2. Enfermedades del aparato digestivo
80 Sección II
principales indicaciones para su realización se encuentran desglosadas en
el cuadro 14-2. La manometría esofágica no es útil para el diagnóstico
de la ERGE, pero permite localizar el EEI para colocar adecuadamente
la sonda de pH-metría, evaluar el tono contráctil del EEI y la capacidad
propulsiva del cuerpo esofágico. La combinación de pH-metría con
impedanciometría permite el estudio del reflujo gastroesofágico no
ácido, dado que la pH-metría ambulatoria sólo cuantifica el reflujo áci-
do. Esta técnica no está disponible rutinariamente y debe ser reservada
para pacientes seleccionados no respondedores al tratamiento con IBP.
■
■ DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
El diagnóstico diferencial de la ERGE incluye múltiples entidades
dependiendo del cuál sea el síntoma principal:
• Disfagia. Se deben descartar esofagitis eosinofílica (disfagia inter-
mitente e impactaciones en pacientes jóvenes y atópicos, con
infiltración eosinofílica en las biopsias), esofagitis por reflujo y/o
estenosis esofágica, cáncer esofágico y trastornos motores.
• Dolor torácico. Se deben descartar enfermedad coronaria, esofagitis
por medicamentos y trastornos motores.
• Regurgitación. Se deben descartar divertículo de Zenker (hom-
bres 60 años de edad, disfagia concomitante) y trastornos moto-
res específicos (rumiación, eructos supragástricos, aerofagia) con
pH-metría asociada a impedanciometría.
• Pirosis. Se deben descartar hipersensibilidad esofágica (pirosis aso-
ciada a reflujo ácido no patológico) y pirosis funcional (pirosis sin
asociación con reflujo) mediante pH-metría asociada a impedan-
ciometría.
■
■ TRATAMIENTO
Los objetivos principales del tratamiento son la remisión de los sín-
tomas, la curación de las lesiones esofágicas y el control ulterior de
la exposición ácida esofágica en pacientes con ERGE complicada
(esofagitis péptica, estenosis esofágica, esófago de Barrett).
Medidas higiénicas, dietéticas y posturales
Existen unas recomendaciones de estilo de vida que pueden reducir
considerablemente los síntomas y la necesidad de IBP, especialmente la
pérdida de peso. Debe aconsejarse al paciente que evite los alimentos
y los fármacos que favorezcan la incompetencia del EEI, así como
abstenerse de tabaco y bebidas alcohólicas/gaseosas. Es fundamental
que los individuos obesos y con sobrepeso, especialmente aquellos
con ganancia ponderal reciente, reduzcan su peso al menos un 10%.
Es necesario corregir también los factores mecánicos que favorecen el
reflujo gastroesofágico: evitar comidas copiosas (es mejor repartir la
alimentación en cinco comidas poco abundantes) y prendas que com-
priman el abdomen. En pacientes con síntomas predominantemente
nocturnos, se debe evitar la ingesta de alimentos en las 3 h previas a
acostarse, dormir sobre el lado izquierdo y elevar el cabecero de la cama
con tacos de 15-20 cm.
Tratamiento farmacológico
La piedra angular del tratamiento farmacológico de la ERGE son los
IBP, con una eficacia hoy en día comparable a la de la cirugía antirre-
flujo. Los antiácidos pueden ser de utilidad en pacientes con síntomas
leves y ocasionales, dada su rápida acción. Los alginatos nuevos tienen
capacidad de mejorar el reflujo ácido posprandial inmediato, al dis-
tanciar la cámara ácida supragástrica (acid pocket) del esófago, y pueden
ser útiles en monoterapia o combinados con IBP en pacientes con
respuesta parcial a los mismos. Los procinéticos no han demostrado
su utilidad en el tratamiento de la ERGE, y otros fármacos con eficacia
antirreflujo (baclofeno) deben restringirse a pacientes seleccionados,
no candidatos a cirugía, tras un estudio especializado.
Es importante destacar que los IBP son fármacos eficaces pero imper-
fectos, dado que reducen, pero no eliminan, la secreción ácida del
estómago y no durante 24 h de manera continuada. Además, no
influyen sobre la barrera esofagogástrica, por lo que puede haber, bajo
Figura 14-4 Lesiones esofágicas producidas por la enfermedad por reflujo gastroesofágico. A. Esofagitis erosiva por reflujo con úlcera
esofágica asociada. B. Estenosis esofágica por reflujo. C. Esófago de Barrett.
