El documento describe el caso de un paciente que sufrió un infarto agudo de miocardio y se le implantó un stent en la arteria coronaria descendente. Sin embargo, durante la intervención original se perdió un stent que no fue expandido ni implantado correctamente. Meses después, mediante una angiografía y una tomografía de coherencia óptica (OCT) se descubrió el stent perdido. Se implantó un nuevo stent que cubrió completamente la zona, resolviendo con éxito el caso.