La paciente presenta síntomas de encefalopatía de Wernicke como consecuencia probable de un alcoholismo crónico, incluyendo nistagmus, ataxia y una historia de ingesta de metoclopramida que causó discinesias. Se diagnosticó tras tratarla con tiamina y realizar una RMN que mostró lesiones cerebrales compatibles. Aunque mejoró parcialmente, persisten secuelas neurológicas.