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Artículo escritura en espejo alonso blog
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ESCRITURA EN ESPEJO O ROTACIÓN
Es frecuente que niños/as en edad de aprendizaje de
la lectoescritura realicen la grafía de ciertas letras
(por ejemplo la letra S, P ,D) y números (5,7) rotados
sobre su eje vertical, es lo que se llama escritura en
espejo o rotación. Por lo general, esta escritura en espejo se produce con una sola grafía de la palabra y no
con todas, y además no impide que el niño/a sea capaz de leer lo que ha escrito correctamente o de
resolver sumas y restas sin que le afecte esta rotación de letras o números.
Posibles causas
No existe una explicación única a este fenómeno, sino que podemos hablar de varias causas que pueden
estar detrás de la rotación o escritura en espejo:
- En muchos casos, este hecho es debido a una inmadurez neurológica en el alumno/a (hasta los 7 años) en
los procesos relacionados o que intervienen en la escritura: esquema corporal, lateralidad, visomotricidad,
coordinación óculo manual, etc. Algunos alumnos/as se encuentran más inmaduros/as y tardan más en
alcanzar un desarrollo óptimo para la escritura presentando dificultades como la escritura en espejo. Estos
síntomas suele remitir evolutivamente en la mayoría de los casos, en otros continuarán presentes.
- El alumno/a puede presentar problemas a nivel perceptivo visual. Es decir puede presentar dificultades
para discriminar, diferenciar y reconocer las letras como signos gráficos. Cada letra tiene unas
características gráficas distintas a las otras, así como una direccionalidad propia, y es precisamente en
diferenciar dichas características en lo que pueden fallar estos alumnos/as. Así mismo, pueden presentar
dificultades de organización espacial, es decir, presentan fallos a la hora de trascribir la imagen mental de la
letra que posee al papel o fallos incluso a la hora de copiar letras según un modelo.
Se trata de niños/as que, para reconocer un signo gráfico, toman en cuenta la forma de sus elementos más
que a su dirección. Una “bolita” y una “raya” pueden bastar para trazar una “b”, que será “b” para ellos
aunque hayan trazado “d”. No ven esto como problema porque la totalidad de la palabra dice lo que ellos
quieren (en el caso del ejemplo, “doca” está diciendo, para ellos, “boca”).
- Muy relacionado con lo anterior se encuentra el hecho de
que el alumno/a puede presentar una lateralidad aún no
definida en su totalidad, así como dificultades de organización
espacial (reconocimiento de derecha e izquierda). Estos
alumnos/as suelen tener dificultades en proyectar su
lateralidad al papel. Es decir, necesitan todavía reforzar la
organización del espacio plano (el de la hoja de papel), que
para efectos de la lectura y escritura debiera tener lados
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(izquierda, derecha; arriba, abajo) y direcciones (de izquierda
a derecha, de arriba abajo). Estas dificultades pueden tener
su originen en las propias dificultades de lateralidad y
organización espacial del alumno/a o en el hecho de que
nunca han sido guiados para ello. Así mismo también puede
influir la presencia de lateralidad cruzada (por ejemplo,
predominancia de mano diestra, pie diestro y ojo zurdo).
- También puede ser debido al hecho de que el alumno/a
presenta determinadas carencias o lagunas producidas por
una posible deficiencia durante la etapa de iniciación a la
lectoescritura o en el periodo de aprendizaje:
No se detectó en la etapa de educación infantil las dificultades del alumno/a relacionadas con lateralidad,
organización espacial, forma y direccionalidad de las grafías, etc.
No se dedicó un tiempo específico para trabajar con este alumno/a y enseñarle la forma y dirección de
las grafías. De este modo, el alumno/a formó modelos psicomotrices equivocados que se traducen en la
actualidad en escritura en espejo o rotaciones cuando escribe de forma autónoma.
En algunas ocasiones es posible que sólo se trabajara con la pizarra. Esto es importante porque la
memoria visual mantiene una imagen tan poco tiempo que, cuando el niño/a ve un signo en la pizarra al
bajar la mirada a su cuaderno este ya desapareció.
- Suele llamar la atención que esta escritura en espejo aparece frecuentemente en palabras muy comunes
para el alumno/a, incluso en su propio nombre. Este puede ser debido a que la familiaridad trae por
consecuencia una mayor automaticidad en la escritura y por lo tanto un menor cuidado.
- Si bien las rotaciones aparecen con más frecuencia cuando se escribe en forma no ligada, esto no quiere
decir que el estilo de letra sea el causante. Lo que sucede en que la escritura no ligada está dando
oportunidad para que se exhiban problemas que de otra manera no habrían sido vistos o que podrían
afectar de otros modos en las situaciones en que se usa la escritura ligada.
- Esta escritura en espejo puede darse también en base a posibles causas oftalmológicas: el astigmatismo,
que dificulta la visión, puede producir incomodidad en los niños/as para examinar detalles en signos que no
les son familiares; igualmente, la poca discriminación de fondo y forma, y así otras. Por ello es primordial
como primer paso a seguir, si no se ha hecho con anterioridad, la revisión de la visión del alumno/a.
- Por último, también pueden influir aspectos
motivacionales, sociales y emocionales. Nuestra escritura
refleja nuestro estado emocional y en muchas ocasiones se
ha comprobado como estas dificultades aumentan ante
situaciones emocionales inestables o de carencia afectiva.
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Escritura en espejo y alumnado zurdo
Los zurdos tienen una tendencia natural a escribir en espejo y a
hacer giros invertidos debido a que estos tienen una lateralidad
funcional diferente. El movimiento de progresión del niño/a zurdo es de
derecha a izquierda; pero al adaptarse a las normas escriturales debe
hacerlo de izquierda a derecha.
