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El Posconflicto en Colombia
(Análisis en perspectiva económica)
1. Planteamiento del problema.
1.1 El universo y los conceptos.
En comienzo, se trata de asumir que, el conflicto, ha estado ahí. Desde, el momento mismo en que
se concretó nuestra condición de patria libre. En un proceso que comprometió, inclusive, a quienes
ejercieron como conductores libertarios. Por una vía inherente a la discusión política de
configuración de país y de estado. En ejercicios que posicionaban el marco constitucional como
soporte fundamental.
Lo que, hoy por hoy, vivimos no es otra cosa que una extensión no formal de las contradicciones.
Porque se replicó en escenarios desde 1830 hasta finales de siglo. Pero que, por esto mismo, se
abrió camino, recorriendo todo el siglo XX.
Ha sido un largo camino. Como laberinto que agobia. Pero que, por lo mismo, ha permitido localizar
los términos de referencia necesarios para enfrentar la soledad del ser que emerge consolidado, a
partir de descifrar los códigos de la vida societaria. Porque viene de esa dispersión que lo había
inhibido, para enfrentar vicisitudes. Hacerlo sólo le había significado, en el tiempo, no entender la
dinámica asociada a sentir a los otros y a las otras. Un estar ahí, situado en su compartimento.
Mirándose. Como quien no ha construido el enlace, entre sí mismo y el escenario. Actor cuyo libreto
son palabras para sí. Pero que, en perspectiva, se siente aislado. Avasallado; al límite de su
capacidad para discernir acerca de su rol colectivo.
Posicionarse, al margen de lo inhóspito, supone un avance. Es adquirir la noción de estar en otras
condiciones. Diferentes a aquellas en las que prevalecía la zozobra. Lo azaroso. Como cuando se
percibe que la exterioridad acecha, como potencia ajena a cada sujeto. Como incierta posibilidad.
Como expectante gendarme que rodea y asfixia. Una figura parecida a aquellas sombras del inicio;
cuando no éramos otra cosa que expresiones minimizadas, al garete. Próximas al desequilibrio, por
la vía de los extravíos propios de la selección natural.
Sentirse vinculado a un proyecto de la naturaleza. Sin haber sido consultado o consultada; es tanto
como una sumisión indescifrable; como quiera que se da sin que hubiésemos conocido la hoja de
ruta inherente a ese proyecto. Tal vez, por esto mismo, llevamos la marca de la angustia. Porque
no entendimos su soporte. Angustia e inquietud, que se tornan en el hilo conductor de esa
sensación de impotencia. Esa misma que ha estado con nosotros y nosotras, desde el origen. En
ese entonces, lo que percibíamos no iba más allá de la inmediatez que no s envolvía. Como burbuja
que asfixia. Y que nos rodeaba y nos colocaba en condiciones de inferioridad. Un choque de
expectaciones. Mientras la naturaleza, exhibe una lógica interna. Que va, desde los organismos
simples primarios; hasta las cimas que confirieron las condiciones próximas a la civilización. Todo
eso como una envoltura que nos inhibía. Desde ese tiempo procede nuestra sujeción involuntaria a
ese proyecto. Siendo, este, mucho más amplio en los espacios universales; mucho más complejos.
Mucho más ajenos a nuestra interpretación en esa infancia temprana, como sujetos. Ya, ahí, estaba
latente la soledad y sus implicaciones.
Entonces, necesitábamos compañía. Pero no del tipo de compañía en la cual los otros y las otras
estaban ahí. Al alcance físico de cada quien. Pero sin ese hilo de Ariadna que nos permitiera
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descifrar los códigos asociados al entorno colectivo, como sujeto en sí. Es decir, en una perspectiva
de concretar expresiones conscientes de organización. No como sumatoria simple de sujetos. Más
bien como conciencia que se recrea y recrea. Una opción en la cual se acumulan saberes. En un
concepto de acumulación emparentado con la vertebración de lo consciente como colectivo. Con
todas sus implicaciones. Es decir, siendo conscientes de la necesidad de crear instituciones, con los
insumos de los saberes. Fundamentalmente, con esos que nos otorgan la vitalidad indispensable
para re-conocernos. Como agentes de transformación. Como expresiones hacia el equilibrio. Desde
la soledad inhóspita de lo individual; hasta el acompañamiento en lo colectivo.
Eso de buscar el equilibrio y trascender la soledad; por la vía de sumar opciones de vida. Desde lo
primario individual; hasta lo consciente colectivo; debe ser entendido como esa condición que
permite acceder a una interpretación de los y las sujetos; vinculados y vinculadas a un proyecto;
mucho más cercano y comprensible que aquel que tiene la naturaleza.
Es, entonces, ese proyecto nuestro, el punto de comienzo y soporte de la nueva identidad.
Colectiva e individual. La nueva identidad, así alcanzada, no era otra cosa que la noción de lo
humano. Como categoría propia que nos situaba en el camino habilitado para transitar la vida, la
historia. Con referentes definidos a partir de la necesidad inicial de asociarnos. Transfiriendo, a
través de estos referentes, principios y valores. Son posibles y necesarios; habida cuenta de
nuestra condición de animales superiores. Superioridad no anclada, únicamente, en la capacidad
para discernir acerca del reto primario de la naturaleza; sino en nuestra capacidad para convertir
ese discernimiento en, fortaleza latente para trascender la mecánica inherente a la naturaleza.
En consecuencia no opera ya aquello de la selección natural. Venimos de ahí. Somos resultantes de
ese proceso. Pero no somos simplemente eso. Somos sujetos que alcanzamos la independencia;
que trascendimos aquello de seres naturales específicos, en cadena; para acceder a la condición de
sujetos que realizamos hechos y acciones. En capacidad para entender eso que hacemos. Sujetos
de colectivización coherente. No como manadas que, en el reino animal, simplemente juntan
individuos. Lo nuestro es una opción mucho más compleja; en razón a nuestra capacidad para
asumir, direccionar y redefinir objetivos. Un ejercicio consciente que nos ha convocado y nos
convoca a no erosionar los valores y principios adquiridos. Porque, de no ser así, volveríamos a la
opción de vida de las manadas.
.El poder y su propuesta de regresión.
Una vez logrado el equilibrio, soportado en la opción de vida societaria; que nos ha permitido llegar
hasta el trazo del horizonte de procedimientos e instituciones en función de soportar la civilización.
Una vez adquiridas la noción y la praxis relacionadas con el quehacer colectivo y que devino en la
consolidación de los referentes inherentes a la humanización del consciente individual y colectivo.
Por caminos siempre de dificultad; como quiera que este equilibrio, acceder a él, ha sido una
apuesta por la vida. Soportando guerras, arrasamientos, aniquilaciones, etc. Decantando los logros
acumulados. En una constante depuración; en términos de efectuar una disección precisa de los
contenidos de los saberes acumulados. Habiendo soportado las ofensivas vulneradoras de poderes
paralelos asociados a la mixtura religión-conservadurismo. Habiendo efectuado, como lo hemos
hecho, acciones de profundo contenido transformador en casi todos los ámbitos. Habiendo sufrido
la persecución y exterminio, a nombre de la tradición y de la moral.
Nos encontramos con constantes que ejercen y han ejercido posturas y acciones de no
reconocimiento de las opciones de vida; ni de los avances en el proceso de validar insumos
mínimos de respeto y tolerancia. Han aparecido, en ese contexto, personajes perversos absolutos.
Sujetos que siguen atados a la prehistoria del quehacer social. Cuando, cada quien al garete,
efectuaba una interpretación individual de sus requerimientos. Y, posicionaba los mismos como
iconos para sí. Sin reconocer a los otros y a las otras como sujetos con derechos. Simplemente,
porque la noción de derechos es punto de comienzo de la vida societaria.
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Personajes nefandos, que han hecho de los suyos principios preeminentes que deben ser acatados.
Los Césares; los reyes de Occidente; los faraones; los Papas; los Zares, Stalin, Hitler, Mussolini,
Franco, Ronald Reagan; los Bush; Álvaro Uribe, etc. Todos ellos en contravía de los logros
alcanzados en incesantes tropeles. Porque la historia ha conocido del día a día. De esos tejidos
sociales, individuales y colectivos, que se han ido consolidando a pesar de las guerras impulsadas
por esos y otros, también como ellos, perversos registradores de la destrucción de valores.
Construyendo aureolas en su entorno. Como magos que convocan a la confusión; a la inversión de
la noción de verdad y de justeza. Garantes de la lucha por restaurar lo primario. Como cuando
éramos absorbidos por la dinámica de los proyectos de la naturaleza. En los cuales, ésta, imprimía
su marca. Ese tipo de sensación de impotencia, de temor, de soledad; nos acecha a cada paso;
ahora, cuando reviven los piratas vulneradores. Que imprimen, también, su marca. Chamanes que
delinquen con los principios; que convocan a santos oficios en procura de imponer sus instintos,
como figuras y posiciones; a partir de sus esquemas mentales, enfermizos. Delirantes. Su
significante es pariente de la desolación y de la ausencia de posibilidades libertarias. Su ética es la
barbarie. Su poder es la manipulación. A manera de mercaderes del trueque y la engañifa. Sin
ningún agregado de calidad humano; absolutamente ninguno.
Una escenografía que confunde al público. Como bufos que desorientan. Que crean horizontes
enfermizos; a partir de exhibir niveles de aceptación. En esto, Hitler y Mussolini fueron maestros y
a ellos les deben sucesivos dirigentes panfletarios sus fuentes teóricas. Fundamentalmente aquellos
que fueron atizadores de violencias y que se concretaron, a manera de ejemplo, en lo que se ha
denominado, un tanto peyorativamente “La Guerra de los Mil Días”. Pero que no fue otra cosa que
derivación de ese acumulado de odios ya cifrados antes sus fuentes teóricas y conceptuales.
Pueblos enteros confundidos. Masas vergonzantes que han permitido y permiten justificar todo
tipo de tropelías. Ese tipo de franjas de población que han claudicado en su dignidad; la han
endosado a los magos manipuladores
Lo cierto es que tenemos todo el derecho, quienes no hemos claudicado, a convocar a la acción
consciente. Que nos permita acceder a la derrota del Emperador Pigmeo; que es esto en razón a su
incapacidad para percibir la vida a través del día a día que junta quehaceres. Todos ellos
emparentados con la vulneración de la vida y con sus soportes. Pigmeos intelectuales que saldaron
su deuda con la vida y con la dignidad inherente, por la vía de refrendar su compromiso con la
muerte; por la vía de cambiar la lógica que conduce a la verdad y venderla, ofrecerla y postularla
como referente único para la vigencia de su visión de democracia. Que es a la mentira, como el Sol
es a las mañanas.
1.2Justificación:
Más que un ensayo, trato de proponer un referente alrededor de la interpretación y posibles
soluciones al conflicto (…o conflictos) en nuestro país. Porque se trata, de asumir retos que
permitan acceder a una opción de paz, en la cual sea plenamente identificado el derrotero a seguir.
Por una vía no especulativa formal y contestataria. Por el contrario, en una visón y acción
construida a partir de los insumos propios de la interdisciplinariedad
1.3 Antecedentes.
Uno de ellos y, tal vez, el fundamental, tiene que ver con su coincidencia con lo que se ha definido
como “la guerra de baja intensidad”; orientada desde el Imperio y aplicada con todo el rigor en
Argentina, Chile, El Salvador; Guatemala. Él, además del presidente, Julio César Turbay Ayala,
Belisario Betancur (a pesar de su aparente posición de mano tendida, que se expresó en ese
remedo de proceso de paz serio y humano). Particularmente, el doctor Uribe Vélez, incursionó en
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ese ámbito con su propuesta y programa de gobierno en la gobernación de Antioquia, por la vía de
la promoción y concreción de las Convivir; que no fueron otra cosa que el inicio del exterminio a
cargo de los grupos paramilitares. Paramilitarismo que ya tenían, en Centroamérica, ejemplos
plenos. Un experto defensor de ese proceso y de esa noción de apaciguamiento. Como diría,
aplicando una expresión de lugar común: a sangre y fuego. Y ahí reside la motivación del
exterminio de contradictores. Por ejemplo, en el caso, de la UP y de los desmovilizados del EPL, la
aplicación de plan fue tan profunda que se convirtió en el mayor proceso de acallar voces, por la
vía de la matanza y del amedrentamiento. Leamos, al respecto, lo que dice Rosendo Payares,
en su autobiografía “4710”
“…Y es que corría el año 1954. Coincidieron hechos. El militar ya estaba ahí. Venía de rapar el
poder. Siendo el cuadro político antecedente una heredad vinculada con el genocidio auspiciado
desde ahí. Desde ese centro-poder conservador. Ya casi olvidadas las reformas de López Pumarejo
y su Revolución en Marcha. Todavía cercana, en el tiempo, la muerte de Jorge Eliécer Gaitán. El
sargento (¿…o cuál era su grado?), ya jugaba a ser prócer. A ser libertador. A ser guerrero guiando
a un pueblo famélico y agarrotado. Nuestra familia era una de tantas miles sin horizontes
gratificantes.
