Los hidratos de carbono más abundantes son los polisacáridos, que son macromoléculas formadas por la unión repetida de azúcares simples. Incluyen almidón, glucógeno, celulosa y quitina. El almidón y el glucógeno sirven como fuente de energía de almacenamiento, mientras que la celulosa y la quitina cumplen funciones estructurales en plantas y animales respectivamente.