El control es un proceso administrativo para evaluar el rendimiento y asegurar que las actividades se realicen según lo planificado, corrigiendo desviaciones. Existen tres tipos de control: preliminar, concurrente y de retroalimentación. El control permite medir el rendimiento, compararlo con los estándares, y tomar acciones administrativas como corregir el rendimiento o revisar los estándares. El control es importante porque ayuda a las organizaciones a mantener la supervisión de sus planes y responder al cambio ambiental.