La trisomía 13 y 18 son trastornos genéticos raros causados por la presencia de un cromosoma adicional. La mayoría de los bebés con estas condiciones tienen defectos graves y una esperanza de vida corta, aunque algunos sobreviven más de un año. El diagnóstico se realiza mediante pruebas genéticas antes o después del nacimiento, y el tratamiento se enfoca en el bienestar del niño en lugar de prolongar la vida. No existe una cura o forma de prevenir estas anomalías cromosómicas.