Este documento presenta una guía sobre la atención a la urgencia psiquiátrica. Explica cómo realizar correctamente la historia clínica psiquiátrica y evalúa las patologías más comunes como los trastornos de ansiedad, la ideación suicida y las urgencias pseudo-psiquiátricas causadas por enfermedades médicas. También proporciona recomendaciones sobre el tratamiento agudo de estas afecciones psiquiátricas de urgencia y los criterios de derivación a psiquiatría.
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ÍNDICE
1. Introducción…………………………………………………………………………..2
2. Cómo realizar correctamente la historia clínica……………………………….…2
3. Patologías más prevalentes………………………………………………………..3
3.1. Trastornos psiquiátricos que coexisten con enfermedades médicas….…3
3.2. Urgencias pseudo-psiquiátricas………………………………………….…..4
3.3. Trastornos de ansiedad…………………………………………………….…5
3.4. Ideación suicida………………………………………………………………..7
3.5. Agitación psicomotora………………………………………………………..11
3.6. Patología psiquiátrica en el anciano………………………………………..12
4. Técnicas de abordaje……………………………………………………………...14
5. Conclusiones…………………………………………………………………….…14
6. Bibliografía……………………………………………………………………….…15
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1. INTRODUCCIÓN
La urgencia psiquiátrica no solo se define por el riesgo vital, sino por la necesidad de
evitar el sufrimiento psíquico y la alteración conductual del paciente. Ya sea en la
consulta de atención primaria o en las urgencias hospitalarias es importante saber
identificar, diagnosticar y tratar la patología psiquiátrica más prevalente. Sin olvidar la
relevancia de reconocer aquellos pacientes subsidiarios de derivación a Salud Mental.
En medicina, la urgencia está definida por el riesgo vital o la necesidad de actuar
rápidamente para evitar secuelas graves. En psiquiatría la definición de urgencia es
más imprecisa, pues si bien el riesgo vital existe, tanto para el paciente como para
terceros, es habitual actuar para evitar el sufrimiento psíquico, la angustia y la
alteración conductual. Así, la urgencia psiquiátrica se define como la situación en la
que existen síntomas psíquicos (pensamientos, percepciones, sentimientos y
conductas) que se perciben como amenazantes o perturbadoras por el propio
individuo, la familia o el entorno social, por lo que generan una solicitud de atención
inmediata voluntaria o involuntaria.
Los objetivos de la atención de una urgencia psiquiátrica incluyen:
● Resolver la necesidad más inmediata
● Decidir si la atención se realizará en el propio servicio o se debe trasladar al
sujeto a un espacio diagnóstico-terapéutico más apropiado.
● Precisar el factor desencadenante
● Intervenir para prevenir recaídas
● Vincular al paciente y su familia con el equipo de salud donde se continuará la
atención
2. CÓMO REALIZAR CORRECTAMENTE LA HISTORIA CLÍNICA
La entrevista psiquiátrica exige la utilización de técnicas de escucha, observación e
interpretación.
2.1. Lugar de realización:
La sala de la entrevista no debe contener ningún objeto que pueda ser usado como
arma. Debe estar situado en un lugar no aislado y de rápido acceso para el personal
instruido en proceso de urgencia. No debe ser posible cerrar la puerta desde dentro
y debe tener fácil accesibilidad a la puerta de salida o incluso debe tener dos puertas
de entrada.
2.2 Actitud durante la realización de la misma:
● Nos presentamos explicando el motivo por el que estamos allí (con actitud de
ayuda).
● Mantener una actitud tranquilizadora firme y segura.
● Mostrar respeto hacia el paciente sin dañar su autoestima, utilizando un tono
de voz calmado y neutral.
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● Escucha atenta, empática, sin prisas, que facilite su capacidadde pensamiento
y verbalización de problemas.
● Procuraremos evitar un interrogatorio minucioso y largo.
● Implantación de límites a su conducta que no sea interpretado como amenaza
o emergencia que puedan aumentar la irritación y llevar a una crisis de
agitación.