La heredad, provenía de dos íconos perversos. Mariano Ospina Pérez y Laureano Gómez; “el divino
Laureano”. El perdulario que encendía el Congreso, a viva voz. Voz transmisora de ideas achatadas.
Con una sola perspectiva: justificar la matanza. A viva voz. Voz de pigmeo intelectual. Hacedora de
fetiches. Voz, mirada, cuerpo, de aprendiz de ideólogo. Ese que pretendía pasar a la historia como
héroe. En una Colombia desagarrada por él, y por Ospina Pérez, y por Marco Fidel Suárez y por los
azuzadores perennes. Un fascismo inveterado. Héroe de la miseria que auspiciaron él y ellos. De la
tragedia de un pueblo inerme. Pero, asimismo, heredad de los Lleras y de Eduardo Santos, y de
Olaya Herrera y…del mismo Alfonso López, que se arredró ante la infamia.
…Y corrió la voz de que algo estaba sucediendo. Venía desde muy atrás. El método había sido
perfeccionado. Desde Núñez, el trasgresor. El sujeto cambiante; según las circunstancias. Método
aplicado. Con ese mismo se justificó la Guerra de comienzos del siglo XX. Método soportado en el
manejo solapado de las verdades. O, a decir verdad, las casi verdades. En recintos cerrados, a
prueba de filtraciones plenas. Solo el gota a gota. Para potenciar las repercusiones. Se dice y se
desdice, al mismo tiempo. Entonces, se embauca y se extiende la sensación de que algo está
pasando. Aquí y allá.
Y, en verdad, algo estaba pasando. El militar todavía estaba ahí. Pero, quienes lo adularon y lo
felicitaron por su desprendido amor a la patria; ya tejían otra red. Otra, porque, a pesar de ser la
misma; era otro tiempo. Estábamos en 1956. Y, ya, el ceremonial estaba en curso. Ya estaban los
contactos. Que si en España, en Benidorm. Que si en Londres o en Washington. Que más daba.
Siendo lo único cierto, el programa. Primero se auspiciaría la presencia de una Junta Militar
politizada. Que si el General París. Que si ahora. Que si el plan incluiría allanar el camino para que
volvieran los de siempre. Liberales y Conservadores, sus cúpulas. Las mismas que sembraban el
odio entre los de la periferia. Y que, una vez empezaba la barbarie, en cualquiera de sus versiones
periódicas, convocaban al buen sentido. Al entendimiento. A la paz. No importaba si por fuera de
ella quedaba los más afectados. Los desarraigados y las desarraigadas. Los y las caminantes, en
travesía. Buscando refugio. Aquí y allá. Y, en ninguna parte donde pasar la noche y ver amanecer
el otro día.
Y se reunieron. Y acordaron. Usted y yo. Yo y usted. Primero usted, después yo. Amarremos el
pacto a doce o más años. Qué más da. Primero usted, luego yo. Y todo volverá a empezar.
Hagamos borrón y abramos nueva cuenta. No importa lo de atrás. El perdón suyo, lo avalo yo. El
perdón mío, lo avala usted. Y así, saldamos cuentas, por ahora.
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Eso sí, quienes no regresen. Quienes no acepten lo que usted y yo hacemos; están al margen de la
ley. Y serán perseguidos y serán matados y serán olvidados. Queda claro, entre nosotros, que
hemos sacrificado nuestro tiempo por este país. Y, por lo mismo merecemos ser recompensados. Y
qué mejor recompensa que primero usted y después yo. Y después usted y luego yo.
.
Y, ahora lo entiendo, era eso lo que se estaba urdiendo. Era eso. Y los periféricos, los sin nada, ahí;
sin saber qué hacer ni para dónde coger. Y se extendía la penuria. Y ya se había agotado el modelo
de sustitución de importaciones. Modelo económico restringido. En el cual la variable más dinámica
era crecer, sin crecer. Quedar flotando entre los imperios; entre sus intereses y los nuestros
(¿…nuestros?). Y, entonces se acumuló capital. Para los terratenientes, para los comerciantes, para
la naciente burguesía bastarda. Sí; esa que conoció de las libertades democráticas y de las
reformas y de los derechos y los deberes; como quien aprende a nadar por correspondencia.
Así fue, por ejemplo, como accedí a entender todo lo relacionado con la continuación del
exterminio. Veía, a ráfagas, lo sucedido con quienes no accedieron al pacto bochornoso. A ese
pacto entre los mismos. Pacto que avasallaba a la democracia. Convertía en delito el solo hecho de
aspirar a una alternativa diferente. Y, sin saberlo, iba profundizando, todas las noches. Veía a los
campesinos y campesinas. Niños y niñas. En las travesías. Solo ahora, después de haber leído al
maestro Alfredo Molano, en su trilogía “Siguiendo el corte”, “Aguas arriba” y “Selva adentro”, he
podido descifrar esos mensajes de mis sueños. He podido dilucidar el significado de esas imágenes.
Los sin tierra; los desarrapados; tratando de arrancarle aliento a la vida. Como si esta estuviera
flotando ahí. Y ellos y ellas, tratando de asirla. Mientras tanto los aviones y la tropa de los jerarcas.
Apuntándoles. Matándolos. Y los gritos de rabia y las lágrimas y la ternura invitando a resistir. Y los
jerarcas riendo en las ciudades. Invitándonos a reconocerlos como voceros válidos. Como
convocantes ciertos a la paz. Y, nosotros, en las ciudades sin arriesgar nada. Solo consumiendo los
discursos ampulosos. Y llegó el segundo de la lista. El hijo del poeta. El mismo de la sagrada ciudad
blanca. Impoluto. Hijo de poeta que no sabe nada de la vida de los y las demás. Que mantuvo la
línea de acción. Con los chafarotes a la ofensiva. Limpiando el campo. Siendo, esa limpieza, un
concepto asociado a la matanza. Generalizada y selectiva. E inundaban los campos de panfletos.
Convocando a la rendición. Expresando que los bandidos eran quienes reclamaban justicia.
Bandidos eran quienes no se dejaban acribillar y respondían a los vejámenes, con la fuerza de la
dignidad y, porque no, con las armas que habían logrado salvar. Y los niños ahí. Y las niñas
también. Muriendo ellos y ellas. Y sus madres. Y sus padres…y todos y todas.
Y, así, fui desenvolviendo el ovillo, similar al nudo de Ariadna. Y reconozco, en esos contextos
enunciados, la posición alusiva al desarrollo capitalista tardío. Como el nuestro. Ya no era,
simplemente, el modelo de sustitución de importaciones. Ya era, todo un modelo de amplio
espectro. Pero no autónomo. Simplemente vinculado a los condiciones que imponía el Imperio. Fue,
entonces, cuando conocí las propuestas puntuales de Joaquín Vallejo Arbeláez, a la sazón ministro
en el gobierno de la tercera cuota del pacto (Carlos Lleras Restrepo). Y leí, ávidamente, todo el
texto sustentatorio de El Pacto Andino. Y lo cotejé con las propuestas de la CEPAL (Comisión
económica para América Latina). Y encontré las coincidencias. Algo así como un proyecto en el cual
cabían las opciones políticas y económicas, por la vía de entender una forma de la división del
trabajo. Obviamente a países como el nuestro, como Venezuela, como Ecuador, como Argentina,
Brasil, etc., nos correspondía la parte de lo accesorio. No podíamos acceder a la tecnología
necesaria para implementar un proyecto de industria pesada. Solo lo periférico; y eso sí, con
limitaciones.
Y, a partir de ahí, se entiende la teoría del desarrollo desigual y combinado; lo cual no es otra cosa
que la implementación de los modelos precarios, súbditos. Y, por esa misma vía, conocí la teoría de
Celso Furtado, expresando la opción clásica del desarrollismo económico. Y, además, las teorías de
Samir Amín (en la misma perspectiva del modelo de desarrollo desigual y combinado). Y, de
manera apenas obvia, profundicé los textos económicos de Marx, y de Rosa Luxemburgo. Y leí el
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texto económico de Lenin “El desarrollo del capitalismo en Rusia”. Y conocí las teorías de partido de
Lenin, en lucha en contra de las postulaciones socialdemócratas en Rusia (Los Mencheviques) y en
Alemania (Rosa Luxemburgo).La teoría del Programa de Transición de León Trotsky.
Entonces, estamos ante la necesidad de ofertar un concepto preciso en lo que respecta al
significado que tiene eso de conocer el pasado. Pero, más allá de esto, el relacionado con su
dilucidación; estableciendo tipos de referentes soportados en el conocimiento y la interpretación.
Estos son elementos imprescindibles; como quiera que si son construidos de manera deficiente, no
serán otra cosa que extravíos. Y, como todo extravío, no será otra cosa que ejercicio diletante. Con
un agravante centrado en la consolidación de la sumatoria de hechos y de narraciones, como
simple amalgama a partir de la cual se construyen (a manera de deducciones y conclusiones),
instrumentos que distorsionan y derivan en mera perspectiva, cuando no etérea, alusiva a
interpretaciones de la realidad sesgada y, por esto mismo, de utilización impropia e impertinente.
Lo cierto es, en consecuencia, que estamos en la obligación de cuestionar esos insumos
metodológicos, por cuanto la búsqueda de hilos conductores de los procesos sociales e individuales,
constituye un imperativo. No solo por las implicaciones que tienen los hechos y su registro, en el
diseño y concreción de propuestas para asumir los retos del futuro, en lo que este tiene escenario
próximo en el cual, la realidad, ejercerá bien como hechos y acciones en las cuales los conceptos
pueden ser prefigurados y utilizados como referentes válidos; o bien como expresiones de
distorsión.
Por lo mismo, la decisión de realizar este escrito, se origina en la lectura de algunos documentos
relacionados con la interpretación del quehacer político y social, soportados en la narración oral.
Pero no tanto porque el método sea inválido, de por sí; sino porque esas narraciones son utilizadas
y articuladas, sin el filtro conceptual necesario al momento de escucharlas y transcribirlas. Filtro
conceptual, absolutamente indispensable, en razón a que la psicología del actuante y narrador, su
visión e interpretación de los hechos, son vertidas a partir del ejercicio memorístico; pero también a
partir de su noción de la vivencia como realidad derivada del tipo de aprehensión lograda. Y ya,
ahí, se supone la existencia de una posición proclive a la distorsión. Siendo así, el sesgo está
presente y la interpretación del historiador, simplemente estará afectada, casi como acto reflejo,
por ese sesgo. Inclusive, como lo demostraré más adelante, muchos de los pasajes narrados, no
son otra cosa que alucinaciones o giros sustanciadores, utilizados por el o la sujeto para
reafirmarse como leyenda; o como héroe…o heroína. O, como también lo demostraré, porque el
(la) entrevistador (a) e historiador (a); desemboca en postulaciones, a manera de verdad,
construidas de tal manera que expresen sus propósitos, tanto en lo circunstancial, como en lo
trascendental. Todo a la manera de sujeto (a) que se explaya, magnificándolos, en los hechos
narrados. Veámoslo en estos términos:
“…El automatismo de la escritura me ha compelido hasta aquí. Sigo aferrado al impulso de
continuar, sabiendo sólo que he arribado hasta un punto imprevisto en el inicio. Algo me dice que
voy bien. La fractura persiste, pues estoy seguro de no ser yo quien sólo escribe. El saber que voy
bien se me antoja como una simple forma, como un cierto sabor o como una entonación peculiar
de lo hasta aquí escrito. Ello me induce a esa secreta corroboración del voy bien. La escritura
pareciera ser una especie de emanación corporal: hay ciertas manifestaciones del automatismo que
escapan a la sola conciencia, enmarcándose en un más allá de pura racionalidad. Los escritores
pueden ser una forma de catadores sui generis, adheridos a un paladar peculiar que discrimina o
destila signos, frases y contextos, en una palabra, todo aquello que convenimos en llamar ideas…”1
Es, ante todo, la búsqueda de elementos que me permitan proponer alternativas. No solo en lo que
hace referencia a la interpretación; sino también en lo que compromete a lo metodológico. Porque,
1 Téllez, Freddy. “Palimpsestos. Los rostros de la escritura”. Publicada por Centro Editorial de la Universidad
Nacional de Colombia. Primera edición, 1990/1991, página 80.
