1. Publicado en: Observatorio de Recursos Humanos y Relaciones Laborales, Nº 7, noviembre 2006
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Baharri
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Efrén Martín, gerente de y profesor de la Universidad de Deusto
www.fvmartin.net
Cierto gerente no lograba los resultados que
pretendía, pese a tener en cuenta
constantemente la indicación de su Escuela
de Negocios: “Integra lo económico y lo
humano en tu estilo de dirección”. Cuando
ganaba rentabilidad, su equipo perdía
motivación y viceversa. En algunas ocasiones
se hundían ambos indicadores; pero,
decidiese lo que decidiese, nunca alcanzaba
el doble objetivo. Aún así, insistía en
combinar eficacia y satisfacción.
Confió su frustración a un gurú de la
dirección, quien le dijo:
-Tu enfoque es inadecuado, porque has
olvidado la importancia del enfoque. No has
de considerar cosas y personas, sino tus
modelos mentales sobre ambas. La realidad
funciona bien y las leyes de la economía y la
psicología, aunque poco conocidas, siguen
haciendo girar el mundo. Es tu expectativa la
que no funciona bien. ¿Te has dado cuenta
de que cuando temes perder dinero, lo
pierdes?, ¿y que cuando crees que tu equipo
se va a desmotivar, así ocurre?
-Pero, a veces, creo que todo va a salir bien y
tampoco sucede -protestó el ejecutivo-.
-Tiene fácil explicación: tu modelo mental es
tan malo que acierta cuando piensas en
negativo y falla cuando piensas en positivo,
jajajaja. Disculpa mi risa, pero tienes mucho
que aprender, a pesar de tu formación y
experiencia o quizá debido a ellas.
-Y… ¿por dónde empiezo?
-Por la reflexión. Los problemas no son la
cuestión. La cuestión es tu forma de ver los
problemas. Piensa en tu forma de pensar. Si
tus resultados son constantes, es tu fórmula
directiva la que ha de cambiar. Te has
acostumbrado tanto a ella, que ya ni la ves.
Eres como un pez, que no sabe lo que es el
agua… porque siempre está en el agua. A los
simios nos pasa lo mismo, pero al revés.
¿Recuerdas la respuesta del mono al que
preguntaron por qué sacaba peces del agua y
los colocaba sobre la rama de un árbol?
-Sí –contestó el gerente-: "Estoy salvándoles
de morir ahogados"; lo que me hace pensar
que era un perfecto idiota.
-Exacto, lo has definido perfectamente: pensar.
Es un pensamiento que tendrás que cambiar
como tantos otros; porque ningún hombre, pez
o mono…es idiota. Ahí radica el problema del
enfoque, en tus opiniones sobre la realidad
material y humana.
-¿Pero se puede prescindir de los conceptos?
-No se trata de prescindir de tus modelos
mentales. Igual que un pez sin agua, sin tu
mente, morirías. Se trata de mejorarlos, de
ampliarlos a un acuarium mayor e incluso al
océano.
-¿Habrá alguien que pueda ayudarme?
-Recurre a los maestros de siempre.
-¿Sócrates, Platón, Aristóteles, Lao Tsé…?
-Sí. Empieza por reflexionar sobre el mito de la
caverna, de Platón, para comprender la
necedad de nuestras convicciones. Y, si no
comprendes nada:
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