El documento describe tres drogas y toxinas que emulan la acción de los neurotransmisores: el botulismo, causado por una toxina bacteriana que impide la liberación del neurotransmisor ACh y puede causar parálisis y muerte; la cafeína, que aumenta la liberación de neurotransmisores excitatorios al bloquear al neurotransmisor adenosina; y el LSD, que inhibe las neuronas que producen serotonina y puede causar alucinaciones.