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eso lo tengo bien claro, no pretendo una argumentación a la manera contestataria, insípida y/o
tendenciosa.
.
Ahora bien, como es en realidad, una posición a partir de la lectura de algunos de los escritos del
maestro Alfredo Molano; tiene un asidero en el hecho mismo de la importancia que ha adquirido
toda su labor investigativa, apuntándole a la presentación de opciones de interpretación; con un
horizonte que compromete a la gestión por alcanzar una tipificación de lo vivido por los y las
personajes, en el contexto del conflicto armado y no armado que ha estado en la base de la
construcción de Nación, de País y de Estado…”(Rosendo Payares, “4710”, edición digital,
Universia)
“…Las historias de vida sobre las cuales Alfredo Molano ha centrado la mayor parte de su actividad
intelectual, son un producto cuya docilidad de interpretación puede provocar equívocas
conclusiones. Son ellas una forma testimonial que funde una o varias percepciones individuales con
la elección particular del escritor que selecciona la experiencia y la describe según un prisma
valorativo propio. Resulta difícil , por lo tanto, discernir en este tipo de trabajos cuál es el propósito
del autor al optar por unas y no otras historias, qué afinidades ideológicas trascienden los niveles
de empatía entre testimoniante e interlocutor y, en fin, qué grados de transformación ha
provocado en la materia prima del relato el corazón y la pluma del escritor…”2
La connotación que adquiere la diferenciación, en el contexto de las relaciones sociales, supone una
determinada caracterización de roles; a partir de análisis soportados en categorías conceptuales y
metodológicas. Por lo tanto, ya no se trata de una simple réplica de lo observado, como
representación objetiva. Por el contrario, significa profundizar acerca de esas expresiones de
superficie; indagando por las condiciones que la subyacen, como soporte. Ya, en ese
procedimiento, pueden y deben aparecer algunos niveles de abstracción, referidos a la
interpretación alusiva a los acumulados históricos en nexo con la participación, en esas mismas
relaciones sociales, de los (as) sujetos individuales y colectivos (as). De las condiciones en que esta
se ha producido y del grado de inserción con respecto al conocimiento, a las instancias que lo
promueven y controlan. Pero también, y con mayor énfasis habida cuenta del horizonte propuesto
en nuestro escrito, acerca del significado de esa participación con respecto al poder y a las
instancias que lo soportan, a sus manifestaciones como instrumentos de control, de dominación y
de imposición.
Ha habido, en el curso del tiempo, interpretaciones que asocian la caracterización antes aludida, a
posiciones antropológicas y culturales. Por esta vía, ha desembocado en expresiones que delimitan
(a manera de diferenciación) la intervención de los (as) sujetos individuales y colectivos en el
desarrollo de las relaciones sociales; a partir de asignarle a determinados sectores una posición
periférica, respecto a los beneficios del conocimiento, entendido como proceso, como aprendizaje
que va decantando, segregando. Aquí, en esta opción, se valida, en veces, un instrumento de
diferenciación asociado la pertenencia a una determinada raza y/o etnia. Visto así, entonces, cabe
una propuesta de interpretación
generalizante; pero también de especialización; por cuanto se establece unos condicionantes
vinculados con normas y pautas, a la manera de posición que reivindica una versión
predominantemente aceptada y acatada, de cultura, como sinónimo de civilización; como
paradigma, a partir del cual es posible establecer una segregación.
2 Ramírez T., William. Prólogo a la obra “Trochas y Fusiles”, primera edición (Instituto de Estudios Políticos
y Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Colombia), escrita por Alfredo Molano B. Ed. El
áncora; página 13.
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Ya no se trata, en el anterior escenario conceptual, de admitir una posición periférica respecto al
poder y a las instancias que lo soportan. Aquí, la noción de lo periférico, está referido a un espectro
mucho más amplio; en razón a que los márgenes constitutivos de la delimitación social, están
contraídos en términos del grado de apropiación y/o de acceso a los beneficios del conocimiento, y
de la cultura asumidos como referentes de civilización. Esto no es otra cosa que entenderlo, como
adecuación, como asimilación de los roles y los paradigmas allí consignados.
En un documento de trabajo (La Educación Superior en América Latina), presentado en el debate al
interior de la Universidad Nacional de Colombia, previo a la realización del Primer Congreso
Nacional de Educación Superior, realizado en la ciudad de Barranquilla los días 1,2 y 3 de diciembre
de 1999; se expresa un concepto que consideramos válido. Veamos:
“…En estas condiciones, la Escuela, no es otra cosa que una expresión que, en principio, transfiere
el dominio estatal. No tanto en la aplicación elemental marxista de aparato ideológico; sino como
complejidad que articula instancias del conocimiento, aplicadas y estructuradas en programas y
acciones, a partir del ese centro-poder, sin ser el. No es, entonces, una aplicación a partir de la
lógica lineal. Es una interacción heterogénea orientada por unos perfiles definidos a partir de las
necesidades inherentes a los intereses que impone ese centro-poder. Es decir, lo suyo no es otra
cosa que contextualizar la sociedad en términos de su propio rol, de su significación. Con esto
tratamos de establecer lo siguiente: la globalización siempre ha existido, si asumimos que esta no
es otra cosa que la imposición de referentes a partir del dominio ejercido.
Sin pretender un traslado conceptual mecánico, las condiciones impuestas desde el centro-poder
económico y político internacional, permiten trazos que imprimen todo el quehacer económico,
político y cultural de los dependientes. Ya, de por sí, el solo hecho de reivindicar los autóctono
(como acervo cultural) es constitutivo de herejía con respecto a los modelos considerados
prevalecientes. Esto es mucho más evidente, en lo que respecta al desarrollo del conocimiento por
la vía de implementaciones programáticas escolarizadas. La escolarización, en sí, origina rupturas si
se compara con las aprehensiones y las tradiciones propias de las culturas nativas. Porque no
habría de serlo, entonces, a partir de la concreción del dominio desde el centro hacia la periferia.
En esto, por decirlo de alguna manera, se mantiene incólume el postulado de Samir Amin, cuando
en su texto en torno al capitalismo, su desarrollo e implicaciones, habla de las culturas periféricas,
atadas a las condiciones que impone el centro-poder..3
Arribamos, así, a una opción conceptual que nos permite proponer un entendido en torno a los
sectores sociales periféricos. Es decir, aquellos sectores no solo desvinculados de los beneficios del
poder, subyugados y dominados por este; sino también segregados por la dinámica propia del
desarrollo cultural predominante. Algo así como insertos en la civilización, pero ajenos a ella, en lo
que esta tiene de otorgadora de roles asociados a los paradigmas originados en ese mismo
desarrollo cultural, por parte de sus usufructuarios. Ahora bien, no puede inferirse de nuestra
expresión, el hecho de que proponemos una asimilación de intereses entre los beneficiarios del
poder y sus instancias de dominación y aquellos sectores que acceden y se identifican con los
avances del conocimiento y de la cultura que ejercen como predominantes; como expresión
avanzada de la civilización.
Surge entonces, en nuestra opinión, un insumo que soporta una segregación: lo periférico, en
cuanto sector y/o sectores considerados por fuera de la versión oficial de la cultura; entendida esta
como originaria de paradigmas, pautas y comportamientos. Para nosotros, esto no es otra cosa que
la denominación de popular, referido a esos sectores que, de por sí, adquieren una dinámica propia
y unas expresiones propias, diferenciadas. Es obvia, sin embargo, la necesidad de apuntalar este
3 Pira Claudia y Cano Parmenio. La Educación Superior en América Latina, edición en cuadernillo,
noviembre 1999, Bogotá D.C.
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concepto, con arreglo al significado que adquiere el contexto social y económico; en el cual se
desenvuelven estos (as) sujetos (as). Tanto en sus expresiones individuales como colectivas. Para
este caso, el problema surge al momento de establecer las pautas y/o el horizonte teórico. Porque
no puede delimitarse solo a partir de la figura elemental asociada al lugar en el cual se sitúa con
respecto a las características del beneficio plusválico, derivado del modo de producción vigente, o
prevaleciente. De ser así no habría lugar a postular la diferenciación que se advierte en la definición
anterior.
Por lo tanto, el análisis remite a un territorio de mayor complejidad: uno de los elementos clave
para dilucidar ese significado, tiene que ver con el entendido de contexto social y económico. Ya
decíamos antes: es un escenario no determinado por la voluntad o por la noción primaria acerca de
lo ético. Por el contrario, constituye una instancia, como período histórico. Esto, a su vez, remite a
la evolución de las relaciones sociales; como proceso soportado en sucesión de rupturas y
equilibrios. Estos últimos, impuestos por quienes adquieren posiciones de dominio. Así, entonces,
cada momento (sin importar su duración) en el cual se exhibe o manifiesta ese equilibrio; no es
otra cosa que la expresión de unas determinadas condiciones de dominación económica y política.
Ahora bien, como lo he postulado antes, en la franja constituida por quienes (bien sea que se
tipifiquen como sectores o como secciones del espectro social) no ejercen como beneficiarios
directos del poder, se erige la heterogeneidad. Ya ahí, se introduce otro insumo como soporte para
la segregación. A manera de ejemplo: la posición y comportamiento de aquellos sectores sociales
sobre los cuales se ejerce dominación política y económica; pero que han accededlo a
determinados beneficios del acumulado plusválico y cultural (como poseedores y usufructuarios del
conocimiento); no puede ser el mismo, comprado con la posición y el comportamiento de aquellos
sectores absolutamente vulnerables y desvinculados de cualquier beneficio plusválico y cultural.
Lo anterior conlleva, en consecuencia, a establecer categorías diferenciadas en el análisis de lo
popular, como expresión de determinados sectores sociales; en el contexto de unas determinadas
relaciones de dominación político y económico. Puede colegirse de nuestra línea de interpretación,
una conclusión fundamental: no todo sector social dominado es, necesariamente, un sector
popular. Por lo tanto, aún a riesgo de silogismo, al momento de tipificar acciones (inmediatas,
mediatas o tendenciales) específicas de confrontación a determinadas manifestaciones de la
dominación política y económica; es preciso trabajar con estas categorías.
Luego, el espectro de cobertura, está dado por la definición de objetivos vinculados a conceptos y
escenarios heterogéneos; en términos del nexo con los sectores sociales. No es, por esto mismo,
una opción en la cual se configure una posición de clase; al menos en la versión ortodoxa marxista.
No supone, asimismo, una posición necesariamente revolucionaria y/o de confrontación al origen y
vertebración del poder y de las relaciones de producción vigentes. Adquiere connotaciones
diversas, en la mayoría de los casos asociadas a reclamaciones puntuales, relacionadas con
determinadas condiciones de vida. Sin embargo puede, derivar en expresiones híbridas; en cuanto
pueden coincidir diferentes aspectos en los cuales ejerza importancia un cuestionamiento a
posiciones y/o programas gubernamentales o políticas de estado. Tal es el caso, a manera de
ejemplo, de algunos movimientos populares desarrollados en relación con decisiones que vulneran
determinados intereses y derechos de franjas amplias de la población. Siendo así, cabe resaltar
tonos grises en la diferenciación teórica y práctica entre movimientos populares, movimientos
sociales y movimientos políticos. En veces, puede hablarse de diferenciación en términos del
espectro de cobertura. Otras veces, puede plantearse en relación con los contenidos de sus
opciones o programas. Con respecto a este asunto del método para construir tipologías; es
pertinente presentar una expresión como la siguiente:
“… ¿Se politizan las luchas urbanas por el hecho de enfrentarse en la mayoría de los casos al
Estado, como lo afirma Castells? No podemos en este momento desarrollar la discusión sobre el
10
papel fundamental ocupado por el Estado en la urbanización capitalista, caracterización que parte
de una generalización, arbitraria a nuestro juicio, de la relación entre Estado y Sociedad Civil – en
el sentido dado por Marx y no en el Gramsciano-, pero si podemos afirmar que no basta que el
blanco al cual se dirigen las flechas de un movimiento social sea el Estado, para determinar su
carácter político; es el carácter de sus reivindicaciones, el contenido de clase de sus luchas, su
método y sus formas las que lo definen, y no basta encontrar un contenido político, hay que
identificar si se trata de una lucha democrático-burguesa (en lo formal o lo real), o socialista.
