Definición de IRA. Localización de la ira en el cerebro. Influencias del aprendizaje. Modificaciones y tolerancia. Trastornos comunes. Tratamiento a estas reacciones.
🦄💫4° SEM32 WORD PLANEACIÓN PROYECTOS DARUKEL 23-24.docx
La IRA Tarea #6 Fisiología Lila Romero
1. República Bolivariana de Venezuela
Ministerio del Poder Popular Para la Educación Superior
Universidad Yacambú
Vicerrectorado de Estudios a Distancia
Facultad de Humanidades
Carrera: Psicología
Curso: Fisiología y Conducta (THf-0753)
Tarea 6: La ira
Alumna:
Lila Romero
C.I. V-14.280.978
Sección: ED02D0V
Docente: Lic. Xiomara Rodríguez
2.
3. La ira, rabia , enojo o furia es una
emoción que se expresa a través del
resentimiento o de la irritabilidad.
Los efectos físicos de la ira incluyen
aumento del ritmo cardíaco, de la
presión sanguínea y de los niveles de
adrenalina y noradrenalina.
Algunos ven la ira como parte de la
respuesta cerebral de atacar o huir
de una amenaza o daño percibidos.
4. La ira se vuelve el sentimiento
predominante en el comportamiento,
cognitivamente, y fisiológicamente
cuando una persona hace la decisión
consciente de tomar acción para
detener inmediatamente el
comportamiento amenazante de otra
fuerza externa.
La ira puede tener muchas
consecuencias físicas y mentales.
5. La ira es vista como una forma de
reacción y respuesta de evolución
para permitir a la gente enfrentarse
con amenazas.4 Tres tipos de ira son
reconocidos por los psicólogos: la
primera forma de ira, llamada “ira
precipitada y repentina” por Joseph
Butler, un obispo del siglo VIII, está
conectada al impulso de
autopreservación. Es compartida por
humanos y animales y ocurre cuando
están atormentados o atrapados.
6. El segundo tipo de ira es llamada
“ira estable e intencionada” y es
una reacción a una percepción de
daño o trato injusto por otros de
manera malintencionada. Estas dos
formas de ira son “episódicas”. El
tercer tipo de ira es, sin embargo,
recurrente y está relacionada más
con los rasgos de carácter que con
los instintos o pensamientos.
Irritabilidad, resentimiento y
actitudes de mala educación son
ejemplos de ira.8
7. Predisposición genética
Al final del siglo XIX, Sigmund Freud, el
padre del psicoanálisis, argumentó que los
individuos nacen con un innato sentido del
amor, pero que la ira y la hostilidad llegan
cuando la necesidad de amor no es
satisfecha o es frustrada. Un siglo después,
este punto de vista fue criticado por la
Sociedad Psicológica Estadounidense y por la
Asociación Antropológica estadounidense.
Esta última concluyó, en 1988, que el ser
humano no está genéticamente predispuesto
a la ira ni a la violencia, y que la violencia no
puede ser científicamente relacionada con el
proceso natural de evolución.
8. El cerebro y la ira
Según el científico argentino
Facundo Manes y colaboradores,
durante mucho tiempo se creyó
que todas las emociones se
procesaban en un conjunto de
estructuras cerebrales
interconectadas conocido como
sistema límbico.
9.
10. El naturalista inglés Charles
Darwin fue quien postuló que
existen emociones "básicas"
(como la tristeza, la alegría o el
temor) que se originan en
regiones del cerebro homólogas
en las distintas especies y
conservadas evolutivamente.
11. Para Darwin, el cerebro trabaja en red y cuando se experimenta una
emoción no se activa una sola área, sino varias, pero generalmente hay
una que tiene mayor protagonismo. En el caso de la ira, esa zona crítica es
la región del estriado ventral (se refiere a núcleos accumbens, porciones
profundas del tubérculo olfatorio parecidas al estriado y partes ventrales
del núcleo caudado y el putamen. Como es obvio por sus conexiones, el
estriado ventral se relaciona con el sistema límbico).
12. Influencias del aprendizaje
La emociones desagradables poderosas (ira, ansiedad,
tensión o tristeza) desvían la atención hacia sus
propias ocupaciones interfiriendo el intento de
concentración en otra cosa. Cuando las emociones
entorpecen la concentración lo que ocurre es que se
paraliza la capacidad mental cognitiva que los
científicos llaman “memoria activa”, la capacidad de
retener en la mente toda la información que atañe a
la tarea que estamos realizando. La memoria activa
es una función ejecutiva por excelencia en la vida
mental, que hace posible todos los otros esfuerzos
intelectuales, desde pronunciar una frase hasta de
desempeñar una compleja proposición lógica.
