La fiebre es causada por la liberación de citocinas como respuesta a agentes externos o infecciones, las cuales activan las prostaglandinas en el hipotálamo y alteran la temperatura corporal. Las citocinas no pueden cruzar la barrera hematoencefálica pero acceden al hipotálamo a través de vasos sanguíneos, induciendo la producción de prostaglandinas que estimulan el termostato hipotalámico y regulan la temperatura a niveles más altos de lo normal.