Vayamos por partes:
A similitud de una huelga obrera en una empresa capitalista de Estado o de los asalariados de un
ministerio burgués que levanta reivindicaciones puramente económicas, sin plantearse
modificaciones en las relaciones de poder entre las clases, ni en el carácter del Estado o de sus
formas de ejercicio de la dominación burguesa, un movimiento de colonos o inquilinos que
solicita, por ejemplo, la regularización de la propiedad de sus tierras, o un servicio cualquiera y que
utiliza para ello el método de la negociación apoyado por llamados a la opinión pública a través de
los medios de comunicación, paradas en los organismos oficiales, etc., pero sin plantearse en
ningún momento consignas políticas, no es político. No es el agente social al cual se enfrenta un
movimiento el que define el carácter de la lucha, sino el contenido concreto de clase de él,
manifestado en su programa reivindicativo y su método para alcanzarlo. ..”4
4.2 El nexo con lo jurídico.
Entonces estamos en un escenario social. En donde la hilvanación de lo particular y lo colectivo,
pasa por entender que el soporte, en ese proceso, tiene que ver con el desarrollo de la teoría
jurídica. Porque supone precisar la noción de equilibrio necesario. Porque en la relación Estado-
individualidad, se incorpora la variable que hace alusión a la cantidad y la calidad. Es algo así como
entender que el concepto de equilibrio tiene razón de ser, en la medida en que cada sujeto natural
y/o jurídico asuma la certeza de que el Estado no puede ser minimizado. Y, tampoco, puede ser
asimilado a sus intereses particulares. Ese es el sentido que adquieren las querellas. Como si, a
cada paso, fuese necesario sustentar la lógica de ese entramado. Porque, asimismo como surgieron
las instituciones, a partir de pactos inherentes, conscientes o no. A asimismo la condición
supraestructural de las instituciones, supone la aceptación de unas reglas del juego.
No se concibe, en consecuencia, un Estado-Nación, sin unas instituciones que ejerzan como
garantes de ese equilibrio; por la vía de establecer opciones que permiten el ejercicio del derecho.
En una perspectiva en la cual cada sujeto tiene certeza en términos de derechos. Pero, al mismo
tiempo, de sus obligaciones desde el punto de vista del respeto a la institucionalidad.
Ese tipo de relación es la demostración de la solidez del Estado. Porque, por la vía de la querella,
está en capacidad de reconocer los fallos. Una autonomía de la justicia, sin la cual sería imposible
acceder a un escenario en el cual se concreta ese equilibrio funcional.
Ahora bien, en lo que respecta al caso de la estructura fiscal-impositiva y, en alusión al significado
que adquieren los impuestos como soporte de la capacidad económica del Estado; ese nexo entre
los y las particulares con el Estado, supone la precisión de la normatividad, por la vía del Estatuto
Tributario. Es una convicción de Estado, en la cual confluyen el concepto de región y municipalidad
con la Nación, como escenario de mayor estructura y complejidad.
4 Pradilla Cobos, Emilio. “Mitos y realidades de los llamados movimientos sociales urbanos”.Artículo escrito
en junio de 1981, en Méjico, D.F. Ponencia presentada al 4º Seminario Internacional cehap-peval
Los pobladores:protagonistas urbanos en América Latina; realizado en la ciudad de Medellín, entre los días
7 y 11 de abril de 1986.
11
Lo que aquí presento, en consecuencia, no es otra cosa que la particularización de situaciones, por
la vía de las jurisprudencias a cargo de las corporaciones que aplican justicia, a nombre del Estado
y la Nación. Son concreciones que reivindican la autonomía; pero también la interacción. Porque no
se concibe el concepto de derechos y obligaciones, sin la garantía de que las instancias
gubernamentales están en condiciones y en la obligación de garantizarlas.
Entonces, aquí, lo concerniente a la hermenéutica jurídica, cobra sentido y pertinencia;
precisamente porque el Estado es una construcción heredada pero, al mismo o tiempo, en continuo
desarrollo. Porque, a cada paso, el ejercicio económico (en este caso) plantea retos que deben ser
asumidos como tal.
Entonces, esos retos, coadyuvan a la postulación de doctrina. En ese escenario del universo
económico, en el cual es posible entender la interacción. Siendo lo impositivo, desde el punto de
vista del soporte para la actividad estatal; no es otra cosa que referente que unifican criterios y
conceptos. Pero entendiendo, al mismo o tiempo, que cada hecho concreto precisa del análisis
respectivo.
Es ahí en donde reside la importancia de la legislación. Siendo esta una figura parecida a la teoría
de Estado. Teoría que no puede soslayar la pertinencia de las confrontaciones. Porque, solo así, es
posible entender la dinámica que está en la base del desarrollo Estado-Nación y su nexo con la
sociedad.
5. De la estructura económica y su desarrollo
.
5.1 Macroeconomía y Microeconomía
No pretendo expresar una interpretación por fuera de la ortodoxia macroeconómica. Por el
contrario, nos apoyamos en definiciones que involucran tipificaciones aceptadas. En un contexto
regional, con aproximaciones al interior de los países con una connotación de lo que se dado en
llamar subdesarrollados y/o periféricos; con respecto a aquellos que se definen como centro y, por
esto mismo, con una influencia que ejerce como condicionante. Siendo así, entonces, proponemos
un hilo conductor, a partir de realizaciones teóricas previas. Veamos:
“…Los impuestos son una imposición del estado a los individuos, unidades familiares y empresas,
para que paguen una cierta cantidad de dinero en relación con determinados actos económicos,
como por ejemplo: realizar el consumo de un bien, obtener ingresos por el trabajo o generar
beneficios por las empresas.
Los impuestos son los ingresos públicos creados por ley y de cumplimiento obligatorio por parte de
los sujetos contemplados en la misma. Tienen como objetivo primordial conseguir recursos
financieros para el sector público y, subsidiariamente, modificar la distribución de los ingresos.
Al igual que con el gasto público, el gobierno puede actuar sobre la economía utilizando los
impuestos. Si el nivel de actividad económica es relativamente bajo y existe un volumen
considerable de desempleo, el gobierno puede reducir los impuestos con el objeto de impulsar la
demanda de consumo. Por el contrario, si la demanda agregada es superior a la capacidad
productiva del país, una estrategia puede consistir en elevar los impuestos.
12
5.1.2 De las Zonas Veredales y la economía agrícola.
Comoquiera que el origen del conflicto tiene que ver con el problema no resuelto de la economía
agrícola. Particularmente en lo referido a la tenencia de la tierra. Queda claro que, la profundización
de la desigualdad entre terratenientes y minifundistas, se profundizó en todos los periodos
posteriores; a la hora de agendar la reforma agraria. Si se quiere, entonces, el campo en Colombia,
ha estado referenciado por la desigualdad insuperable. Los terratenientes, ha impuesto variables
perversas a la hora de la postulación de cualquier reforma, en cualquier periodo (entendido este
como periodos presidenciales).
Ahora bien, en razón a esa perspectiva, la economía agrícola, ha estado centrada, en los sucesivos
gobiernos, en la búsqueda de un equilibrio entre los sectores enfrentados. Minifundistas,
trabajadores agrícolas y los terratenientes. El concepto de explotación intensiva de la tierra; ha
propiciado el surgimiento y/o de profundización de variables. De una parte lo relacionado con la
exacerbación tendencial del desarraigo y pauperización de los campesinos minifundistas. De otra
parte el crecimiento de la adecuación de zonas agrarias para adecuarlas a la producción
agropecuaria. Algo así, como el surgimiento de y consolidación de la agroindustria. Palma africana,
ganadería intensiva y constantes reformas en el ámbito de la producción cafetera y bananera.
Siendo así, entonces, hasta la conclusión de la negociación entre el gobierno del señor presidente
Juan Manuel Santos Calderón y la dirigencia de las Farc, las condiciones de vida en el campo
colombiano, se ha mantenido en los términos antes anotados. Es decir, no podríamos hablar de una
situación de recambio o cambio de los (las) actores(as) en conflicto. Es más, la intervención de los
paramilitares, hizo mucho más evidente el conflicto. Los paramilitares no fueron, ni son, algo
diferente que una fuerza de exacción y expropiación violenta en lo que se refiere a los
minifundistas y trabajadores agrarios.
En comienzo, podría asegurar que la conversión de las zonas campesinas en asentamientos de los y
las desmovilizados(as) en socios de un proceso colectivo, asimilado a la figura de cooperativas
agrícolas. Un tanto parecido a los Koljoses, en el contexto de la Revolución Rusa. Y de los Kibutz en
Israel una vez posicionados en territorio propio después de la Segunda Guerra Mundial.
No existe, en consecuencia, un diseño trascendental en términos de la tenencia de la tierra, de la
producción agrícola y la industria pecuaria. Lo que existe es, simplemente, una interpolación
perversa entre los terratenientes tradicionales, los productores agropecuarios, los minifundistas y
los y las reclamantes de tierras. Todo esto por una vía que, parece ser, la profundización de las
contradicciones. Sumémosle a esto que los paramilitares se han rearmado en muchas zonas
campesinas y siguen ejerciendo expropiadores de tierras y quinta columna en contra de todo el
proceso de reinserción.
5.1.3 Incidencia en el conjunto de la economía en Colombia.
Ya he dicho que no existe, en estricto, un Programa Social y Económico coherente, para enfrentar
el posconflicto. Entre otras razones, porque El Acuerdo en si, no supuso, ni supondrá una
modificación radical en los postulados básicos que soportan el quehacer capitalista. Si se quiere, no
es otra cosa que mínimas modificaciones, en veces incluso, irreales. No trascendentes en lo que
respecta al las relaciones entre pequeños campesinos, terratenientes, ganaderos y productores
agro industriales (Burguesía agrícola).Luego, en perspectiva, tendremos unas zonas campesinas
vinculadas a la producción cooperativa en pequeña escala, versus terratenientes, productores
agropecuarios y paramilitares.
13
No habrá Reforma Agraria Entonces, se mantendrán (cuando no ampliados) los niveles de
desigualdad, pauperización y violencia. Es más, el escenario (como país) va a ser el mismo. No se
modificarán las variables fundamentales, desde el punto de vista de la macroeconomía.
Lo que, ahora, se llama “economía en el posconflicto”, no será nada distinto. Ni en términos
nacionales, ni en términos internacionales. Seguiremos, en consecuencia, fungiendo como país
absolutamente dependiente de las economías europeas más desarrolladas y, particularmente, de la
economía de Estados Unidos. De hecho, los tratados de comerciales ya están en plena aplicación y
desarrollo. Ya estamos observando y viviendo las consecuencias para la economía nacional.
Sectores como: las industrias arrocera, azucarera, el comercio, textiles, etc.; han recibido impactos
absolutamente dañinos.
6. A manera de resumen
6.1 El crecimiento y la teoría económica.
Ha existido, en el proceso inherente al desarrollo de la teoría económica, diferentes momentos en
la confrontación entre opciones conceptuales y prácticas divergentes. Desde la propuesta originaria
de la visión moderna para el desarrollo capitalista, centrada en la teorías acerca del proceso de
reproducción diseñadas, a manera de ejemplo, por Quesnay (“ Tabla económica”); Adam Smith
(“Naturaleza y causas de la riqueza de las naciones”) y Sismondi (“Nuevos principios de la
economía politica o la riqueza en relación con la población”); hasta las opciones teóricas que
cuestionan esas interpretaciones diseñadas por Kart Marx (“El Capital”), Rosa Luxemburgo (La
Acumulación del Capital”). Contando, inclusive, en este espectro, a Jhon Maynard Keynes
(“Tratado general sobre el empleo, el interés y el dinero”).
Esto supone, en consecuencia, la necesidad de trabajar con una posición de cobertura lo
suficientemente amplia; de tal manera que no se desemboque en un discernimiento anclado en un
entendido lineal y/o dogmático. Ante todo, porque en esto de analizar el significado de la creación
de empresas y su relación con el entorno económico y social, no admite opciones tangenciales que
eludan el hecho objetivo, en cuanto a la existencia de una conexión dialéctica (...o, si se quiere,
conflictual) entre la implementación y desarrollo de la empresa, con respecto al espectro social,
económico y político en la cual esta se desenvuelve. Ante todo porque esta, la empresa y sus
propiciadores o garantes, no puede ser entendida como una opción y/o propuesta única (en lo que
tiene de ejercicio individual); sino como partícipe de una sumatoria o globalidad económica,
inmersa, por esto mismo en la dinámica propia del crecimiento económico; conforme a unos
postulados concretos derivados de la politica macroeconómica gubernamental y de la creación de
riqueza, en el contexto de la planificación y estrategias de un Estado concreto.
