1. Bernstein, B. (1997). La estructura del discurso pedagógico (pp. 72-99). Madrid:
Morata.
En este análisis distinguiré entre la práctica pedagógica como transmisor
cultural y lo que ella transmite; en otras palabras, la practica pedagógica
como forma social y como contenido específico.
Algunos pensamientos sobre la lógica interna de cualquier práctica
pedagógica, entendida esta como un transmisor, un transmisor cultural: un
dispositivo exclusivamente humano tanto para la reproducción como para la
producción cultural.
Toda práctica pedagógica debe tener unas reglas de secuencia que
suponen unas reglas de ritmo.
El ritmo es la tasa de adquisición esperada de las reglas de secuencia, o
sea, cuanto ha de aprenderse en un tiempo determinado, esencialmente el
ritmo consiste en el tiempo concedido para hacerse con las reglas de
secuencia.
Las reglas también jerárquicas estas pueden ser explicitas, pero también
implícitas.
La pedagógica visible podrá siempre énfasis en la performance del niño, en
el texto se ajusta a los criterios.
La pedagógica invisible solo es el transmisor conoce las reglas discursivas.