La insuficiencia hepática puede ser aguda o crónica. La aguda se debe a virus, medicamentos o toxinas, mientras que la crónica se debe principalmente a virus o alcoholismo. Provoca trastornos de la coagulación, ictericia, ascitis e hipertensión portal. Su pronóstico es malo y la mortalidad alta, aunque es mejor para hepatitis A y E. En odontología se deben prevenir hemorragias mediante exámenes preoperatorios y evitar medicamentos de metabolización hepática.