La irradiación de componentes sanguíneos comenzó en los años 1970 para eliminar los linfocitos T y B responsables de la enfermedad injerto contra huésped. La irradiación utiliza radiaciones gama para dañar el ADN de estas células sin afectar la viabilidad de los glóbulos rojos. Estudios han demostrado que una dosis de 2,500 cGy permite almacenar glóbulos rojos irradiados durante 28 días más sin afectar su supervivencia. La irradiación se recomienda para recién nac