Conviene, en este punto, con las reservas obvias; en tanto que constituye una visión propuesta por
una persona que contribuyó a construir una opción en contravía de la ortodoxia clásica de la
economía politica capitalista; citar una expresión de Rosa Luxemburgo en su obra “La acumulación
del capital”.
“..Hasta ahora hemos considerado la reproducción desde el punto de vista del capitalista individual
típico, representante y agente de la reproducción que se realiza por una serie de empresas
privadas. Este modo de enfocar el problema nos ha hecho ver ya bastantes dificultades. Sin
embargo, ellas son pocas comparadas con las que aparecen inmediatamente que pasamos de la
consideración del capitalista individual a la de la totalidad de los capitalistas.,
Ya una ojeada superficial muestra que la reproducción capitalista como todo social, no puede ser
concebida mecánica y simplemente como suma de las diversas reproducciones capitalistas
privadas. Hemos visto, por ejemplo, que uno de los supuestos fundamentales de reproducción
14
ampliada del capitalista individual es una ampliación correspondiente de su posibilidad de venta en
el mercado. Ahora bien, el capitalista individual puede lograr esta ampliación no por extensión
absoluta de los límites del mercado en general sino por concurrencia, a costa de otros capitalistas
individuales….”5
Con esto quiero enfatizar acerca de mi análisis y de su soporte, en lo que hace alusión al enfoque
teórico. Es algo así como proponer, de mi parte, un entendido en el cual el concepto y la práctica
de creación de empresa, no pueden ser presentados por fuera del contexto político, económico y
social. Esto traduce que, en mi concepto, sobre las expectativas derivadas de la creación y
desarrollo de las empresas, ejerce una influencia determinante la politica macroeconómica
gubernamental y las estrategias de crecimiento formuladas en un plan de desarrollo específico,
para uno o varios periodos igualmente específicos y concretos.
Inclusive, en la visión propuesta por mí, se incluye, necesariamente, una interpretación del
significado que tiene la planificación económica; como opción estatal. Algo que ya fue planteado
por Keynes (para el caso de la economía capitalista); como alternativa de solución para la crisis
originada en la recesión global iniciada en 1930. De otra parte, por lo mismo que he venido
planteando, en términos de la interacción entre los diferentes agentes del proceso económico
internacional y nacional; cabe establecer un referente en lo que respecta a la situación de los
países que no han acumulado riqueza, ni tecnología suficiente como para considerarse de
desarrollo pleno (esto ya lo expresé en el numeral 1).
Quiero presentar, como ayuda conceptual, una reflexión del profesor P.T. Bauer en su obra “Crítica
de la teoría del desarrollo”. Como en la anterior cita, hago aquí la aclaración en el sentido de la
reserva que pueda acompañar la reflexión aludida. Veamos:
“…La planificación global implica, además, que gran parte de la producción no está relacionada con
la demanda del consumidor y por tanto con los niveles de vida. De ahí que , aun en el caso de que
la politica fuese de incremento de la producción total en relación con lo que hubiera sido en otro
caso, lo cual es improbable, este incremento no estaría relacionado con los niveles de vida, cuya
mejora es el objetivo ostensible de la politica. Este divorcio entre producción y niveles de vida es
probable que en si mismo retrase el alza tanto de la producción como de los niveles de vida;
porque la perspectiva de un nivel de consumo más alto y variado generalmente es un incentivo
importante para una mayor actividad económica a través de un esfuerzo, ahorro e iniciativa
individuales. Esto resulta especialmente cierto en países pobres...”.6
6.2 Una visión particular del concepto de planificación e incentivos.
A manera de corolario transitorio, considero pertinente resaltar dos aspectos en lo que respecta al
enfoque propuesto por mí:
-La creación de empresas, considerada como una opción para la actividad económica, en el
contexto de una economía de mercado; supone la fijación de unos objetivos concretos por parte de
quien o quienes se comprometen con ese ejercicio. Por lo mismo que esta actividad se considera
inmersa en la dinámica propia de la economía capitalista y del mercado que ejerce como elemento
colateral a la producción de bienes y servicios; debe suponer la existencia de factores endógenos y
exógenos que actúan como referente al momento de planear y hacer efectiva la participación en el
mercado. Uno de esos factores lo constituye la politica macroeconómica concreta implementada por
5 Luxemburgo, Rosa. “La acumulación del capital. Editorial Grijalbo, primera edición 1967, de la traducción
española,página 27
6 Bauer, P.T. “Crítica de la teoría del desarrollo”. Editorial Orbis, colección Biblioteca de Economía, sin datos
del número de edición y fecha, página 104.
15
el gobierno, para un periodo específico. El otro tiene que ver con la interacción necesaria entre la
condición en que se encuentra el país con respecto a la economía mundial global; asociada esta
condición con otro aspecto que relaciona a la producción y al consumo; como elementos que se
condicionan y que está, a su vez, relacionados con el nivel de vida y sus perspectivas.
- La planificación específica asociada a las estrategias de desarrollo planteado para el país concreto,
define unas determinadas prioridades y, por esto mismo, unas determinadas condiciones en las
cuales se realiza la actividad económica productiva. Esto incluye, entre otras cosas, la definición y
concreción de los incentivos para los productores y las áreas concretas a las cuales estos se dirigen.
A manera de ejemplo: para el caso colombiano, el Plan Nacional de Desarrollo aprobado por el
legislativo, para el período 2005-2007, define unas prioridades para el sector productivo, de
conformidad con la visión gubernamental en lo que respecta a la economía de mercado y su
aplicación en este tiempo en el cual transcurre una etapa precisa de la globalización económica, por
la vía de actividades multilaterales y bilaterales. Este es el caso concreto de los énfasis en
relacionar el crecimiento económico con la opción de los tratados de libre comercio internacional;
bien sea entre nuestro país y Estados Unidos de Norteamérica o entre nuestro país y otros países
de la región, particularmente de la Zona Andina y Centroamericana.
-Los incentivos gubernamentales específicos, se pueden presentar por diferentes vías. Una de ellas,
a manera de ejemplo, tiene que ver con exenciones tributarias (ver propuesta de reforma
tributaria) o con la flexibilización de la normatividad vigente en lo que respecta a requisitos para la
creación de empresas y para su desarrollo. Esto último, a su vez, incluye incentivos relacionados
con la flexibilización laboral (este el caso, a manera de ejemplo de las sucesivas modificaciones a la
legislación laboral, a partir de 1990 con la Ley 50 y la Ley...)
6.2 De la casuística. Concepto de desarrollo y consolidación.
6.2.1 Colombia a partir de 1990.
Durante el periodo presidencial 1990-1994, el ejecutivo, con el apoyo del legislativo; implementó
una visión de crecimiento económico, desarrollo y economía de mercado. Para entender, al menos
en parte, la lógica que soportó a las aplicaciones derivadas de esa visión; se hace necesario
retrotraer algunos aspectos básicos de la teoría económica definida como de apertura económica.
Esta teoría estuvo centrada en una interpretación que proclama la flexibilización de las normas
internas de cada país (ante todo las de aquellos definidos como subdesarrollados o periféricos) en
lo que respecta a la protección de su frontera económica. Incluida, obviamente, su producción
interna de bienes y servicios. Al mismo tiempo, suponía una flexibilización absoluta de la
intervención estatal en asuntos relacionados con la politica social de redistribución del ingreso;
incluida la intervención estatal en aquellas áreas relacionadas con los servicios públicos esenciales.
Por esa vía, el gobierno del doctor César Gaviria Trujillo, presentó proyectos de ley en la
perspectiva de modificar la normatividad vigente en cuanto a los términos de intercambio de
mercancías en el mercado internacional y, en paralelo, promovió y aplicó decisiones expeditas (por
la vía de decretos directos y/o reglamentarios) con las cuales incursionó en diferentes entidades
públicas, modificando su razón de ser en lo que estas tenían de instrumento para la politica de
asistencia social y de subsidios para la adquisición de servicios por parte de la población
desprotegida y hacia la cual debería estar dirigida la acción estatal, conforme a lo establecido en la
Constitución de 1991.
Todo lo anterior no puede decirse, en estricto, que se inauguró durante el gobierno del doctor
César Gaviria Trujillo. Es el resultado de un acumulado construido desde tiempo atrás y que ha
cruzado el quehacer de nuestro país en periodos consecutivos.
16
Veamos esto, para mayor precisión, en palabras de la profesora Consuelo Corredor, en su obra “Los
límites de la modernización”.
“…La consolidación del modelo liberal de desarrollo y del régimen político bipartidista, como su
sustento, han sido los pilares centrales sobre los cuales se ha construido el proceso de
modernización económica y, a la vez, los principales obstáculos para la configuración de una
sociedad moderna.
Las aceleradas transformaciones en el orden económico, han tenido como guía la confianza en el
mercado, como asignador de recursos y de bienes, con el resultado de la exclusión de amplios
sectores de la población del beneficio de las mismas. Ello ha sido posible por la estrategia
desarrollista, por el sistema de dominación impuesto por el bipartidismo y por la precaria
organización estatal resultante de este modelo.
La ideología liberal que se ha invocado sin restricción en el mundo económico ha sido fuertemente
restringida en el mundo político. Los principios de soberanía e igualdad de derechos y de
oportunidades, han hecho parte del discurso de la élites dominantes pero, su ejercicio práctico se lo
han reservado para ellas.
Una de las graves consecuencias de esta estrategia de modernización desde arriba ha sido impedir
la diferenciación entre lo público y lo privado. Más exactamente, la exclusión politica, social y
económica de que han sido objeto amplios sectores de la población, como resultado de la
prevalencia de los interese particulares de la élites dominantes, ha formado una confusa idea de lo
público, reducida a una mera instancia de legitimación formal del orden vigente, y de rapiña real en
busca de interese particulares y partidistas...” 7
Las determinaciones asumidas desde el gobierno central y las normas introducidas, en términos del
intercambio de mercancías nivel internacional y que vulneraron la intervención estatal como
regulador en la economía de mercado tuvo, para el caso que me ocupa, una incidencia
profundamente negativa hacia la empresa privada a nivel nacional. Ante todo hacia aquellas
empresas no vinculadas con transnacionales y que se vieron sometidas a un tipo de competencia
onerosa….ruinosa. Aquí, en esta expresión, cabe insistir en las afirmaciones presentadas e por mí
en el numeral 2.2; en el sentido de que la creación de empresa y su consolidación, no puede
analizarse en abstracción de circunstancias vinculadas con la intervención gubernamental y con la
presencia e incidencia de factores endógenos y exógenos. Es relevante insistir en que el
crecimiento económico, tiene que se cotejado y analizado conforme a unos determinados
referentes precisos. No solo circunstanciales y/o transitorios; sino fundamentalmente, en la
dinámica y la perspectiva económica originada en las estrategias de desarrollo y crecimiento que
tiene, entre otras herramientas para su aplicación la politica macroeconómica y los planes de
desarrollo.
3.2.2 El concepto de desarrollo y crecimiento en el gobierno actual.
El presidente Álvaro Uribe Vélez, ha sido uno de los más connotados defensores de la politica de
libre mercado y de la no intervención estatal. Ya, cuando ejerció como Senador de la República,
propuso los proyectos que se constituyeron en las Leyes 50 de 1990 y 100 de 1993. Ya, ejerciendo
como presidente, ha profundizado la aplicación de su noción fundamental en lo que respecta a la
teoría económica. Inclusive, no es temeraria la afirmación en el sentido de que la noción de
Colombia como Estado Social de Derecho, presente en el texto Constitucional de 1991, ha sido para
7 Corredor M., Consuelo. “Los límites de la modernización”. Editado por Cinep-Facultad de Ciencias
Económicas de la Universidad Nacional de Colombia.- Sede Bogotá. Segunda edición, 1997. Páginas 86-87
17
el doctor Uribe un elemento de dificultad para la aplicación plena de sus postulados en relación a
politica económica. Puede decirse asimismo que su opción básica coincide con lo propuesto por el
presidente César Gaviria Trujillo en 1990. Esto es: la apertura de las fronteras económicas al
mercado internacional, debe incluir una disminución y/o flexibilización de la intervención estatal
como instrumento regulador y garante de la producción a la industria nacional. Por esta vía de
interpretación, se entiende el diseño de su estrategia en lo que tiene que ver con los tratados de
libre comercio. Podría decirse, sin efectuar una interpretación sesgada, que su estrategia es una
versión actualizada de la politica de apertura económica del doctor César Gaviria Trujillo.