● Evitar discutir, responder con actitud hostil, desafiante o agresiva a su
argumento, esto puede provocar un aumento notable de la violencia,
especialmente en pacientes con trastornos de la personalidad.
● No hay que distanciarse, ni mirar fijamente a los ojos, ni desde un nivel más
alto. Manteniendo siempre la distancia de seguridad.
● Estar pendiente de posibles signos amenazantes que indiquen violencia
inmediata: tono de hablar alto, grave, amenazante y vulgar, elevada tensión
muscular, hiperactividad generalizada, golpear objetos…
2.3. Motivo de consulta:
● Antecedentes somáticos y psiquiátricos
● Toma de fármacos
● Consumo de tóxicos
● Evolución de los síntomas, investigar factores desencadenantes o agravantes
● Exploración física
● Evaluación psiquiátrica básica:
○ Orientación temporoespacial
○ Grado de colaboración
○ Estado de ánimo
○ Signos de hiper o hipoactividad
○ Valorar si existen ideas autolíticas (preguntando explícitamente por
ideación suicida o de muerte)
○ Alteración de los ritmos vitales
○ Evaluar síntomas psicóticos (alucinaciones, delirios...)
● Pruebas complementarias pertinentes
2.4. Examen mental o exploración psicopatológica
● Descripción general: Aspecto. Actitud (colaborador u opositor). Actividad
psicomotriz y conducta ( inquietud, inhibición o agitación)
● Intelecto: capacidad de juicio y raciocinio
● Área afectivo-emocional: estado anímico (depresivo, ansioso, irascible,
eufórico, neutro)
● Lenguaje: velocidad, volumen, ritmo, tono, cantidad, articulaciones y calidad
de la voz. Curso. Lenguaje no verbal.
● Alteraciones del pensamiento
● Sensopercepción
● Juicio
3. PATOLOGÍAS MÁS PREVALENTES
3.1. Trastornos psiquiátricos que coexisten con enfermedades médicas:
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La convivencia independiente de trastornos psiquiátricos y orgánicos en el mismo
paciente resulta en el conocido fenómeno de la comorbilidad, influyendo
negativamente en la morbimortalidad.
● Enfermedades cardíacas: Depresión, ansiedad y trastorno de estrés
postraumático (TEPT) parecen estar relacionadas con enfermedades
cardíacas, contribuyendo de manera negativa a eventos cardiológicos
críticos…
● Enfermedades respiratorias: el asma se relaciona frecuentemente a depresión
y a crisis de pánico. Por otra parte, ansiedad, depresión y psicosis se
consideran causa importante de morbilidad y mortalidad en pacientes con
EPOC y asma.
● Enfermedades gastroenterológicas: las enfermedades mentales y trastornos
psicosomáticos tienen un papel importante en el manejo y en la calidad de vida
del paciente. Los pacientes psiquiátricos están en alto riesgo incluso para
enfermedades hepáticas, por el posible abuso de sustancias, por estar más
expuestos a daños por alcohol y por mayor exposición a infecciones por virus
hepáticos.
● Enfermedades endocrinas: existe evidencia que la asociación de diabetes
mellitus y psicosis empeora el pronóstico tanto del trastorno psiquiátrico como
de la enfermedad metabólica.
3.2. Urgencias pseudo-psiquiátricas
En algunas ocasiones la causa del síntoma psiquiátrico puede ser una enfermedad
orgánica. Se debe sospechar ante un paciente sin antecedentes psiquiátricos, menor
de 30 años, inicio súbito de los síntomas, fluctuación, baja respuesta al tratamiento y
síntomas no congruentes con patología psiquiátrica conocida.
● Neurológicas: pueden ser de causa directa (por efecto masa, por ejemplo) o
indirecta (por hipertensión intracraneal o como efecto secundario de algún
tratamiento). Algunas patologías frecuentes que pueden dar síntomas
psiquiátricos son: tumor cerebral, traumatismo cerebral, epilepsia, enfermedad
cerebrovascular o enfermedades degenerativas. Pueden dar síntomas como
amnesia, coma, alteraciones de conducta o síndrome depresivo o ansioso,
entre otros.
