La organización política del Imperio Español en América se basaba en un sistema jerárquico encabezado por el Rey de España, quien nombraba virreyes para gobernar los virreinatos. Los virreyes supervisaban las autoridades políticas coloniales como los gobernadores y las audiencias reales. Estas instituciones coloniales ejercían funciones administrativas, judiciales y de aplicación de las leyes emanadas de la monarquía española.