El lenguaje depende en mayor grado de un hemisferio cerebral que del otro, con cada hemisferio especializado en diferentes funciones. El hemisferio izquierdo se especializa en procesos seriados y analíticos, mientras que el derecho se especializa en relaciones visuales y espaciales. Dentro de cada hemisferio, existen diversas áreas cerebrales que se encargan de funciones específicas del lenguaje como la comprensión auditiva, expresión vocal, lectura y escritura.