13. La corteza prefrontal ejecuta la memoria activa y el recuerdo es el
punto en el que se unen las sensaciones y emociones. Cuando el
circuito límbico, que converge en la corteza prefrontal, se encuentra
sometido por la perturbación, queda afectada la eficacia de la
memoria activa: no podemos pensar correctamente.
14.
15. Trastornos comunes
El trastorno explosivo
intermitente implica episodios
repetidos de comportamiento
impulsivo, agresivo y violento o
explosiones verbales enojadas en
las que el afectado reacciona
bruscamente y de manera
desproporcionada a la situación.
16. Estrategias para mantener el
control
Modificaciones y control
Relajación
Técnicas sencillas de relajación
como el control de la respiración y
la visualización de imágenes
agradables, se han demostrado
muy eficaces así como, ejercicios
de control como el yoga y la
meditación.
17. Manejo de la Ira
El objetivo del manejo de la ira es reducir los
sentimientos y el despertar fisiológico que provoca. A
veces no podemos deshacernos de las cosas o las
personas que nos enfurecen, ni se pueden cambiar,
pero podemos aprender a controlar nuestras
emociones.
18. Reestructuración cognitiva
En muy pocas palabras podríamos decir que
esto significa “cambiar la forma de pensar”.
Las personal coléricas tienden a maldecir,
jurar y expresarse en términos muy
alterados que reflejan sus pensamientos
internos. Cuando estamos enfadados los
pensamientos suelen ser muy exagerados y
dramáticos. Se trataría de sustituir estos
pensamientos por otros más racionales y
adaptativos, huyendo de descalificaciones y
términos “absolutos” que no nos permiten
procesar con relatividad la situación que
desencadena nuestra rabia.
19.
20. Solución de problemas
En ocasiones la ira y la frustración son causadas por
problemas reales e ineludibles de nuestras vidas, son
respuestas naturales. También aumenta la frustración la
falsa creencia de que todo problema tiene una solución,
cuando descubrimos que este no es el caso, resulta más
adaptativo dejar de centrarse en la búsqueda de la
solución y buscar las estrategias para manejar y enfrentar
el problema.
Se trata de hacer un plan y controlar su evolución a lo
largo del proceso, no tanto de encontrar salidas inmediatas
al problema evitando creencias del tipo “todo o nada”
21. Usar el humor
A veces el humor puede ayudar a
calmar la rabia, nos ofrece una
perspectiva más equilibrada y
relativiza los hechos.
El doctor Deffenbacher comenta que el
discurso subyacente de las personas
enfurecidas suele coincidir con
afirmaciones como “las cosas son como
yo digo” “es lo lógico, lo moralmente
correcto” cambiar de opinión para
ellos es una humillación insoportable.
22. Cambiar el entorno
A veces es nuestro entorno inmediato
el que nos da motivos para estar
irritados, las responsabilidades y los
problemas pueden convertirse en
“trampas” llenas de acontecimientos y
personas que nos alteran.
Es necesario tomarse un descanso que
podemos programar en las horas más
estresantes de la jornada. Se pueden
establecer códigos como
el dedicarnos a nosotros mismos unos
minutos después del trabajo y antes
de afrontar las rutinas caseras y las
demandas de los demás componentes
del núcleo familiar.
El objetivo es mantener la calma.
23. Mejorar la comunicación
Las personas enojadas tienden a centrarse
en los hechos y en las conclusiones que,
muchas veces son del todo inexactas. Lo
primero que debemos hacer en una
discusión acalorada es reducir la velocidad
y el volumen de nuestro discurso y pensar
bien lo que decimos, no decir lo primero
que se nos venga a la cabeza. Al mismo
tiempo hay que escuchar al otro y tomarnos
nuestro tiempo antes de contestar. Es
normal ponerse a la defensiva cuando nos
sentimos criticados, pero no “luchar”.
Mantener la calma puede prevenir que la
conversación no acabe siendo un desastre.
24. Las personas con trastorno explosivo
intermitente pueden agredir a otras
personas o dañar sus posesiones,
causando lesiones corporales y daños
a la propiedad.
Las erupciones explosivas, por lo
general duran menos de treinta
minutos y pueden ocurrir en grupos o
estar separados por semanas o meses.
Entre explosiones explosivas, la
persona puede
estar irritable, impulsiva, agresiva o
enojada.
25. Referencias Bibliográficas
Herrero, Neus. ¿Qué ocurre cuando nos enfadamos?
Mente y Cerebro, Marzo/Abril 2011, Nº 47.
DR. LUIS M. LABATH. EL CEREBRO Y LA IRA.
Disponible en: http://asociacioneducar.com/cerebro-
ira consultado en julio 2017
Goleman Daniel La Inteligencia Emocional. Editorial
Vergara. 1999. Buenos Aires, Argentina.