La transmisión nerviosa implica cambios electrofisiológicos en la membrana neuronal que generan un potencial de acción. Estos cambios involucran el movimiento de iones como sodio y potasio a través de la membrana, ya sea por transporte pasivo siguiendo gradientes de concentración o por transporte activo usando energía. La propagación coordinada de potenciales de acción a lo largo de la neurona permite la conducción del impulso nervioso.