ENDOSCOPIA DIGESTIVA ALTA
Presencia de síntomas de alarma (disfagia, anemia, pérdida de peso,
vómitos)
Ausencia de respuesta a tratamiento con dosis plenas de IBP
Estudio previo a cirugía antirreflujo
pH-METRÍA AMBULATORIA 24 H
Documentar la existencia de reflujo ácido patológico en pacientes
con síntomas típicos de ERGE y endoscopia normal, que no
responden a tratamiento con IBP
Documentar la existencia de reflujo ácido patológico en
pacientes con síntomas típicos de ERGE y endoscopia normal
respondedores a IBP
, en el estudio previo a cirugía antirreflujo
Documentar la existencia de reflujo ácido patológico en pacientes
con síntomas típicos de ERGE después de una cirugía antirreflujo
Documentar la existencia de reflujo ácido patológico en pacientes
con síntomas atípicos de ERGE (dolor torácico, asma, tos)
que no responden a tratamiento con IBP
Documentar la eficacia del tratamiento con IBP en pacientes
con lesiones por ERGE (esofagitis por reflujo grave, esófago de Barrett)
pH-METRÍA E IMPEDANCIOMETRÍA
Documentar la existencia de reflujo patológico no ácido y su
correlación con los síntomas, en pacientes con síntomas típicos
de ERGE y pH-metría normal o mínimamente alterada
Cuadro 14-2
Indicaciones para la realización de endoscopia
digestiva alta, pH-metría ambulatoria de 24 h
y pH-metría combinada con impedanciometría
en pacientes con síntomas sugestivos
de enfermedad por reflujo gastroesofágico
4. Enfermedades del aparato digestivo
82 Sección II
de alto grado y/o carcinoma intramucoso confirmados debe realizarse
tratamiento endoscópico (mucosectomía, ablación mediante radio-
frecuencia). La esofagectomía debe quedar reservada para pacientes con
sospecha de enfermedad extramucosa y en aquellos no respondedores
al tratamiento ablativo.
BIBLIOGRAFÍA ESPECIAL
Katz PO, Gerson LB, Vela MF. Guidelines for the diagnosis and management
of gastroesophageal reflux disease. Am J Gastroenterol 2013;108:308-28.
Vakil N, van Zanten SV, Kahrilas P, Dent J, Jones R, Global Consensus Group.
The Montreal definition and classification of gastroesophageal reflux disease:
a global evidence-based consensus. Am J Gastroenterol 2006;101:1900-20.
TRASTORNOS MOTORES DEL ESÓFAGO
J. I. Elizalde Frez
El esófago tiene como labor fundamental propulsar la comida, la
bebida y la saliva desde la faringe al estómago, así como aclarar de
forma rápida y completa el contenido que pueda refluir del estó-
mago. Desde un punto de vista anatómico, en las alteraciones de la
motilidad esofágica se pueden diferenciar las que afectan al esfínter
esofágico superior (EES) y la hipofaringe de las localizadas en el
cuerpo esofágico y la unión esofagogástrica (UEG) —compuesta
por el esfínter esofágico inferior (EEI) y el diafragma crural—. En
cuanto a la clasificación patogénica, los trastornos motores esofágicos
pueden ser primarios o idiopáticos (sin causa conocida) o secundarios
a otras enfermedades.
■
■ TRASTORNOS MOTORES DEL ESFÍNTER
ESOFÁGICO SUPERIOR Y LA HIPOFARINGE
Las alteraciones motoras caracterizadas a este nivel son: a) hipomoti-
lidad faríngea; b) hipertensión del EES; c) relajación incompleta del
EES, y d) incoordinación faringoesfinteriana.
Estas alteraciones ponen en riesgo la eficacia y seguridad del proceso
deglutorio. Si la deglución no es eficaz se produce disfagia orofaríngea:
dificultad de transferir el contenido faríngeo al esófago a través del
músculo cricofaríngeo, principal componente del EES. Las causas
más frecuentes de disfagia orofaríngea se recogen en el cuadro 14-3.
Si la deglución no es segura se puede producir aspiración respiratoria.
Ambas condicionan la calidad de vida y pueden ser causa de com-
plicaciones respiratorias y desnutrición.