● Cardiorrespiratorias: pueden darse los siguientes síntomas que se detallan a
continuación en estas patologías concretas.
○ Patología cardíaca coronaria: síndrome depresivo.
○ Arritmias: crisis de pánico.
○ Neumonía: delirium.
○ Tromboembolismo pulmonar: ansiedad y agitación.
○ Fallo respiratorio: irritabilidad si es por hipoxia y somnolencia si es por
hipercapnia.
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● Infecciosas:
○ Arteritis de la temporal: psicosis y síntomas afectivos.
○ Lupus eritematosos sistémico y síndrome antifosfolípido: delirium,
cambios anímicos y deterioro cognitivo.
● Endocrinas y metabólicas:
○ Hipotiroidismo: ansiedad y demencia.
○ Hipocalcemia: crisis de pánico.
○ Hiponatremia, hipernatremia e hipomagnesemia: confusión.
○ Síndrome Wernicke-Korsakoff: amnesia y confabulaciones.
● Neoplasias: el síndrome paraneoplásico engloba síntomas psiquiátricos que
hay que tener en cuenta. Por ejemplo, alteraciones de la conciencia y el ánimo.
3.3. Trastornos de ansiedad:
Concepto:
La ansiedad es una reacción fisiológica ante una amenaza (interna o externa). La
ansiedad patológica se produce cuando dicha reacción es inadecuada al contexto,
supera cierta intensidad o sobrepasa la capacidad adaptativa del individuo,
interfiriendo en su funcionalidad.
Clínica: pueden presentar síntomas de muy diversos tipos, entre los que se incluyen,
síntomas vegetativos (sudoración, sequedad de boca,mareo, inestabilidad),
neuromusculares (temblor, cefalea, parestesias), cardiovasculares (palpitaciones,
taquicardia, dolor precordial), respiratorios (disnea), digestivos (vómitos, diarreas,
dispepsia, meteorismo…), miedo a perder el control, obsesiones y compulsiones,
dificultad de concentración…
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a) Abordaje del cuadro agudo: siempre que sea posible, se debe realizar una
aproximación empática y tranquilizadora para intentar rebajar el nivel de
angustia.
Si es preciso administrar tratamiento farmacológico, las benzodiazepinas
tienen la ventaja de su inicio rápido de acción, siendo la más indicada en este
contexto el alprazolam (0.5 a 1 mg, pudiendo repetirse la dosis cada 10-20 min)
o lorazepam ( mg). Otra alternativa sería el diazepam (vida más larga que los
anteriores). Cabe destacar que no existe evidencia de la superioridad del
empleo de la vía sublingual con respecto a la vía oral de estos fármacos. En
cuanto a la vía intramuscular, presenta una absorción más errática del fármaco.
b) Manejo de patología de base (si es que existe): se derivará al paciente a su
médico de atención primaria para el inicio del tratamiento a largo plazo si
procede (ISRS, derivación a consultas de Salud Mental).
c) Criterios de derivación a psiquiatría de urgencia:
i) Dificultad o duda diagnóstica
ii) El paciente ha presentado gravedad extrema inicial
iii) Si la crisis no cede con el tratamiento empleado
iv) Si se detecta otra afección psiquiátrica comórbida que lo justifique (
psicosis o riesgo de suicidio)
3.4. Ideación suicida
Concepto: El suicidio se define según la OMS como “un acto con resultado letal,
deliberadamente iniciado y realizado por el sujeto, sabiendo o esperando su resultado
letal y a través del cual pretende obtener los cambios deseados”.
Dentro de la conducta suicida hay que hacer distinción en que nos encontramos ante
un espectro. Por lo tanto, dentro del espectro suicida podemos encontrar: ideas de
muerte, conductas autodestructivas (abuso de sustancias, autoabandono…),
tentativas suicidas, que pueden darse para llamar la atención en ciertos casos, y
planes suicidas que pueden llegar a ser letales o no.