Por tanto existen bastantes diferencias entre escribir con la
mano derecha o con la mano izquierda, en cambio la manera de enseñar
es la misma para los dos. En concreto, pueden señalarse las siguientes
diferencias, debidas tanto al tipo de progresión de la escritura con una u
otra mano como a las condiciones del aprendizaje:
1. La mano derecha se aleja del centro del cuerpo al escribir (abducción), mientras que la mano izquierda
avanza hacia el centro del cuerpo (aducción), de forma más laboriosa.
2. La mano derecha progresa por delante de lo escrito, mientras que la izquierda avanza por detrás, lo que
puede dificultar la visión del renglón y facilitar el emborronamiento con el dedo meñique y el canto de la
mano.
3. La mano derecha tira del lápiz y la izquierda lo empuja, rompiendo o clavando a veces la mina en el
papel.
4. Y por último debe señalarse que el niño zurdo debe aprender a realizar con su mano izquierda unos
movimientos que se le enseñan muy a menudo en el aula con la mano derecha.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que el hecho de ser zurdo no implica o conlleva obligatoria a
una escritura en espejo o rotacismo.
Escritura en espejo y dislexia
En muchas ocasiones establecemos la relación
de que un alumno/a con escritura en espejo o rotación
tiene dislexia o bien puede llegar a tenerla. Si bien es
cierto que uno de los posibles rasgos característicos de
la dislexia es la escritura en espejo o rotación, esto no
quiere decir que todo el alumno/a que presenta esta
escritura en espejo sea disléxico o pueda llegar a serlo.
Así mismo no todos los niños/as disléxicos presentan
esta escritura en espejo.
La dislexia representa una dificultad específica
de aprendizaje de la lectura que ha de ser valorada por
un especialista que va más allá de una simple escritura
en espejo.
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¿Qué hacer? Orientaciones para trabajar
- Debemos asumir el hecho de que nos encontramos
ante unas dificultades abordables y que en la mayoría
de los casos suele desaparecen siguiendo una serie de
pautas y líneas de trabajo básicas. Si a lo largo de la
escolaridad no remitieran las dificultades y una vez
que no han surgido efecto las medidas puestas en
marcha se podría considerar un problema mayor a
valorar (disgrafía, daño neurológico, etc).
- Desarrollar la lateralidad y organización espacial del
alumno/a. Para ello se llevarán acciones individuales con el alumno/a mediante material específico, así
como actividades a nivel grupal, por ejemplo en la clase de educación física, arrojar pelotas con una u otra
mano, hacer carreras saltando con uno u otro pie, jugar a las olas (que se mueven a la derecha, a la
izquierda), al trencito que avanza en direcciones distintas según las órdenes del profesor, etc.
- Es necesario que el alumno/a pueda vivenciar e integrar la forma y direccionalidad de las letras con su
propio cuerpo y en movimiento. Para ello se puede realizar la grafía de la letra o número con tiza a gran
tamaña en el suelo. Primero el alumno/a ha de visionar la letra o número y seguir la dirección con
movimientos oculares y a continuación recorrer andando la grafía.
- También para vivenciar e integrar la forma y direccionalidad de las letras es interesante que el alumno/a
realice la forma de las letras o números con plastilina, arcilla, etc. Posteriormente, seguirá con su dedo la
forma o direccionalidad de las letras.
- Resulta también de utilidad el punteado de letras y números así como el coloreado de letras huecas.
- Practicar con el alumno/a que presenta dificultades en su cuaderno la forma y direccionalidad de las
grafías. Conviene trabajar mostrando a los niños/as la forma y dirección del trazo en sus cuadernos
personales, demostrándoles el trazo en el margen de las páginas, para que puedan ver el modelo trazado
por el docente y compararlo con su escritura.
Se pueden llevar a cabo actividades como: dibujo dictado en papel con
cuadrícula, identificación de objetos dibujados tomando en cuenta el lugar
donde están (arriba a la derecha, a la izquierda y abajo, etc.), y otros.
- Supervisar el trazo del niño/a atendido, mostrándole en el margen de su
propio cuaderno cómo debe ser el trazo de las grafías.
- Presentar ayudas visuales que permitan recordar al alumno/a la forma y
direccionalidad de las grafías (por ejemplo, flechas, punteado, etc).
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- Se pueden enseñar al alumno/a determinados trucos mnemo-perceptivos a seguir en
la realización de las grafías. Por ejemplo a la hora de realizar el número 5 en un
alumno/a diestro se le puede indicar que primero sitúe el lápiz en el punto de
comienzo, a continuación una línea recta desde la mano que sostiene el lápiz a la otra
diciéndole por ejemplo “esta mano quiere pillar a la otra”, “se escurre” (línea hacia
abajo) y “se da en el culo gordo” (se hace la curva final). Para el trazo de la letra S, se
puede decir al alumno/a que es una serpiente que quiere pillar a la otra mano.
- Proponer breves ejercicios “reparadores” – al niño/a atendido y en general a todos los niños- como la
copia de “trabalenguas” escritos, que no son otra cosa que frases forzadas donde abunda la grafía
problemática (“usaba botas y botines de buen tamaño”, “tapó el dado con el dedo”, la escritura de listas de
palabras (nombres, por lo general) que contengan la grafía que preocupa, etc.
- Hay que tener en cuenta que el alumno/a desarrolle unos hábitos posturales adecuados tanto a la hora de
sentarse, colocar el material en la mesa y disposición de la mano y dedos para el agarre del lápiz.
- Es necesario comprender la situación del alumno/a sin caer en la reprimenda constante. Lo peor que
puede suceder es hacer sentir mal a un niño/a que ha dado muestras de tener un desarrollo escolar
normal. Más aún, afectarlo “bajándole la nota” por un accidente de trazo en una situación donde importa
más la construcción de un texto.