2. INTRODUCCION
• La edad adulta, etapa comprendida entre el
fin de la pubertad y el inicio de la senectud, es
el periodo más largo de la vida (19 a 59).
3. • En 1990, la esperanza de vida al nacer en
México fue de 73 años para las mujeres y 67
años para los hombres; es decir, aumentó en
promedio cuatro años a partir de 1980.
• Esto significa que una proporción importante
de la existencia corresponde a la etapa de
adulto y durante ella el estilo de vida
saludable y la alimentación correcta son
factores primordiales para llegar a tener una
vejez con calidad y contribuir al aumento en la
esperanza de vida en el futuro.
5. • Los indicadores de uso más frecuente en la
evaluación del estado de nutrición del adulto son los
antropométricos, pues resultan ser prácticos para
identificar la presencia de balances energéticos
positivos o negativos.
• Entre estos indicadores, conviene emplear el que
relaciona el peso y la estatura.
6. • La evaluación antropométrica debe
completarse con la exploración de los
antecedentes familiares de enfermedades
crónicas degenerativas, así como con
información referente al estilo de vida; sobre
todo los patrones de actividad física, el
consumo de alcohol y de tabaco, y la
alimentación.
8. Para evaluar la distribución (androide o
ginecoide) de la reserva corporal de grasa
pueden utilizarse el índice cintura cadera o
simplemente el perímetro de la cintura.
9. • Las pruebas bioquímicas encaminadas a la
detección de deficiencias específicas sólo
serán necesarias ante la sospecha de una
alteración particular.
10. • La toma de la tensión arterial, la
determinación de la concentración de
hemoglobina y de glucosa en la sangre, un
perfil de lípidos que comprenda la
cuantificación del colesterol y los triglicéridos
séricos, así como la evaluación de la
lipoproteínas de alta y baja densidad.