FACTORES DE RIESGO FACTORES PROTECTORES
Enfermedad mental (90%): depresión
(50%), alcoholismo, esquizofrenia y
trastornos de personalidad
Enfermedad física (crónicos o
incapacitados)
Conducta suicida previa
Antecedentes familiares
Apoyo social
Estructura familiar sana
Flexibilidad cognitiva
Tener hijos
Integración social
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Tratamiento:
¡Importante! Habitualmente las personas que realizan un acto suicida han acudido las
semanas previas a su médico o han dado pistas de algún tipo. El típico “las personas
que se quieren suicidar no avisan ni lo hablan” es falso. Se considera un mito
generalizado dentro de esta patología.
Valoración del riesgo en la consulta:
● No caer en los típicos mitos:
○ Las personas que avisan o hablan de suicidio sí se suicidan.
○ La intencionalidad suicida puede persistir largo tiempo y finalmente
consumarse.
○ Aunque existen pacientes que usan las tentativas como métodos para
llamar la atención siempre hay que permanecer alerta.
● Estar al tanto de sospechas de riesgo:
○ Intentos previos.
○ El propio paciente lo comunica, sobre todo cuando comparte planes de
suicido elaborados o instrumentalizados.
○ Antecedentes personales de patología psiquiátrica.
○ Sospechas de la propia familia del paciente.
● Es importante durante la entrevista clínica crear un entorno de máxima
confidencialidad, no emitir juicios de valor, llevar a cabo una entrevista
estructurada (hablar en primer lugar sobre las preocupaciones del paciente,
indagar sobre factores de riesgo y por último preguntar directamente sobre
intencionalidad suicida).
Abordaje en urgencias:
● No dejar nunca solo al paciente y buscar instrumentos letales que pueda
mantener con él mismo.
● Realizar la entrevista clínica teniendo en cuenta la valoración del riesgo
suicida. ¡No olvidarse de los mitos a evitar!
● Valorar la necesidad de sedación.
● ¿Cuándo realizamos interconsulta con psiquiatría? Dada la dificultad de
cuantificar el riesgo suicida y la peligrosidad de la patología es recomendable
consultar con un médico psiquiatra. Algunos indicadores de riesgo elevado
serían:
○ Antecedentes de depresión mayor o psicosis grave.
○ Ausencia de apoyos familiares.
○ El paciente manifiesta planes explícitos y elaborados con potencial alta
letalidad.
● En caso de no ingreso del paciente es importante realizar un período de
observación en el servicio de urgencias. Además una vez dado de alta
garantizar el acompañamiento del paciente, derivación a salud mental, valorar
medicación necesaria.
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3.5. Agitación psicomotora
Concepto: Hiperactividad psíquica y motora con alteraciones emocionales y conducta
incoherente. La intensidad del cuadro es variable, desde una mínima inquietud
abordable inicialmente con recursos verbales, hasta una agresividad y movimientos
extremos.
Clínica:
– Agitación orgánica: sospecharemos cuando se presente con ausencia de
antecedentes psiquiátricos, inicio agudo, curso fluctuante, ausencia de episodios
similares anteriores, antecedentes de enfermedades de origen orgánico; interrupción
brusca del consumo de fármacos, alteración del nivel de conciencia, desorientación,
lenguaje incoherente, alucinaciones visuales y táctiles, focalidad neurológica o clínica
neurovegetativa asociada.
– Agitación psiquiátrica: la sugieren antecedentes familiares o personales de
alteración psíquica, delirio, lenguaje incoherente y disgregado con desconexión de la
realidad, verborrea, conversación con saltos, euforia (manía) o alucinaciones
auditivas.
– Mixta en relación con abuso de sustancias: bien por intoxicación o abstinencia
Tratamiento:
1. Contención verbal: es el primer paso para intentar controlar la conducta, siempre
teniendo en cuenta que no existen ensayos controlados que apoyen enfoques no
farmacológicos para personas agitadas con enfermedad mental grave. Se debe
abordar la entrevista manteniendo la distancia de seguridad, mostrando respeto,
utilizando un tono de voz neutral, evitando la discusión y una respuesta hostil. Es
preciso dejar hablar al paciente, que se sienta escuchado, evitando hacer juicios de
valor y utilizando frases empáticas, como «Yo, en tu lugar, me sentiría igual». El
paciente debe percibir que nos interesa lo que le pasa y que nuestra intención es
protegerle. No debemos engañarle en cuanto al tratamiento, asegurando
confidencialidad y seguridad. Ante todo, el profesional debe aparentar calma,
serenidad y control de la situación.
