El síndrome de Edwards es causado por la presencia de un cromosoma 18 adicional y se caracteriza por deficiencia en el crecimiento, anomalías faciales y de las extremidades, y malformaciones cardiacas y renales. Afecta tres veces más a las niñas y la mitad de los casos no sobreviven la primera semana, aunque algunos llegan a los 10 años antes de fallecer por complicaciones. El diagnóstico se realiza mediante ultrasonido entre las semanas 12 y 20 del embarazo.