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Sobre la etica_y_la moral_en_general
1. Sobre la ética y la moral en general
Para realizar una reconstrucción histórica de la ética es necesario acudir a su
etimología. La palabra ética, se remonta a los griegos quienes presentas dos modos de
entenderla, una desde la expresión Êthos, que hace referencia al “carácter”, “modo de
ser”, lo que fundamenta el actuar en el modo de ser de las personas, como una
característica inmutable. Este sentido de la ética es usado por Homero en sus poemas
de la Iliada y la Odisea. Más tarde en la época del esplendor de la filosofía griega,
Platón y Aristóteles, se entiende la ética como: costumbre o hábito, orientando una
visión donde las acciones se pueden cambiar y construir socialmente. De otra parte la
expresión Moral deriva del latín mos-moris, que hace referencia a costumbre, norma
o precepto. Así el termino tal como lo conocemos hoy se entiende como un conjunto
de comportamientos sociales y se fundamentan en los valores de un grupo
determinado de personas.
De esta manera, podemos entonces afirmar que la moral se refiere a los actos
humanos que se pueden valorar como buenos o malos y que la ética es una reflexión
filosófica sobre nuestro comportamiento moral, es decir, costumbre, normas, etc. Su
labor es en últimas, buscar soluciones intersubjetivas que permitan la convivencia
racional a partir de acuerdos.
Un modelo muy valioso en la reflexión filosófica sobre la moral es la hace Kant, por
esta razón usaremos su distinción de las éticas, como proceso metodológico que nos
muestre el camino y presupuestos de una ética del ser, que busque la convivencia a
través de la gestión de acuerdos intersubjetivos, que tengan como eje transversal el
diálogo y el uso del lenguaje.
Para Kant la ética se divide en dos principalmente, una que denomina Ética Material o
teleológica: Que será toda aquella que determina la bondad o maldad de las acciones.
Así por ejemplo el precepto "no matarás”, en la ética material, se convierte en una
acción mala en sí misma. De esta manera, la ética material nos dice como debemos
obrar. Y otra que es la Ética Formal o deontológica, que se limita a señalar cómo
debemos obrar siempre, no presenta normas que orienten a un fin, sino que presentan
una formula a priori, que determine todo el obrar. Esta ética tiene como presupuesto
principal la razón y la voluntad.
Dilemas éticos
La presencia de los dilemas de orden ético y moral es una constante en nuestra vida y
es por eso que es necesario que les demos visibilidad, con el fin de tomar, frente a
ellos, las mejores acciones. Un dilema ético o moral es una situación en la que se halla
una persona, que le exige cumplir con más de un deber moral o ético a la vez, sin
embargo al solo poder cumplir uno de ellos debe decidir. Muchas veces se piensa que
los dilemas éticos hacen referencia únicamente a situaciones trágicas o traumáticas,
pero la verdad es que se presentan tan constantemente como el ejercicio de nuestra
voluntad, frente a realidad de la vida personal, familiar o profesional
2. Imperativo categórico
En la ética kantiana el imperativo categórico es el principio fundamental de la
moralidad, pues, busca la universalidad de las máximas que perseguimos en nuestro
actuar, a partir de un ejercicio racional de la voluntad. El imperativo categórico nos
dice, entonces, que actuemos de acuerdo con máximas que podamos querer como
leyes universales, es decir, que todo lo que realicemos en nuestro actuar debe ser
válido como universal. Para esto es necesario entender que una máxima es cualquier
regla que alguien contempla a la hora de actuar, un ejemplo de esto será la máxima de
cumplir las promesas hechas, la máxima de no trabajar en domingo, la máxima de
siempre decir la verdad, etc. Y posee las razones que hacen que el sujeto aplique una
determinada máxima. Asi pues, lo que busca el imperativo categórico que propone
Kant, es que todo nuestro actuar se oriente por máximas incondicionales, no
condicionales como comúnmente sucede, y que las razones que motivan las máximas
de nuestro actuar, no sean el castigo o la ley, sino la racionalidad y el respeto por los
demás. Kant pone un ejemplo: yo me encuentro en una dificultad financiera y tengo la
intención de pedirle a un amigo dinero prestado, sin embrago soy consciente que no
podre pagarle, pero también sé que si no le prometo que se lo pagaré no me prestará
el dinero, entonces pienso prometerle que le pagaré aunque sé que no lo haré. Es en
este momento donde debo preguntarme si esta acción es ética o no lo es, si pienso en
que la máxima de esta acción es conseguir el dinero estaré usando a mi amigo como
un medio para lograr mis intereses, pero debo preguntar, en virtud del imperativo
categórico, puedo pensar este actuar como una máxima universal, es decir que toda
persona lo haga y sea moralmente válido? Si no puede ser considerado
universalmente como válido, debo desistir de mi actuar. Kant promulga el imperativo
Categórico de la siguiente forma “Obra siempre según una máxima que puedas querer
al mismo tiempo que su universalidad sea ley. Esta es la única condición bajo la cual
una voluntad no puede estar nunca en contradicción consigo misma”.