Lo cierto es que esa visión conceptual y práctica de la intervención libre de las leyes del mercado,
entra en contradicción con los postulados básicos de Estado Social de Derecho consagrados en la
Constitución Política. Pero no sólo eso, entra también en contradicción con la definición de la
intervención estatal y gubernamental en la promoción, desarrollo y consolidación de la industria
nacional, Entendida en esta noción de industria nacional, un e espectro en el cual caben la noción
de empresa relacionada con las producción diferenciada de bienes y servicios, incluidos los
agropecuarios.
Ya de por sí, al analizar la lógica que soporta al Plan Nacional de Desarrollo, se infiere una
tendencia en la cual la interacción entre internacionalización por la vía del libre mercado y el
crecimiento económico con arreglo a la creación y fortalecimiento de la industria nacional (con la
connotación amplia ya explicada) es una especie de dicotomía no reconocida, pero existente. Con
mayor razón se infiere esto, si lo analizamos en el contexto de la dinámica relacionada con los
tratados de libre comercio. Particularmente con el Tratado negociado con los Estados Unidos de
Norteamérica.
Visto así, entonces, puede afirmarse que no es sólida ni confiable la politica de creación de
empresas; si se mira en la perspectiva de la estrategia gubernamental de crecimiento económico y
de consolidación de la industria nacional.
Aquí, en esta última afirmación mía, es conveniente retomar lo expresado en el numeral 2.1;
cuando enfatizo en un aspecto crucial. Esto es: la dinámica del desarrollo capitalista no puede
entenderse por fuera de la lógica que lo soporta como sistema. En este tiempo de globalización,
de internacionalización e imposición de las leyes del mercado por encima de las consideraciones
particulares de un determinado Estado o gobierno; los empresarios nacionales se ven sometidos y
condicionados por las estrategias derivadas de esa lógica de mercado. Por lo mismo, en
consecuencia, no puede construirse una opción de interpretación en lo que respecta a la relación
crecimiento-desarrollo-empresa, haciendo abstracción de la dinámica que introduce esa noción de
mercado y de su lógica.
En ese mismo contexto, el solo hecho de reconocer la existencia de un alto porcentaje de la
población con niveles de precariedad que le impiden ejercer como consumidores reales y/o
potenciales de bienes y servicios, constituye una limitante para el desarrollo y consolidación de las
empresas. Con mayor razón, si se analiza de manera diferenciada, con el aspecto tamaño, monto
de capital y nivel de internacionalización como variables.
7 A manera de conclusiones.
Una vez realizado el recorrido anterior, cabe establecer una precisión necesaria. No se trata, en
este escrito, de desconocer el rol que cumple la creación de empresa en la consolidación del
modelo económico centrado en la dinámica y la lógica del capital. De lo que se trata es de
contextualizar ese rol; en términos de su relación con la politica macroeconómica y las estrategias
de crecimiento económico derivadas de una determinada visión gubernamental. Por lo tanto, y así
lo he expresado de manera reiterada, el concepto de acumulación como sinónimo de desarrollo y
18
consolidación económica de un país, es válido en términos de la ortodoxia asociada a la teoría
económica general. Es algo así como entenderlo en el contexto del cálculo del PIB, para periodos
sucesivos. O, lo que es colateral a lo anterior, efectuar las mediciones del crecimiento económico,
por la vía de las variables asociadas a la creación de determinadas empresas en un periodo
determinado.
Como lo propuse desde el numeral 1 (Planteamiento del Problema) este escrito constituye un
recorrido en torno a la noción de crecimiento económico y desarrollo en la lógica propia de un
modelo capitalista. Supone, por el mismo soporte de visión amplia y no dogmática, un aporte para
la construcción de líneas de interpretación y análisis dinámicos, no asociados a la idealización de
una determinada opción, ni a una determinada aplicación. Es, por el contrario, una tendencia a la
universalización del conocimiento en lo que esta tiene de crítica asertiva y preactiva.
Metodología:
Consulta de Normas y Sentencias que ejercen como soporte jurídico para
el gobierno, en su intervención vinculada con la negociación
Bibliografía
“Samuel”, novela Autor: Luis Parmenio Cano G.
“Mi historia”, autora que prefiere el anonimato.
“4710”, autobiografía de “Rosendo Payares (seudónimo).
“Trochas y Fusiles, “Selva Adentro”, “Aguas Arriba” y “Siguiendo el corte”.
Autor Alfredo Molano Bravo.
“El 19 de abril de 1810 fu el día en que se inició la independencia
sudamericana. Autor: Santiago Terrero A.
“El culto a Bolívar”. Autor: G. Carrera Damas
“Palimpsestos, los rastros de la escritura. Autor: Fredy Téllez
“El velo y la trenza”. Autor: C.P. Rodríguez.
“Prólogo a la edición ed. Universidad Nacional de Colombia, de 2La sociedad Primitiva”.
Autor L.H. Herder.
“Crítica de la razón dialéctica”. Autor: J.P. Sartre.
“Filosofía del derecho: F. Hegel
“Investigaciones lógicas”. Autor: E. Husserl.
“Tratado sobre la lógica de la naturaleza humana”. Autor: D. Hume
“La rebelión de las masas”. J. Ortega y Gasset
“El ser y la nada”. Autor: J.P. Sartre
“Santander y la opinión angloamericana” Autores: Francis Hall y William Dane
“Liberación en el Caguán”. Autor; José Noé Ríos; unos
19
Metodología: 1. Itinerario por registros escritos relacionados con el problema.
2. Entrevistas a la autora de “Mi Historia”; a Rosendo Payares, escritor
registrado con su seudónimo. Autor de “4710”, su autobiografía; y de “Samuel”. Ambas
publicadas en edición digital, en el Portal Universia
3. Consulta de Normas y Sentencias que ejercen como soporte jurídico
para el gobierno, en su intervención vinculada con la negociación

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Posconflicto en colombia

  • 1. 1 El Posconflicto en Colombia (Análisis en perspectiva económica) 1. Planteamiento del problema. 1.1 El universo y los conceptos. En comienzo, se trata de asumir que, el conflicto, ha estado ahí. Desde, el momento mismo en que se concretó nuestra condición de patria libre. En un proceso que comprometió, inclusive, a quienes ejercieron como conductores libertarios. Por una vía inherente a la discusión política de configuración de país y de estado. En ejercicios que posicionaban el marco constitucional como soporte fundamental. Lo que, hoy por hoy, vivimos no es otra cosa que una extensión no formal de las contradicciones. Porque se replicó en escenarios desde 1830 hasta finales de siglo. Pero que, por esto mismo, se abrió camino, recorriendo todo el siglo XX. Ha sido un largo camino. Como laberinto que agobia. Pero que, por lo mismo, ha permitido localizar los términos de referencia necesarios para enfrentar la soledad del ser que emerge consolidado, a partir de descifrar los códigos de la vida societaria. Porque viene de esa dispersión que lo había inhibido, para enfrentar vicisitudes. Hacerlo sólo le había significado, en el tiempo, no entender la dinámica asociada a sentir a los otros y a las otras. Un estar ahí, situado en su compartimento. Mirándose. Como quien no ha construido el enlace, entre sí mismo y el escenario. Actor cuyo libreto son palabras para sí. Pero que, en perspectiva, se siente aislado. Avasallado; al límite de su capacidad para discernir acerca de su rol colectivo. Posicionarse, al margen de lo inhóspito, supone un avance. Es adquirir la noción de estar en otras condiciones. Diferentes a aquellas en las que prevalecía la zozobra. Lo azaroso. Como cuando se percibe que la exterioridad acecha, como potencia ajena a cada sujeto. Como incierta posibilidad. Como expectante gendarme que rodea y asfixia. Una figura parecida a aquellas sombras del inicio; cuando no éramos otra cosa que expresiones minimizadas, al garete. Próximas al desequilibrio, por la vía de los extravíos propios de la selección natural. Sentirse vinculado a un proyecto de la naturaleza. Sin haber sido consultado o consultada; es tanto como una sumisión indescifrable; como quiera que se da sin que hubiésemos conocido la hoja de ruta inherente a ese proyecto. Tal vez, por esto mismo, llevamos la marca de la angustia. Porque no entendimos su soporte. Angustia e inquietud, que se tornan en el hilo conductor de esa sensación de impotencia. Esa misma que ha estado con nosotros y nosotras, desde el origen. En ese entonces, lo que percibíamos no iba más allá de la inmediatez que no s envolvía. Como burbuja que asfixia. Y que nos rodeaba y nos colocaba en condiciones de inferioridad. Un choque de expectaciones. Mientras la naturaleza, exhibe una lógica interna. Que va, desde los organismos simples primarios; hasta las cimas que confirieron las condiciones próximas a la civilización. Todo eso como una envoltura que nos inhibía. Desde ese tiempo procede nuestra sujeción involuntaria a ese proyecto. Siendo, este, mucho más amplio en los espacios universales; mucho más complejos. Mucho más ajenos a nuestra interpretación en esa infancia temprana, como sujetos. Ya, ahí, estaba latente la soledad y sus implicaciones. Entonces, necesitábamos compañía. Pero no del tipo de compañía en la cual los otros y las otras estaban ahí. Al alcance físico de cada quien. Pero sin ese hilo de Ariadna que nos permitiera
  • 2. 2 descifrar los códigos asociados al entorno colectivo, como sujeto en sí. Es decir, en una perspectiva de concretar expresiones conscientes de organización. No como sumatoria simple de sujetos. Más bien como conciencia que se recrea y recrea. Una opción en la cual se acumulan saberes. En un concepto de acumulación emparentado con la vertebración de lo consciente como colectivo. Con todas sus implicaciones. Es decir, siendo conscientes de la necesidad de crear instituciones, con los insumos de los saberes. Fundamentalmente, con esos que nos otorgan la vitalidad indispensable para re-conocernos. Como agentes de transformación. Como expresiones hacia el equilibrio. Desde la soledad inhóspita de lo individual; hasta el acompañamiento en lo colectivo. Eso de buscar el equilibrio y trascender la soledad; por la vía de sumar opciones de vida. Desde lo primario individual; hasta lo consciente colectivo; debe ser entendido como esa condición que permite acceder a una interpretación de los y las sujetos; vinculados y vinculadas a un proyecto; mucho más cercano y comprensible que aquel que tiene la naturaleza. Es, entonces, ese proyecto nuestro, el punto de comienzo y soporte de la nueva identidad. Colectiva e individual. La nueva identidad, así alcanzada, no era otra cosa que la noción de lo humano. Como categoría propia que nos situaba en el camino habilitado para transitar la vida, la historia. Con referentes definidos a partir de la necesidad inicial de asociarnos. Transfiriendo, a través de estos referentes, principios y valores. Son posibles y necesarios; habida cuenta de nuestra condición de animales superiores. Superioridad no anclada, únicamente, en la capacidad para discernir acerca del reto primario de la naturaleza; sino en nuestra capacidad para convertir ese discernimiento en, fortaleza latente para trascender la mecánica inherente a la naturaleza. En consecuencia no opera ya aquello de la selección natural. Venimos de ahí. Somos resultantes de ese proceso. Pero no somos simplemente eso. Somos sujetos que alcanzamos la independencia; que trascendimos aquello de seres naturales específicos, en cadena; para acceder a la condición de sujetos que realizamos hechos y acciones. En capacidad para entender eso que hacemos. Sujetos de colectivización coherente. No como manadas que, en el reino animal, simplemente juntan individuos. Lo nuestro es una opción mucho más compleja; en razón a nuestra capacidad para asumir, direccionar y redefinir objetivos. Un ejercicio consciente que nos ha convocado y nos convoca a no erosionar los valores y principios adquiridos. Porque, de no ser así, volveríamos a la opción de vida de las manadas. .El poder y su propuesta de regresión. Una vez logrado el equilibrio, soportado en la opción de vida societaria; que nos ha permitido llegar hasta el trazo del horizonte de procedimientos e instituciones en función de soportar la civilización. Una vez adquiridas la noción y la praxis relacionadas con el quehacer colectivo y que devino en la consolidación de los referentes inherentes a la humanización del consciente individual y colectivo. Por caminos siempre de dificultad; como quiera que este equilibrio, acceder a él, ha sido una apuesta por la vida. Soportando guerras, arrasamientos, aniquilaciones, etc. Decantando los logros acumulados. En una constante depuración; en términos de efectuar una disección precisa de los contenidos de los saberes acumulados. Habiendo soportado las ofensivas vulneradoras de poderes paralelos asociados a la mixtura religión-conservadurismo. Habiendo efectuado, como lo hemos hecho, acciones de profundo contenido transformador en casi todos los ámbitos. Habiendo sufrido la persecución y exterminio, a nombre de la tradición y de la moral. Nos encontramos con constantes que ejercen y han ejercido posturas y acciones de no reconocimiento de las opciones de vida; ni de los avances en el proceso de validar insumos mínimos de respeto y tolerancia. Han aparecido, en ese contexto, personajes perversos absolutos. Sujetos que siguen atados a la prehistoria del quehacer social. Cuando, cada quien al garete, efectuaba una interpretación individual de sus requerimientos. Y, posicionaba los mismos como iconos para sí. Sin reconocer a los otros y a las otras como sujetos con derechos. Simplemente, porque la noción de derechos es punto de comienzo de la vida societaria.
