ICH es una emergencia médica caracterizada por alta morbilidad y mortalidad que requiere diagnóstico y manejo agresivo. La expansión del hematoma y el deterioro temprano son comunes dentro de las primeras horas después del inicio. El tratamiento incluye soporte vital, neuroimagen, control de presión arterial, glucosa y temperatura, así como consideraciones quirúrgicas para la eliminación del hematoma.