2. Abordaje farmacológico:
a. En pacientes no excesivamente agitados ofrecer sedantes orales ( como en
el caso de trastorno de ansiedad) tipo benzodiazepinas (alprazolam 0,5-2 mg,
diazepam 10-20 mg, lorazepam 1-2 mg) o neurolépticos (olanzapina dispersable en
«velotabs» 5-10 mg), este último especialmente indicado en pacientes psicóticos.
b. En pacientes muy agitados disponemos de varias alternativas:
o Benzodiazepinas: midazolam 0,1 mg/kg i.m. Tiene una buena absorción,
obteniéndose efecto en 5-6 min. Si precisamos efecto más rápido, podemos utilizar la
vía intranasal, que ha demostrado ser eficaz a dosis de 0,3 mg/kg en goteo repartido
en ambas fosas nasales. Esta «presedación» facilitará la canalización de una vía
venosa periférica y posterior y obligatoria monitorización de constantes. Otras
alternativas serían lorazepam (2-4 mg i.m. o i.v.) y diazepam (10-20 mg i.v. lento).
o Neurolépticos: haloperidol, de elección si hay síntomas psicóticos a dosis de
2-3 mg i.m. en ancianos y 5 mg (1 ampolla) i.v. en adultos. Puede repetirse si es
preciso hasta un máximo de 100 mg/24 h.
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o Clorpromazina: 25 mg i.m. (nunca i.v. directa) o levopromazina 25-50 mg i.m.
En caso de gran agitación es buena opción asociar benzodiazepina + neuroléptico
i.m.
c. En intoxicación por alcohol o depresores del sistema nervioso central, evitar
los neurolépticos y las benzodiazepinas, y se considera una alternativa la tiaprida
(100-200 mg i.m.), pudiéndose repetir en 2-3 h.
Carubia B, Becker A, Levine BH. Child psychiatric emergencies: updates on trends, clinical care,
and practice challenges. Curr Psychiatry Rep. 2016; 18(4): 41
– En los casos de agitación leve en los que se haya solucionado la crisis con
contención verbal o medicación oral, valorar alta a domicilio con benzodiazepinas
orales y control por su médico de familia, servicios sociales, unidades de
drogodependencias o de salud mental, según el caso, en las siguientes horas.
Criterios de derivación a psiquiatría de urgencia:
En los casos de gran agitación que hayan precisado sedación farmacológica:
derivación a hospital en unidad medicalizada con monitorización de constantes
durante el trayecto.
3.6. Patología psiquiátrica en el anciano
Aunque a veces olvidado, en algunas ocasiones el propio envejecimiento conlleva el
desarrollo de patología psiquiátrica. El envejecimiento produce cambios cerebrales
morfológicos y fisiológicos con una repercusión clara en la persona. A esto se le
añaden los cambios psicosociales que también ocurren en edades avanzadas.
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Durante la entrevista clínica hay que tener en cuenta lo siguiente:
● Adaptar el tono y el volumen de nuestra voz a la persona que tenemos delante,
es posible que no nos oiga con claridad.
● Adaptar el ritmo de la conversación y las preguntas, tener paciencia.
● Entrevistar al paciente también a solas, normalmente son personas que
acuden acompañadas. La familia aporta mucha información necesaria para la
correcta anamnesis pero no hay que olvidar en quién tenemos que centrar
nuestra atención. Es habitual realizar la mayor parte de la entrevista con el
acompañante olvidándonos en cierta medida del paciente anciano, dado que
suele ser una entrevista más compleja y lenta.
