Los experimentos médicos sin ética realizados por los nazis y en Estados Unidos llevaron al desarrollo de normas como el Código de Nuremberg y la Declaración de Helsinki para proteger a los sujetos humanos. La Conferencia Internacional de Armonización estableció las Buenas Prácticas Clínicas, que son estándares éticos y científicos para la realización de ensayos clínicos y la protección de los derechos de los participantes.