El documento resume los cambios clave en el acuerdo de Brexit entre el Reino Unido y la Unión Europea. Primero, el período de transición ahora terminará en diciembre de 2020 con la posibilidad de una extensión de 1-2 años, pero no más. Segundo, el protocolo de Irlanda e Irlanda del Norte elimina la salvaguarda y en su lugar establece soluciones para evitar una frontera en la isla. Tercero, el primer ministro británico apuesta por un área de libre comercio en lugar de una unión a
Sistema de Control Interno aplicaciones en nuestra legislacion
EL NUEVO BREXIT
1. BREXIT 2.0.
Manfred Nolte
El interminable proceso de desanexión británica de la Unión Europea -el
agobiante Brexit- ha hecho que una buena parte de los comentaristas que
veníamos cubriendo la evolución del asunto cayésemos en un cierto desencanto
y con él en un letargo informativo. Lamentablemente para la construcción
europea, peroafortunadamente para la higiene política, la salida de Gran Bretaña
del proyecto comunitario ya es una realidad desde las cero horas del pasado
sábado día 1 de febrero. Hoy mismo el Reino Unido es un país tercero para la
Unión europea, sin derechos políticos algunos. Pero acabamos de inaugurar un
periodo transitorio de once meses para definir contra el reloj las futuras
relaciones económicas entre ambos bloques.
Y bajo esta realidad ya inapelable e irreversible nacen nuevos retos, otras
incertidumbres, más y diferentes problemas.
Para consensuar el nuevo acuerdo de desanexión que abre un ‘periodo de
transición’ aprobado por el Parlamento británico y asumido por los lideres
europeos han debido modificarse algunos puntos sustanciales del acuerdo inicial
repetidamente reprobado a Teresa May por los comunes. El primero y
fundamental estriba en que, al término del nuevo proceso de negociación, el 31
de diciembre de 2020, de mutuo acuerdo, solo cabe una prórroga máxima, de uno
o dos años, al término de la cual, si no hubiera acuerdo, las islas funcionarán con
el estatus de país tercero, consolidando la figura de un Brexit duro. Se elimina la
obligatoriedad de un consenso para la terminación de los acuerdos, lo que, bajo
el documento anterior, podía perpetuar la situación de dependencia del Reino
Unido de forma indefinida. Durante el periodo vigente de negociaciones para
buscar el modelo definitivo de acuerdos económicos, el reino Unido será tratado
como un país más de la Unión europea, aplicándose a aquel la ley europea, pero
sin la participación activadel Reino Unido en las Instituciones y en la gobernanza
europea.
La segunda diferencia y no menos fundamental se refiere a la revisión del
protocolo con Irlanda e Irlanda del norte. El nuevo protocolo contiene las
2. soluciones operacionales y legales suficientes para evitar cualquier frontera en la
isla de Irlanda, proteger los llamados ‘acuerdos de viernes santo’ en todas sus
dimensiones y asegurar que Irlanda del norte es un territorio aduanero del Reino
Unido con la participación en todos los beneficios de una política comercial
británica independiente. Las disposiciones previstas en el Acuerdode retirada de
noviembre de 2018 estaban directamente relacionadas con el territorio aduanero
único UE / Reino Unido acordado en ese momento. Dado que el Protocolo
revisado ya no establece un Territorio Aduanero el marco de reglas del juego se
cambia. Esto supone la eliminación del cuestionado ‘backstop’ o salvaguarda
contemplado en el acuerdo firmado con Teresa May. En caso de que no hubiera
acuerdo final entre ambos bloques, la clausula implicaba que Irlanda del norte
permanecería alineada con gran parte de las reglas (convergencia regulatoria o
‘level playing field’) del mercado único europeo mientras Gran Bretaña
permanecería en su estatusde unión aduanera de forma teóricamente indefinida.
El backstop indefinido ha desaparecido. Cuatro años después de los acuerdos, la
Asamblea de Irlanda del Norte decidirá por mayoría simple si se mantienen.
El primer ministro británico ya ha anunciado que de ninguna de las maneras
solicitará la prórroga prevista para este periodo transitorio cuando la mayoría de
las voces autorizadas dentro de la unión europea advierten de la imposibilidad
técnica de cubrir en lo que queda de año la agenda negociadora, máxime cuando
en esta fase la voz única europea pueda verse interrumpida por intereses
particulares de los países miembros. Johnson apuesta por un área de libre
comercio, un modelo sensiblemente más autárquico que la unión aduanera
postulada por Teresa May, y que se asemeja mucho a un ‘no deal’, esto es a un
Brexit duro.
Las probabilidades de un Brexit duro quedan notablemente incrementadas si
recordamos que el textodel actual acuerdo de negociación no prevé un nivel de
integración mínima al término de un periodo transitorio sin acuerdo entre las
partes. El proyecto fallido de Teresa May contemplaba que, en ausencia de
acuerdo final, el Reino Unido se situara en el plano de una Unión aduanera,
aspecto que se ha caído del textoactual. Es ciertoque el tema de Irlanda del norte
ha quedado sellado de forma satisfactoria para el conjunto de la isla irlandesa.
Pero el resto del Reino Unido estaría abocado a una salida caótica, malo para el
Reino Unido y algo que no interesa a Europa ni, por tanto, a España.
El nuevo Brexit promete suscitar un largo y tumultuoso camino de sobresaltos.