Patología potencial en el paciente anciano:
● Depresión: Esta patología no es más prevalente a mayor edad del paciente,
pero sí hay más prevalencia de infradiagnóstico y de patología depresiva
derivada de eventos cerebrovasculares o factores sociales. Está
estrechamente relacionada con la demencia, en cuyo caso presenta una
evolución y respuesta al tratamiento peor.
○ ¿Qué es la pseudodemencia?: la depresión en personas ancianas
puede acompañarse de un déficit cognoscitivo real. La diferencia con la
demencia se da en la reversibilidad de los síntomas de deterioro
cognitivo una vez tratada la depresión.
● Trastorno de adaptación y ansiedad: el anciano atraviesa una etapa vital en la
que predomina la necesidad de adaptación a diversas situaciones, como
pueden ser la jubilación, pérdida de la pareja y amistades, disminución de la
actividad sexual, cambios en la posición que ocupa dentro de la familia,
disminución de sus capacidades físicas y psíquicas, etc.
● Trastornos psicóticos: son frecuentes las alucinaciones, sobre todo auditivas y
los delirios de persecución. Más habitual en mujeres que en hombres. Un
criterio para su diagnóstico es la ausencia de deterioro cognitivo.
Tratamiento:
Previo a la prescripción farmacológica o en combinación con ésta se encuentra la
psicoterapia. Su eficacia es similar a la dada en pacientes de menor edad.
A la hora de pautar fármacos es relevante tener en cuenta los cambios
farmacocinéticos que se pueden dar en este grupo de la población, sin olvidar la
variación individual. La prescripción farmacológica debe ser prudente y llevarse a
cabo un seguimiento.
Algunos ejemplos de fármacos utilizados en personas ancianas son los siguientes:
● Antipsicóticos: risperidona en las psicosis en demencias o haloperidol en el
delirium. Estar al tanto de posibles síntomas extrapiramidales.
● Antidepresivos: de primera elección encontramos los ISRS (inhibidores
selectivos de la recaptación de serotonina) y los duales.
○ Perfil sedante: trazodona
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○ Baja interacción con citocromo P-450: sertralina, mirtazapina,
venlafaxina, escitalopram.
○ Si el cuadro asocia dolor: duloxetina.
● Ansiolíticos: hay que tener cuidado a la hora de prescribir benzodiazepinas, ya
que se aumenta el riesgo de caída. Una alternativa es la trazodona, también
con perfil sedante, de prescripción nocturna.
4. TÉCNICAS DE ABORDAJE
El papel del médico ante un paciente que presenta un cuadro psiquiátrico queda
resumido en tres actuaciones fundamentales:
- Descartar la presencia de patología orgánica que justifique el cuadro clínico
- Identificar a qué cuadro corresponde (importante diferenciar si se trata de
patología aguda o crónica)
- Pautar un tratamiento adecuado y/o derivar al especialista correspondiente.
Durante el transcurso de la sesión se realizarán simulaciones de situaciones reales
que podemos encontrar en la práctica clínica diaria y posteriormente analizaremos
aspectos a mejorar, así como puntos a tener en cuenta.
5. CONCLUSIONES
● Las urgencias psiquiátricas tienen unas características específicas que las
distinguen de las urgencias médicas y que conviene tener en cuenta.
● Se debe realizar una entrevista sistemática, valorando todos los aspectos para
así obtener la máxima información tanto objetiva como subjetiva que aporta el
paciente.
● Existe patología psiquiátrica que puede esconder una enfermedad orgánica
subyacente, la cual es importante descartar.
● Debe tomarse en serio toda amenaza de suicidio, la mayoría de los suicidas lo
comunican previamente a su entorno.
● En el caso del paciente agitado, la elección del fármaco y la vía de
administración se realizará en función de la etiología y el grado de agitación.
● El propio envejecimiento puede conllevar patología psiquiátrica entre la que
encontramos trastornos depresivos, ansiosos o psicóticos.
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6. BIBLIOGRAFÍA
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y protocolos de actuación. 5.a ed. Barcelona: Elsevier; 2015.
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7. Lobo A. Manual de psiquiatría general. Madrid: Editorial Médica Panamericana; 2014