■
■ TRASTORNOS MOTORES
DEL CUERPO ESOFÁGICO
Y DE LA UNIÓN ESOFAGOGÁSTRICA
Trastornos motores del esófago
de tipo primario
Reciben este nombre las alteraciones de la motilidad de los dos tercios
inferiores del esófago (con musculatura lisa) de etiología desconocida,
no secundarias a otras enfermedades. Las manifestaciones clínicas
fundamentales son disfagia y dolor torácico. En la actualidad, su diag-
nóstico se confirma mediante manometría esofágica de alta resolución
y se clasifican dependiendo de los hallazgos obtenidos en el esófago y
la UEG (cuadro 14-4).
Acalasia
La acalasia es una enfermedad de etiología desconocida, cuya incidencia
es de alrededor de 1 caso por cada 100 000 habitantes y año. Afecta
por igual a varones y a mujeres, y puede presentarse a cualquier edad.
Su etiología se desconoce pero podrían intervenir factores genéticos,
infecciosos y autoinmunes. Se ha supuesto la implicación de factores
genéticos debido a que, en ocasiones, la acalasia aparece en la primera
infancia, puede presentar una agregación familiar y guarda relación con
ciertos determinantes antigénicos HLA. Por su parte, se especula sobre
un posible origen infeccioso debido a su gran similitud con la enferme-
dad de Chagas (producida por el Trypanosoma cruzi) y a una supuesta
relación con virus de la familia Herpes viridae. En cuanto a la importan-
cia de los factores autoinmunes se basa en la presencia de anticuerpos
antiplexo mientérico en suero, de infiltrados linfocitarios en tejido, así
como en la asociación con enfermedades de clara etiología inmune.
Desde el punto de vista morfológico, existe degeneración y dis-
minución de las células ganglionares del plexo de Auerbach, así como
depleción de las células intersticiales de Cajal. La repercusión fisiopato-
lógica es una alteración funcional por disminución de los mecanismos
inhibidores de la contracción muscular. De hecho, los neurotrans-
misores que median la relajación del EEI, péptido intestinal vasoactivo
(VIP) y óxido nítrico están ausentes en los pacientes con acalasia.
Esta alteración en la inervación del músculo liso esofágico se traduce
en una respuesta exagerada frente a los estímulos excitatorios de tipo
colinérgico (hipersensibilidad por denervación).
Cuadro clínico
El síntoma fundamental en la mayoría de los casos es la disfagia,
tanto para los líquidos como para los sólidos, habitualmente de lar-
ga evolución. Algunos pacientes describen que la disfagia empeora
cuando existe un estado de tensión emocional o si beben líquidos
fríos o con gas. La presencia de dolor torácico opresivo y transfixiante,
muy parecido al dolor coronario, es también frecuente. Otro síntoma
típico es la regurgitación de alimentos retenidos en el esófago, que
puede ser inmediata o tardía, y de saliva, en especial por la noche en
decúbito. Los pacientes con acalasia también pueden referir síntomas
respiratorios, en particular episodios nocturnos de tos, o neumonías
recurrentes, debido a la broncoaspiración del contenido esofágico
regurgitado. La disfagia puede conducir a una pérdida de peso y, en
casos avanzados, puede comportar anemia, malnutrición y deficiencias
vitamínicas.
Acalasia
Tipo I
Tipo II
Tipo III
Obstrucción al flujo de la unión gastroesofágica
Espasmo esofágico distal
Esófago hipercontráctil
Aperistalsis esofágica
Alteraciones menores de la peristalsis esofágica
Cuadro 14-4
Clasificación de los trastornos motores esofágicos
primarios (clasificación de Chicago)
AFECCIONES DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL
Accidentes cerebrovasculares
Enfermedad de Parkinson
Esclerosis múltiple y esclerosis lateral amiotrófica
Poliomielitis bulbar
Disautonomía familiar
Tumores con afectación del suelo del IV ventrículo
AFECCIONES DEL SISTEMA NERVIOSO AUTÓNOMO
Difteria, tétanos, botulismo
Polineuritis (alcohólica, diabética)
Parálisis del nervio recurrente (yatrógena o tumor mediastínico)
AFECCIONES DE LA PLACA MOTORA
Miastenia grave
AFECCIONES MUSCULARES
Dermatopolimiositis
Distrofia miotónica y otras afecciones musculares degenerativas
Miopatías endocrinas y metabólicas
Causa yatrógena (glucocorticoides, diuréticos, calcitonina)
ORIGEN NO BIEN CONOCIDO
Disfunción del músculo cricofaríngeo
Cuadro 14-3
Causas de disfagia motora orofaríngea