1. UNIVERSIDAD YACAMBÚ
FACULTAD DE HUMANIDADES
BARQUISIMETO, EDO. LARA
Facilitador:
Prof. Xiomara
Rodríguez
Elaborado por:
Geraima J Espinoza F
C.I. 07084002
HPS-131-00194V
geraimae@gmail.com
04265419362
PSICOFISIOLOGIA
Tarea 6
IRA Y DEPRESION
2. La corteza prefrontal juega un papel esencial
en las respuestas futuras de guía o de
inhibición que requieren la integración
temporal de acontecimientos y que
proporcionan continuidad al proceso cerebral
que conlleva el pensamiento.
Esta región del cerebro está implicada en la
motivación y búsqueda de satisfacciones mediante el
cumplimiento de metas, lo cual es un fenómeno
común en personas sanas. Por el contrario, tales
procesos desaparecen en individuos deprimidos, lo
que explica su pobre iniciativa e incapacidad para
experimentar placer. Quizá los circuitos de serotonina
y noradrenalina tengan como una de sus funciones
mantener activada la corteza prefrontal, pero son
necesarios estudios experimentales y clínicos para
confirmar dicha hipótesis.
LA DEPRESION
3. Las neuronas pre
frontales también
mantienen inhibida a la
amígdala cerebral, una
estructura localizada en la
profundidad del lóbulo
temporal y que está
vinculada con estados
emocionales negativos,
como ansiedad y
respuestas exageradas al
estrés. Dicho bloqueo
desaparece en personas
deprimidas, favoreciendo
la aparición de síntomas
autonómicos y psíquicos
indeseables.
4.
5. El aumento de dopamina puede
inducir una sensación de bienestar
cuando ocurre durante situaciones de
estrés moderado o pasajero que no
ponen en grandes apuros al sujeto.
Un ser humano, o una rata, vive una
situación así cuando aborda una tarea
que no es elemental pero que cabe
encarar con buenas probabilidades de
éxito; una tarea "estimulante". Pero la
exposición crónica a glucocorticoides
frena la síntesis de dopamina y las
sensaciones de placer se
desvanecen.
Cuando la serotonina escasea, se libera menos noradrenalina y se
exacerba la penuria causada por el bombardeo, anterior e incesante, de
glucocorticoides. El estrés afecta a la dopamina, principal moneda de
cambio en la vía neuroquímica del placer; lo hace de un modo a primera
vista reñido con la intuición. Con un estrés moderado y pasajero, seguido
por la presencia de glucocorticoides, crecerá la emisión de dopamina en la
vía del placer, que transcurre entre el segmento ventral/nucleus
accumbens y el córtex frontal.
6. La ira es una emoción y como tal se dispara de forma
automática ante determinadas situaciones, en general frente a
situaciones que interfieren con nuestros objetivos. Como toda
emoción tiene una función, en este caso preparar al cuerpo
para el esfuerzo necesario para vencer el obstáculo que se ha
presentado.
El problema con esta emoción puede surgir de diferentes
formas:
LA IRA
7. Otro problema puede surgir cuando nosotros interpretamos que existe un ataque y
una dificultad que no es vista de la misma forma por los demás. Este problema suele
ocurrir cuando reaccionamos ante las intenciones de los demás en lugar de reaccionar
ante los hechos explícitos. El juicio de intenciones es la causa más frecuente que nos
puede llevar a tener reacciones violentas desmesuradas y desproporcionadas.
La conducta violenta puede ser un medio para conseguir determinados objetivos
cuando no somos capaces de lograrlos por otros métodos. En este caso nuestra
conducta responde a un déficit de habilidades y puede mejorar adquiriéndolas.
Cuando hemos aguantado demasiado y saltamos por
algo sin importancia. En realidad reaccionamos a todo
lo que nos ha ocurrido previamente. Como nuestra
reacción se considera desmesurada, tenderemos a
reprimirnos y aguantar más, en consecuencia nuestra
siguiente reacción violenta será mayor y seguiremos
en ese círculo vicioso. Para salir de ese círculo vicioso
el camino no es aguantar más, sino poder reaccionar
de forma inmediata a los problemas y frustraciones.
En ese caso la reacción es más adecuada y comedida
porque las razones que nos llevan a reaccionar serán
muchas menos.
8. Las emociones de miedo o rabia se
originan en la amígdala cerebral
Una vez que la amígdala ha decidido que el
estímulo requiere una respuesta de miedo o
rabia, envía señales a otros lugares del cerebro
para poner en marcha los distintos
componentes de estas emociones. Por un lado,
envía señales a la corteza cerebral para
desencadenar la emoción subjetiva interna, y
por otro lado desencadena la expresión externa
de la misma.
9. La rabia se puede definir como una respuesta
emocional básica que energetiza y modifica el
organismo de manera específica, movilizando
nuestros recursos en función de la situación ambiental
ante la que debamos responder, expresándose
en diferentes matices cualitativos y de intensidad,
desde la leve molestia, aumentando hacia la irritación
y el enfado, llegando hasta la cólera y la furia. Como
respuesta instintiva, la rabia se da ante estímulos que
el organismo interpreta como amenazantes para su
integridad psíquica o física, o que impiden la
satisfacción de una necesidad.
Desde un punto de vista cognitivo, numerosos autores
describen la rabia como una alteración del ánimo de carácter
displacentero, con respuesta en los sistemas fisiológico, motor
y cognitivo, causada por la atribución que hacemos al fracaso
de una acción, o al bloqueo del organismo en la consecución
de una meta o en la satisfacción de una necesidad. Otros
autores, sin embargo, describen que la intensidad y cualidad de
la rabia estarían determinadas por la valoración que hace la
persona de una situación estresante, capaz de causarle daño,
amenaza o pérdida.
10.
11. Aunque tradicionalmente se ha definido a la
depresión en función de síntomas como
tristeza, desesperación o sensación de falta de
valor personal, este trastorno puede también
expresarse mediante síntomas diferentes,
como ira, abuso de sustancias o conductas de
riesgo, que aparecen con más frecuencia
RELACION ENTRE IRA Y DEPRESION
La ira, la hostilidad, la irritabilidad y los
estallidos violentos son, en realidad,
bastante frecuentes en personas
deprimidas. Siendo la tendencia que
más de la mitad de las personas
diagnosticadas con depresión mayor
mostraban también irritabilidad e ira.
12. Así mismo, cuando una persona observa
su propio comportamiento hostil, su ira y
su incapacidad para controlarse, puede
acabar aún más deprimido y sentir aún un
mayor odio hacia sí mismo, lo que agrava
el problema y lo mantiene en el tiempo.
Por tanto, tras esta ira se esconde a
menudo un problema de baja autoestima
con sensación de fracaso o impotencia
ante el que se reacciona con un intenso
autodesprecio
A menudo, los mismos sentimientos de
depresión producen autodesprecio e ira
hacia uno mismo. Esto es debido a que a
algunas personas, especialmente entre los
hombres, les cuesta mucho reconocer sus
sentimientos de decaimiento e indefensión,
típicos de de la depresión, porque les hace
sentirse débiles.