1. Lugar: Institución Educativa Gerardo Valencia Cano
Días de práctica: lunes y miércoles
Materias de intervención: Filosofía y Ética
Horarios de las visitas:
Lunes 11 am – 12 m
Miércoles 6: 50 am – 10 am
Jueves 6 am – 8 am
Total de horas en el colegio por semana: 7 horas
Tutores y observadores: Juan Pablo Tabares y Katherine
Molina
Diarios de campo
Semana del 18 al 22 de Abril
Días de evaluaciones de periodo
Al parecer una de las más grandes problemáticas de la Institución es su cantidad de
actividades; a veces estas actividades afuera del aula, celebraciones y asuntos legales,
terminan por convertir la educación en un barco a la deriva. En esta semana, se
iniciaba la clase de acercamiento para los alumnos de once grado en el área de Ética,
esta clase se debía llevar a cabo entre las 11 am y las 12m; pero, en la institución se
había programado una jornada de capacitación y análisis para el área de ética, por lo
cual no se pudo realizar la clase. Lo que es concomitante es que las directivas
prefirieron tener al grado en hora libre deambulando por el colegio, que permitir la
clase de práctica sin un profesor encargado. Ello, no representa un disgusto, sino que
refleja un motivante de análisis de una envergadura pequeña. Una institución, donde
acuden menores de edad, debe contar con la completa certidumbre de un buen
manejo del personal, debido que a sus leyes le trascienden las macro institucionales, lo
que respalda más la elección de cumplir su labor como funcionario del Estado y
abandonar por ese plazo de tiempo la inclinación hacia la educación en sí: se pierde la
clase para no caer en posibles problemas de orden legal. O por lo menos, esa fue la
aclaración que se hizo.
Para el miércoles se encontró con que las primeras horas se debían desarrollar bajo la
modalidad de exámenes de periodo. En aquel tiempo no se podía dictar clase, por lo
cual, las dos primeras horas –correspondientes al bloque de 10 A-, no se pudieron
dictar. Todo esto trae consigo un problema grande de orden estructural. El asunto es
que si se planean horas en las que se deben contestar un examen de periodo, dichas
horas no deberían ir incluidas dentro del plan de los profesores, es decir, las horas para
exámenes deberían contar con una organización mayor para que los alumnos y
profesores tengan claro hacia dónde gira su responsabilidad en este día. Por supuesto,
cada salón contaba con el profesor estipulado en el horario, pero al finalizar la jornada
de evaluación, se debía dictar aún una hora de clase: ¡Una sola clase luego de un estrés
2. enfocado en el esperar las respuestas del examen agregado el cansancio de su
desarrollo! Podría preguntarse fácilmente ¿dónde estaría la disponibilidad de los
estudiantes a recibir clase? No se sabe dónde pudiera estar, pero se asegura que en
sus corazones, mentes y cuerpos no lo estaban. El problema fue aún mayor, ya que
luego de la prueba, asisten los practicantes de Filosofía, ese par de hombres con sus
hojas bajo el brazo que llegan afirmando Prueba Diagnóstica de escrituro. Por
supuesto exclamaciones, gestos, refunfuños… se hicieron notar. Agregado a ello, se
encuentra con la casualidad de recibir la clase con una profesora con la que no tenían
relación directa, lo cual dice, una profesora sin una estructura clara de autoridad ante
los alumnos del grado 10 B. No se hizo esperar y se trazó la exposición y ejemplo de la
prueba y se llevó a cabo la prueba diagnóstica; el profesor tutor, que se encontraba
con su grupo 11 tal caudillos a la espera de un examen de testículos y hombría en las
delimitaciones del ejército colombiano, llega a 5 minutos de terminarse la clase; entre
gritos, personas de pie en la puerta esperando que abrieran el portillo para salir
despotricados y liberarse del tortuoso día de pruebas, se finiquita la clase y regresa al
hogar con pruebas hechas a medias y otras vacías… aunque hasta ahí fue desdicha… al
revisar las pruebas se da cuenta de un excelente resultado, no se sabe si fue por su
adiestramiento a trabajar bajo presión en aquellos días de final de periodo o porque
en realidad cuentan con la formación adecuada; por lo pronto, asegúrese lo segundo
para no dejar caer los ideales del ser profesor, lo que se puede traducir en: ¡dígase que
sí para no perder la esperanza!