Una transmisión aérea o transmisión por el aire es la transmisión de una enfermedad a través de pequeñas partículas que pueden transmitirse a través del aire a lo largo del tiempo y distancia.2 Las enfermedades que pueden transmitirse por el aire incluyen muchas de considerable importancia tanto en la medicina humana como en la veterinaria. Los patógenos relevantes pueden ser virus, bacterias u hongos, y pueden transmitirse al respirar, hablar, toser, estornudar, levantar polvo, rociar líquidos, tirar de la cadena o cualquier actividad que genere partículas o gotitas de aerosol. Las enfermedades humanas transmitidas por el aire no incluyen las causadas por la contaminación del aire, como los compuestos orgánicos volátiles (COV), los gases o cualquier partícula del aire. La transmisión aérea es distinta de la transmisión por gotitas respiratorias ya que son lo suficientemente grandes como para caer rápidamente al suelo después de ser producidas,3 a diferencia de las partículas más pequeñas que transportan patógenos en el aire. Además, mientras que las gotitas respiratorias constan principalmente de agua, las partículas en el aire son relativamente secas, lo que dañan a muchos patógenos, por lo que su capacidad para transmitir infecciones es reducida o eliminada. Por tanto, el número de patógenos que pueden transmitirse por vía aérea es limitado.456 Tanto los aerosoles como las gotitas respiratorias son parte de la ruta respiratoria de transmisión de enfermedades comunicables. Las personas generan aerosoles y gotitas en una amplia gama de tamaños y concentraciones, y la cantidad producida varía ampliamente según la persona y la actividad.7 Las gotas más grandes, de más de 100μm, caen al suelo y se asientan a menos de 2 m, excepto cuando son propulsadas.78 Las partículas más pequeñas pueden transportar patógenos en el aire durante períodos prolongados de tiempo. Hay una mayor concentración de patógenos en el aire dentro de los 2 m de distancia; sin embargo, pueden viajar más lejos y acumularse, concentrándose, en una habitación. El límite tradicional de tamaño de 5 μm entre las gotitas en el aire y las respiratorias ha sido criticado como una falsa dicotomía no basada en la ciencia, ya que las partículas exhaladas forman un continuo de tamaños cuyo destino depende de las condiciones ambientales además de sus tamaños iniciales. Sin embargo, han formado la base de las precauciones sobre la transmisión hospitalaria durante décadas.7