamiento”. El lenguaje es el resultado de la experiencia socio-cultural y la
evolución humana.
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El ser humano comenzó a utilizar sus manos para manipular objetos con precisión,
cambió su cintura pélvica y escapular, el fémur y la columna vertebral; esto para
mantener la posición erecta; también desarrolló la visión estereoscópica, el olfato y
el gusto; comenzó a vivir de forma gregaria, en sociedad, ya no necesitaba del
instinto; desarrollo interconexiones cerebrales y le surgió la necesidad de
transmitir sus experiencias generando de esta forma el lenguaje, la historia y la
cultura (Lloret, 2014).
Este tipo de adaptaciones promovieron la capacidad de conciencia y
autoconciencia; el pensamiento de tipo anímico, que no es más que el
entendimiento de que algún día morirás, el recordar el pasado, el estar consciente
del presente y el inferir sobre el futuro.
Sólo por medio del lenguaje el hombre es capaz de crear representaciones
simbólicas sobre sí mismo y el mundo que le rodea, lo aprende desde la infancia y
continúa a través de toda su vida.
A pesar de que Luria reconoció los componentes cerebrales prefirió abordar al
cerebro y el sistema nervioso desde una perspectiva funcionalista y describirlo
como “un todo único”, en el cual “los procesos mentales humanos son sistemas
funcionales complejos, que no están localizados en áreas estrictas, circunscritas,
del cerebro, sino que tienen lugar a través de la participación de grupos de
estructuras cerebrales que trabajan concertadamente, cada una de las cuales
efectúa su particular aportación a la organización de este sistema funcional” (Luria
AR, 1974).
Cuerpo
(Instinto)
Soma
(Conciencia)
Persona
Lenguaje
Cultura
Historia
Hominización Humanización
Figura 2. Ontogenia del individuo (modificado de Lloret, 2014)
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IV. Bloques Funcionales
El sistema funcional es un complejo de estructuras dinámicas; una gran red
neuronal que conforma el origen de su funcionamiento gracias a la capacidad de
interconectarse consigo mismo (plasticidad) (Sancen F, 2014).
La teoría neuropsicológica de Luria, influenciada en parte por Vygotsky, establece,
tres bloques biológicos que contribuyen de forma específica a las acciones del
sistema funcional, en los que la actividad cerebral ocurre de manera diferenciada y
jerárquicamente de forma ascendente a formas superiores corticales (Bausela HE,
2008).
A continuación se describen los tres bloques funcionales de Luria:
• Primer bloque funcional (de proyección). Su función principal es “la
activación cortical, los ciclos vigilia-sueño, los patrones innatos de
conducta, las emociones y la elaboración de los procesos de memoria”
(PIEN-TB, 2013), está compuesto por la formación reticulada del tronco del
encéfalo, el mesencéfalo, el hipotálamo, el sistema límbico, el SARA, y
tiene numerosos departamentos de control como son las diversas
regulaciones emocionales, ciclos de sueño y vigilia, comportamiento
alimentario, entre otros.
• Segundo bloque funcional (de proyección-asociación). Formado por los
lóbulos parietal, temporal y occipital; se encarga primordialmente de recibir,
procesar (analizar y sintetizar) y almacenar la información sensorial, la cual
puede dividirse a su vez en sensitiva, auditiva y visual.
• Tercer bloque funcional (zona de superposición). Es la unidad de
programación, regulación y verificación de las actividades mentales, en
grosso modo es la revisión constante de la conciencia y la regulación de la
conducta que se ubican en los lóbulos frontales (Bausela HE, 2010).
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Esta teoría debe relacionarse con los demás modelos sobre la función cerebral,
como los “filogenéticos, ontogenéticos, jerárquicos citoarquitectónicos y los
modelos que intentan realizar una síntesis de las funciones cerebrales para llegar
a la experiencia mental, el “yo” y la autoconciencia” (PIEN-TB, 2013).
Figura 3. Bloques Funcionales (PIEN-TB, 2013)
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V. Conclusión
De acuerdo con lo comentado en clases y con fundamento en la teoría de Luria,
cualquier actividad mental necesita la participación conjunta de los bloques
funcionales; indudablemente es dependiente del desarrollo filogenético y
ontogenético del ser humano; y tiene una base socio-cultural, que depende de la
adquisición del lenguaje y habla; por lo que no pueden existir ni desarrollarse
como tal las funciones mentales sin la interacción social.
Los bloques funcionales nos permiten acercarnos a la comprensión del
funcionamiento de la gran red que constituye el cerebro y el sistema nervioso
como tal, que a la vez es específica y limitante como las áreas de Wernicke y
Broca pero también logra trabajar en conjunto para conformar el sistema funcional.
En lo personal los bloques funcionales propuestos por Luria me parecen muy
útiles, pueden utilizarse para entender muchas alteraciones neurológicas como la
afasia, además que logran unir las ideas localizacionistas con las funcionalistas. Y
Luria es ejemplar, fue el máximo exponente de la neuropsicología soviética,
investigo también sobre el lenguaje, la memoria y el aprendizaje; y no solo se
limitó al aspecto psicológico; sino también al médico, trataba de trabajar
conjuntamente con ambas materias de forma interdisciplinaria.
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VI. Bibliografía y cibergrafía
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continuadores de su legado. Revista de Historia de la Psicología. 27 (04),
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Médica Panamericana.
5. Fowler O.S. (1845). American Phrenological Journal. 7(04), 97-128
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8. Lloret AR.(2014). Desarrollo filogenético y ontogenético de la vida mental
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Fontanella.
10.Mora MJ. (1998). El modelo de las tres unidades funcionales del cerebro de
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12.Sancen F. (2014). Conocimiento, conciencia y neurociencias desde la
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13.Tirapu UJ, Muñoz CJ, Pelegrín VC. (2002). Funciones ejecutivas: necesidad
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14.Vázquez AR. (2006). Vygotsky y Luria. Dos aliados, dos amigos, dos vidas:
un acuerdo teórico-práctico sobre la mente y el protagonismo de lo social
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