Este documento discute las actitudes hacia la muerte y los moribundos. Explica que la muerte ya no ocurre típicamente en el hogar rodeado de familiares, sino en entornos institucionales como hospitales. Luego describe factores que pueden ayudar a comprender la muerte, como aceptarla como un acto vital normal y reconocer que es un proceso individual. Finalmente, analiza los desafíos que enfrentan los enfermeros al tratar con pacientes que se enfrentan a la muerte y los objetivos y intervenciones de los cuidados
2. Introducción
Las actitudes hacia la muerte y hacia el
moribundo varían según la cultura, las
creencias religiosos y los valores éticos. En
nuestra sociedad, la representación clásica
del paciente moribundo, rodeado de sus
familiares y seres más queridos,
reconfortándole por ultima vez en su propio
domicilio, ha pasado a ser una imagen
anacrónica. Actualmente la mayoría de las
muertes ocurren en ambientes institucionales
(hospitales, sanitarios, residencias),
añadiéndose al hecho de la muerte la realidad
de la soledad.
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5. Consideraciones acerca de la
Muerte y del moribundo
A pesar de la realidad e inevitabilidad de la
muerte propia y ajena, éste es un hecho poco
asumido por la mayoría de las personas. Hay
una serie de factores que pueden ayudar en la
comprensión del fenómeno:
1.- La muerte como ultimo acto vital: Si
aceptamos la normalidad de todos los actos
de la vida de la persona, tales como: nacer,
crecer y desarrollarse, el hecho de morir
debería ser entendido como un acto vital
normal más, el último que la persona realiza.
6. 2.- La muerte como acto individual. El acto de
morir es individual e intransferible si se
reconoce a cada individuo como único,
distinto de los demás, se deberá reconocer
su muerte de la misma forma.
3.- En la concepción de la muerte y del hecho
de morir intervienen factores socioculturales
Cada sociedad tiene sus propias valores
creencias actitudes y rituales en torno a la
muerte. Los valores que imperan en nuestra
sociedad actual (juventud, salud, imagen,
belleza, rentabilidad) determinan la falta de
aceptación y preparación para la muerte. Así
pues, la muerte se encuentra rodeada de un
silencio significativo que impide el trabajo
personal y la aceptación de uno mismo
como ser mortal.
7. 4.- Las creencias y valores pueden
determinar la visión de la muerte propia o
de los demás. La existencia de una
filosofía de vida o de creencias
personales-religiosas o de otro tipo-
puede proporcionar un sentido diferente
al hecho de vivir o de morir. Por ej, la
muerte puede ser conceptualizada como
un paso necesario para una vida mejor, y
en este sentido la muerte de un ser
querido o la perspectiva de la propia
puede aceptarse más fácilmente; por el
contrario, el apego a lo material de este
mundo puede ser resultado de tener por
seguro con la muerte todo acaba para la
persona.
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11. 5.- La muerte implica un proceso de duelo.
La perdida de la salud y de la vida propia o
ajena produce sentimientos de perdida que
provocan una reacción de duelo, el cual
evoluciona de acuerdo con una secuencia
por etapas.
Negación
Ira
Negociación
Depresión
Aceptación
12. La enfermera ante la muerte
La concepción que la enfermera tenga
de la muerte influirá en la forma en que
afronte la de los pacientes. Si la
autorreflexión de la propia muerte es
esencial para todas las personas, es
obvia la importancia que toma cuando
estos conceptos son manejados por el
equipo de enfermería, donde el dolor
el sufrimiento y la muerte están
presentes en muchas de las
situaciones de cuidados que se
desarrollan en forma habitual.
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14. La enfermera puede tener
dificultades
En la relación enfermero-pcte y con su
familia, a causa del rechazo inconsciente a
la idea de la muerte.
Otro conflicto puede presentarse cuando el
paciente solicita información acerca de su
pronostico, o bien pregunta abiertamente
acerca de la muerte.
La enfermera puede encontrarse frente a
un dilema de mantener informado al
paciente, y la actitud frente al equipo de
salud con el que debe mantener objetivos
en común de no comunicar.
15. Valoración de enfermería
1.-Respuestas del paciente a la situación: debe
valorarse la fase en la cual se encuentra,
necesidades de comunicación, dignidad y
escucha.
2.-Nivel de apoyo disponible para el paciente:
físico y emocional que proporciona el
entorno más inmediato.
3.-Elementos de estrés añadidos: que se
superpongan a la situación actual, para
anticipar posibles efectos o crisis.
4.-Respuesta de la familia a la situación. Nivel
de conocimientos sobre el diagnostico y
pronostico y sentimientos asociados a la
perdida del ser querido.
16. 5.-Entorno hospitalario. Si permite
intimidad, si facilita la comunicación,
alivio del dolor y mejoría del bienestar.
6.-Autovaloración de la enfermera. De
sentimientos, pensamientos y
comportamientos acerca de la muerte
y su proceso.
17. Diagnósticos de
enfermería
Afrontamiento defensivo, relacionado
con comportamiento de negación, ira,
racionalización, etc.
Trastorno de la comunicación verbal,
relacionado con la falta de intimidad o
falta de sistemas de apoyo.
Desesperanza relacionado con
cambios en los valores y creencias.
Duelo anticipado relacionado con
perdida potencial de objeto.
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19. Sufrimiento espiritual relacionado con
enfermedad terminal.
Alteración de los procesos familiares,
relacionado con perdida de un miembro
de la familia por muerte.
Potencial de violencia: autolesiones,
lesiones a otros, relacionado con
respuesta a un suceso catastrófico o
reacción de ira.
20. Objetivos de los cuidados
Ayudar al paciente y familia en el proceso
de duelo, facilitando la expresión de
sentimientos y pensamientos asociados a
la perdida prevista.
Proporcionar un ambiente terapéutico que
permita la intimidad y la sensación de
control.
Asegurar unas condiciones de vida y de
muerte que proporcionen el máximo nivel
de confort posible.
21. Intervenciones de enfermería
Asesoramiento y apoyo.
En la fase de negación , la enfermera debe
recordar que este mecanismo desempeña
un rol terapéutico, protegiendo al individuo.
En la fase de ira, lo esencial es que la
enfermera la identifique como parte normal
del proceso, para implicarse negativamente
en la reacción del paciente, sintiéndose
agredida y comportándose reactivamente.
En la fase de pacto, la culpabilidad es un
elemento que puede estar presente en la
mente del pcte. Debemos diferenciar de la
acepatación.
22. En la fase de depresión el paciente puede
llorar condoliéndose en silencio, lo adecuado
es darle tiempo para llorar su perdida. Las
técnicas de comunicación no verbal son de
gran utilidad para proporcionar apoyo y
demostrar respeto a su intimidad y a la propia
decisión de guardar silencio.
En la fase de aceptación es posible que la
persona, aceptada su muerte, desee realizar
ciertos rituales de matiz personal y social
(despedirse de sus fliares, amigos o redactar
testamento), debemos facilitar sus últimos
actos voluntarios.