La ira es una emoción que surge ante obstáculos a las metas y frustraciones y provoca cambios fisiológicos como aumento de la frecuencia cardíaca y la tensión arterial. Se genera en la amígdala cerebral y puede manifestarse de forma agresiva o pasiva. Comúnmente se trata con técnicas como el control de pensamientos negativos y la gestión del estrés. La ira dificulta el aprendizaje al desviar la atención y paralizar la memoria.