  • 3. 3 Personajes nefandos, que han hecho de los suyos principios preeminentes que deben ser acatados. Los Césares; los reyes de Occidente; los faraones; los Papas; los Zares, Stalin, Hitler, Mussolini, Franco, Ronald Reagan; los Bush; Álvaro Uribe, etc. Todos ellos en contravía de los logros alcanzados en incesantes tropeles. Porque la historia ha conocido del día a día. De esos tejidos sociales, individuales y colectivos, que se han ido consolidando a pesar de las guerras impulsadas por esos y otros, también como ellos, perversos registradores de la destrucción de valores. Construyendo aureolas en su entorno. Como magos que convocan a la confusión; a la inversión de la noción de verdad y de justeza. Garantes de la lucha por restaurar lo primario. Como cuando éramos absorbidos por la dinámica de los proyectos de la naturaleza. En los cuales, ésta, imprimía su marca. Ese tipo de sensación de impotencia, de temor, de soledad; nos acecha a cada paso; ahora, cuando reviven los piratas vulneradores. Que imprimen, también, su marca. Chamanes que delinquen con los principios; que convocan a santos oficios en procura de imponer sus instintos, como figuras y posiciones; a partir de sus esquemas mentales, enfermizos. Delirantes. Su significante es pariente de la desolación y de la ausencia de posibilidades libertarias. Su ética es la barbarie. Su poder es la manipulación. A manera de mercaderes del trueque y la engañifa. Sin ningún agregado de calidad humano; absolutamente ninguno. Una escenografía que confunde al público. Como bufos que desorientan. Que crean horizontes enfermizos; a partir de exhibir niveles de aceptación. En esto, Hitler y Mussolini fueron maestros y a ellos les deben sucesivos dirigentes panfletarios sus fuentes teóricas. Fundamentalmente aquellos que fueron atizadores de violencias y que se concretaron, a manera de ejemplo, en lo que se ha denominado, un tanto peyorativamente “La Guerra de los Mil Días”. Pero que no fue otra cosa que derivación de ese acumulado de odios ya cifrados antes sus fuentes teóricas y conceptuales. Pueblos enteros confundidos. Masas vergonzantes que han permitido y permiten justificar todo tipo de tropelías. Ese tipo de franjas de población que han claudicado en su dignidad; la han endosado a los magos manipuladores Lo cierto es que tenemos todo el derecho, quienes no hemos claudicado, a convocar a la acción consciente. Que nos permita acceder a la derrota del Emperador Pigmeo; que es esto en razón a su incapacidad para percibir la vida a través del día a día que junta quehaceres. Todos ellos emparentados con la vulneración de la vida y con sus soportes. Pigmeos intelectuales que saldaron su deuda con la vida y con la dignidad inherente, por la vía de refrendar su compromiso con la muerte; por la vía de cambiar la lógica que conduce a la verdad y venderla, ofrecerla y postularla como referente único para la vigencia de su visión de democracia. Que es a la mentira, como el Sol es a las mañanas. 1.2Justificación: Más que un ensayo, trato de proponer un referente alrededor de la interpretación y posibles soluciones al conflicto (…o conflictos) en nuestro país. Porque se trata, de asumir retos que permitan acceder a una opción de paz, en la cual sea plenamente identificado el derrotero a seguir. Por una vía no especulativa formal y contestataria. Por el contrario, en una visón y acción construida a partir de los insumos propios de la interdisciplinariedad 1.3 Antecedentes. Uno de ellos y, tal vez, el fundamental, tiene que ver con su coincidencia con lo que se ha definido como “la guerra de baja intensidad”; orientada desde el Imperio y aplicada con todo el rigor en Argentina, Chile, El Salvador; Guatemala. Él, además del presidente, Julio César Turbay Ayala, Belisario Betancur (a pesar de su aparente posición de mano tendida, que se expresó en ese remedo de proceso de paz serio y humano). Particularmente, el doctor Uribe Vélez, incursionó en
  • 4. 4 ese ámbito con su propuesta y programa de gobierno en la gobernación de Antioquia, por la vía de la promoción y concreción de las Convivir; que no fueron otra cosa que el inicio del exterminio a cargo de los grupos paramilitares. Paramilitarismo que ya tenían, en Centroamérica, ejemplos plenos. Un experto defensor de ese proceso y de esa noción de apaciguamiento. Como diría, aplicando una expresión de lugar común: a sangre y fuego. Y ahí reside la motivación del exterminio de contradictores. Por ejemplo, en el caso, de la UP y de los desmovilizados del EPL, la aplicación de plan fue tan profunda que se convirtió en el mayor proceso de acallar voces, por la vía de la matanza y del amedrentamiento. Leamos, al respecto, lo que dice Rosendo Payares, en su autobiografía “4710” “…Y es que corría el año 1954. Coincidieron hechos. El militar ya estaba ahí. Venía de rapar el poder. Siendo el cuadro político antecedente una heredad vinculada con el genocidio auspiciado desde ahí. Desde ese centro-poder conservador. Ya casi olvidadas las reformas de López Pumarejo y su Revolución en Marcha. Todavía cercana, en el tiempo, la muerte de Jorge Eliécer Gaitán. El sargento (¿…o cuál era su grado?), ya jugaba a ser prócer. A ser libertador. A ser guerrero guiando a un pueblo famélico y agarrotado. Nuestra familia era una de tantas miles sin horizontes gratificantes. La heredad, provenía de dos íconos perversos. Mariano Ospina Pérez y Laureano Gómez; “el divino Laureano”. El perdulario que encendía el Congreso, a viva voz. Voz transmisora de ideas achatadas. Con una sola perspectiva: justificar la matanza. A viva voz. Voz de pigmeo intelectual. Hacedora de fetiches. Voz, mirada, cuerpo, de aprendiz de ideólogo. Ese que pretendía pasar a la historia como héroe. En una Colombia desagarrada por él, y por Ospina Pérez, y por Marco Fidel Suárez y por los azuzadores perennes. Un fascismo inveterado. Héroe de la miseria que auspiciaron él y ellos. De la tragedia de un pueblo inerme. Pero, asimismo, heredad de los Lleras y de Eduardo Santos, y de Olaya Herrera y…del mismo Alfonso López, que se arredró ante la infamia. …Y corrió la voz de que algo estaba sucediendo. Venía desde muy atrás. El método había sido perfeccionado. Desde Núñez, el trasgresor. El sujeto cambiante; según las circunstancias. Método aplicado. Con ese mismo se justificó la Guerra de comienzos del siglo XX. Método soportado en el manejo solapado de las verdades. O, a decir verdad, las casi verdades. En recintos cerrados, a prueba de filtraciones plenas. Solo el gota a gota. Para potenciar las repercusiones. Se dice y se desdice, al mismo tiempo. Entonces, se embauca y se extiende la sensación de que algo está pasando. Aquí y allá. Y, en verdad, algo estaba pasando. El militar todavía estaba ahí. Pero, quienes lo adularon y lo felicitaron por su desprendido amor a la patria; ya tejían otra red. Otra, porque, a pesar de ser la misma; era otro tiempo. Estábamos en 1956. Y, ya, el ceremonial estaba en curso. Ya estaban los contactos. Que si en España, en Benidorm. Que si en Londres o en Washington. Que más daba. Siendo lo único cierto, el programa. Primero se auspiciaría la presencia de una Junta Militar politizada. Que si el General París. Que si ahora. Que si el plan incluiría allanar el camino para que volvieran los de siempre. Liberales y Conservadores, sus cúpulas. Las mismas que sembraban el odio entre los de la periferia. Y que, una vez empezaba la barbarie, en cualquiera de sus versiones periódicas, convocaban al buen sentido. Al entendimiento. A la paz. No importaba si por fuera de ella quedaba los más afectados. Los desarraigados y las desarraigadas. Los y las caminantes, en travesía. Buscando refugio. Aquí y allá. Y, en ninguna parte donde pasar la noche y ver amanecer el otro día. Y se reunieron. Y acordaron. Usted y yo. Yo y usted. Primero usted, después yo. Amarremos el pacto a doce o más años. Qué más da. Primero usted, luego yo. Y todo volverá a empezar. Hagamos borrón y abramos nueva cuenta. No importa lo de atrás. El perdón suyo, lo avalo yo. El perdón mío, lo avala usted. Y así, saldamos cuentas, por ahora.
  • 5. 5 Eso sí, quienes no regresen. Quienes no acepten lo que usted y yo hacemos; están al margen de la ley. Y serán perseguidos y serán matados y serán olvidados. Queda claro, entre nosotros, que hemos sacrificado nuestro tiempo por este país. Y, por lo mismo merecemos ser recompensados. Y qué mejor recompensa que primero usted y después yo. Y después usted y luego yo. . Y, ahora lo entiendo, era eso lo que se estaba urdiendo. Era eso. Y los periféricos, los sin nada, ahí; sin saber qué hacer ni para dónde coger. Y se extendía la penuria. Y ya se había agotado el modelo de sustitución de importaciones. Modelo económico restringido. En el cual la variable más dinámica era crecer, sin crecer. Quedar flotando entre los imperios; entre sus intereses y los nuestros (¿…nuestros?). Y, entonces se acumuló capital. Para los terratenientes, para los comerciantes, para la naciente burguesía bastarda. Sí; esa que conoció de las libertades democráticas y de las reformas y de los derechos y los deberes; como quien aprende a nadar por correspondencia. Así fue, por ejemplo, como accedí a entender todo lo relacionado con la continuación del exterminio. Veía, a ráfagas, lo sucedido con quienes no accedieron al pacto bochornoso. A ese pacto entre los mismos. Pacto que avasallaba a la democracia. Convertía en delito el solo hecho de aspirar a una alternativa diferente. Y, sin saberlo, iba profundizando, todas las noches. Veía a los campesinos y campesinas. Niños y niñas. En las travesías. Solo ahora, después de haber leído al maestro Alfredo Molano, en su trilogía “Siguiendo el corte”, “Aguas arriba” y “Selva adentro”, he podido descifrar esos mensajes de mis sueños. He podido dilucidar el significado de esas imágenes. Los sin tierra; los desarrapados; tratando de arrancarle aliento a la vida. Como si esta estuviera flotando ahí. Y ellos y ellas, tratando de asirla. Mientras tanto los aviones y la tropa de los jerarcas. Apuntándoles. Matándolos. Y los gritos de rabia y las lágrimas y la ternura invitando a resistir. Y los jerarcas riendo en las ciudades. Invitándonos a reconocerlos como voceros válidos. Como convocantes ciertos a la paz. Y, nosotros, en las ciudades sin arriesgar nada. Solo consumiendo los discursos ampulosos. Y llegó el segundo de la lista. El hijo del poeta. El mismo de la sagrada ciudad blanca. Impoluto. Hijo de poeta que no sabe nada de la vida de los y las demás. Que mantuvo la línea de acción. Con los chafarotes a la ofensiva. Limpiando el campo. Siendo, esa limpieza, un concepto asociado a la matanza. Generalizada y selectiva. E inundaban los campos de panfletos. Convocando a la rendición. Expresando que los bandidos eran quienes reclamaban justicia. Bandidos eran quienes no se dejaban acribillar y respondían a los vejámenes, con la fuerza de la dignidad y, porque no, con las armas que habían logrado salvar. Y los niños ahí. Y las niñas también. Muriendo ellos y ellas. Y sus madres. Y sus padres…y todos y todas. Y, así, fui desenvolviendo el ovillo, similar al nudo de Ariadna. Y reconozco, en esos contextos enunciados, la posición alusiva al desarrollo capitalista tardío. Como el nuestro. Ya no era, simplemente, el modelo de sustitución de importaciones. Ya era, todo un modelo de amplio espectro. Pero no autónomo. Simplemente vinculado a los condiciones que imponía el Imperio. Fue, entonces, cuando conocí las propuestas puntuales de Joaquín Vallejo Arbeláez, a la sazón ministro en el gobierno de la tercera cuota del pacto (Carlos Lleras Restrepo). Y leí, ávidamente, todo el texto sustentatorio de El Pacto Andino. Y lo cotejé con las propuestas de la CEPAL (Comisión económica para América Latina). Y encontré las coincidencias. Algo así como un proyecto en el cual cabían las opciones políticas y económicas, por la vía de entender una forma de la división del trabajo. Obviamente a países como el nuestro, como Venezuela, como Ecuador, como Argentina, Brasil, etc., nos correspondía la parte de lo accesorio. No podíamos acceder a la tecnología necesaria para implementar un proyecto de industria pesada. Solo lo periférico; y eso sí, con limitaciones. Y, a partir de ahí, se entiende la teoría del desarrollo desigual y combinado; lo cual no es otra cosa que la implementación de los modelos precarios, súbditos. Y, por esa misma vía, conocí la teoría de Celso Furtado, expresando la opción clásica del desarrollismo económico. Y, además, las teorías de Samir Amín (en la misma perspectiva del modelo de desarrollo desigual y combinado). Y, de manera apenas obvia, profundicé los textos económicos de Marx, y de Rosa Luxemburgo. Y leí el
  • 6. 6 texto económico de Lenin “El desarrollo del capitalismo en Rusia”. Y conocí las teorías de partido de Lenin, en lucha en contra de las postulaciones socialdemócratas en Rusia (Los Mencheviques) y en Alemania (Rosa Luxemburgo).La teoría del Programa de Transición de León Trotsky. Entonces, estamos ante la necesidad de ofertar un concepto preciso en lo que respecta al significado que tiene eso de conocer el pasado. Pero, más allá de esto, el relacionado con su dilucidación; estableciendo tipos de referentes soportados en el conocimiento y la interpretación. Estos son elementos imprescindibles; como quiera que si son construidos de manera deficiente, no serán otra cosa que extravíos. Y, como todo extravío, no será otra cosa que ejercicio diletante. Con un agravante centrado en la consolidación de la sumatoria de hechos y de narraciones, como simple amalgama a partir de la cual se construyen (a manera de deducciones y conclusiones), instrumentos que distorsionan y derivan en mera perspectiva, cuando no etérea, alusiva a interpretaciones de la realidad sesgada y, por esto mismo, de utilización impropia e impertinente. Lo cierto es, en consecuencia, que estamos en la obligación de cuestionar esos insumos metodológicos, por cuanto la búsqueda de hilos conductores de los procesos sociales e individuales, constituye un imperativo. No solo por las implicaciones que tienen los hechos y su registro, en el diseño y concreción de propuestas para asumir los retos del futuro, en lo que este tiene escenario próximo en el cual, la realidad, ejercerá bien como hechos y acciones en las cuales los conceptos pueden ser prefigurados y utilizados como referentes válidos; o bien como expresiones de distorsión. Por lo mismo, la decisión de realizar este escrito, se origina en la lectura de algunos documentos relacionados con la interpretación del quehacer político y social, soportados en la narración oral. Pero no tanto porque el método sea inválido, de por sí; sino porque esas narraciones son utilizadas y articuladas, sin el filtro conceptual necesario al momento de escucharlas y transcribirlas. Filtro conceptual, absolutamente indispensable, en razón a que la psicología del actuante y narrador, su visión e interpretación de los hechos, son vertidas a partir del ejercicio memorístico; pero también a partir de su noción de la vivencia como realidad derivada del tipo de aprehensión lograda. Y ya, ahí, se supone la existencia de una posición proclive a la distorsión. Siendo así, el sesgo está presente y la interpretación del historiador, simplemente estará afectada, casi como acto reflejo, por ese sesgo. Inclusive, como lo demostraré más adelante, muchos de los pasajes narrados, no son otra cosa que alucinaciones o giros sustanciadores, utilizados por el o la sujeto para reafirmarse como leyenda; o como héroe…o heroína. O, como también lo demostraré, porque el (la) entrevistador (a) e historiador (a); desemboca en postulaciones, a manera de verdad, construidas de tal manera que expresen sus propósitos, tanto en lo circunstancial, como en lo trascendental. Todo a la manera de sujeto (a) que se explaya, magnificándolos, en los hechos narrados. Veámoslo en estos términos: “…El automatismo de la escritura me ha compelido hasta aquí. Sigo aferrado al impulso de continuar, sabiendo sólo que he arribado hasta un punto imprevisto en el inicio. Algo me dice que voy bien. La fractura persiste, pues estoy seguro de no ser yo quien sólo escribe. El saber que voy bien se me antoja como una simple forma, como un cierto sabor o como una entonación peculiar de lo hasta aquí escrito. Ello me induce a esa secreta corroboración del voy bien. La escritura pareciera ser una especie de emanación corporal: hay ciertas manifestaciones del automatismo que escapan a la sola conciencia, enmarcándose en un más allá de pura racionalidad. Los escritores pueden ser una forma de catadores sui generis, adheridos a un paladar peculiar que discrimina o destila signos, frases y contextos, en una palabra, todo aquello que convenimos en llamar ideas…”1 Es, ante todo, la búsqueda de elementos que me permitan proponer alternativas. No solo en lo que hace referencia a la interpretación; sino también en lo que compromete a lo metodológico. Porque, 1 Téllez, Freddy. “Palimpsestos. Los rostros de la escritura”. Publicada por Centro Editorial de la Universidad Nacional de Colombia. Primera edición, 1990/1991, página 80.
  • 7. 7 eso lo tengo bien claro, no pretendo una argumentación a la manera contestataria, insípida y/o tendenciosa. . Ahora bien, como es en realidad, una posición a partir de la lectura de algunos de los escritos del maestro Alfredo Molano; tiene un asidero en el hecho mismo de la importancia que ha adquirido toda su labor investigativa, apuntándole a la presentación de opciones de interpretación; con un horizonte que compromete a la gestión por alcanzar una tipificación de lo vivido por los y las personajes, en el contexto del conflicto armado y no armado que ha estado en la base de la construcción de Nación, de País y de Estado…”(Rosendo Payares, “4710”, edición digital, Universia) “…Las historias de vida sobre las cuales Alfredo Molano ha centrado la mayor parte de su actividad intelectual, son un producto cuya docilidad de interpretación puede provocar equívocas conclusiones. Son ellas una forma testimonial que funde una o varias percepciones individuales con la elección particular del escritor que selecciona la experiencia y la describe según un prisma valorativo propio. Resulta difícil , por lo tanto, discernir en este tipo de trabajos cuál es el propósito del autor al optar por unas y no otras historias, qué afinidades ideológicas trascienden los niveles de empatía entre testimoniante e interlocutor y, en fin, qué grados de transformación ha provocado en la materia prima del relato el corazón y la pluma del escritor…”2 La connotación que adquiere la diferenciación, en el contexto de las relaciones sociales, supone una determinada caracterización de roles; a partir de análisis soportados en categorías conceptuales y metodológicas. Por lo tanto, ya no se trata de una simple réplica de lo observado, como representación objetiva. Por el contrario, significa profundizar acerca de esas expresiones de superficie; indagando por las condiciones que la subyacen, como soporte. Ya, en ese procedimiento, pueden y deben aparecer algunos niveles de abstracción, referidos a la interpretación alusiva a los acumulados históricos en nexo con la participación, en esas mismas relaciones sociales, de los (as) sujetos individuales y colectivos (as). De las condiciones en que esta se ha producido y del grado de inserción con respecto al conocimiento, a las instancias que lo promueven y controlan. Pero también, y con mayor énfasis habida cuenta del horizonte propuesto en nuestro escrito, acerca del significado de esa participación con respecto al poder y a las instancias que lo soportan, a sus manifestaciones como instrumentos de control, de dominación y de imposición. Ha habido, en el curso del tiempo, interpretaciones que asocian la caracterización antes aludida, a posiciones antropológicas y culturales. Por esta vía, ha desembocado en expresiones que delimitan (a manera de diferenciación) la intervención de los (as) sujetos individuales y colectivos en el desarrollo de las relaciones sociales; a partir de asignarle a determinados sectores una posición periférica, respecto a los beneficios del conocimiento, entendido como proceso, como aprendizaje que va decantando, segregando. Aquí, en esta opción, se valida, en veces, un instrumento de diferenciación asociado la pertenencia a una determinada raza y/o etnia. Visto así, entonces, cabe una propuesta de interpretación generalizante; pero también de especialización; por cuanto se establece unos condicionantes vinculados con normas y pautas, a la manera de posición que reivindica una versión predominantemente aceptada y acatada, de cultura, como sinónimo de civilización; como paradigma, a partir del cual es posible establecer una segregación. 2 Ramírez T., William. Prólogo a la obra “Trochas y Fusiles”, primera edición (Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Colombia), escrita por Alfredo Molano B. Ed. El áncora; página 13.
  • 8. 8 Ya no se trata, en el anterior escenario conceptual, de admitir una posición periférica respecto al poder y a las instancias que lo soportan. Aquí, la noción de lo periférico, está referido a un espectro mucho más amplio; en razón a que los márgenes constitutivos de la delimitación social, están contraídos en términos del grado de apropiación y/o de acceso a los beneficios del conocimiento, y de la cultura asumidos como referentes de civilización. Esto no es otra cosa que entenderlo, como adecuación, como asimilación de los roles y los paradigmas allí consignados. En un documento de trabajo (La Educación Superior en América Latina), presentado en el debate al interior de la Universidad Nacional de Colombia, previo a la realización del Primer Congreso Nacional de Educación Superior, realizado en la ciudad de Barranquilla los días 1,2 y 3 de diciembre de 1999; se expresa un concepto que consideramos válido. Veamos: “…En estas condiciones, la Escuela, no es otra cosa que una expresión que, en principio, transfiere el dominio estatal. No tanto en la aplicación elemental marxista de aparato ideológico; sino como complejidad que articula instancias del conocimiento, aplicadas y estructuradas en programas y acciones, a partir del ese centro-poder, sin ser el. No es, entonces, una aplicación a partir de la lógica lineal. Es una interacción heterogénea orientada por unos perfiles definidos a partir de las necesidades inherentes a los intereses que impone ese centro-poder. Es decir, lo suyo no es otra cosa que contextualizar la sociedad en términos de su propio rol, de su significación. Con esto tratamos de establecer lo siguiente: la globalización siempre ha existido, si asumimos que esta no es otra cosa que la imposición de referentes a partir del dominio ejercido. Sin pretender un traslado conceptual mecánico, las condiciones impuestas desde el centro-poder económico y político internacional, permiten trazos que imprimen todo el quehacer económico, político y cultural de los dependientes. Ya, de por sí, el solo hecho de reivindicar los autóctono (como acervo cultural) es constitutivo de herejía con respecto a los modelos considerados prevalecientes. Esto es mucho más evidente, en lo que respecta al desarrollo del conocimiento por la vía de implementaciones programáticas escolarizadas. La escolarización, en sí, origina rupturas si se compara con las aprehensiones y las tradiciones propias de las culturas nativas. Porque no habría de serlo, entonces, a partir de la concreción del dominio desde el centro hacia la periferia. En esto, por decirlo de alguna manera, se mantiene incólume el postulado de Samir Amin, cuando en su texto en torno al capitalismo, su desarrollo e implicaciones, habla de las culturas periféricas, atadas a las condiciones que impone el centro-poder..3 Arribamos, así, a una opción conceptual que nos permite proponer un entendido en torno a los sectores sociales periféricos. Es decir, aquellos sectores no solo desvinculados de los beneficios del poder, subyugados y dominados por este; sino también segregados por la dinámica propia del desarrollo cultural predominante. Algo así como insertos en la civilización, pero ajenos a ella, en lo que esta tiene de otorgadora de roles asociados a los paradigmas originados en ese mismo desarrollo cultural, por parte de sus usufructuarios. Ahora bien, no puede inferirse de nuestra expresión, el hecho de que proponemos una asimilación de intereses entre los beneficiarios del poder y sus instancias de dominación y aquellos sectores que acceden y se identifican con los avances del conocimiento y de la cultura que ejercen como predominantes; como expresión avanzada de la civilización. Surge entonces, en nuestra opinión, un insumo que soporta una segregación: lo periférico, en cuanto sector y/o sectores considerados por fuera de la versión oficial de la cultura; entendida esta como originaria de paradigmas, pautas y comportamientos. Para nosotros, esto no es otra cosa que la denominación de popular, referido a esos sectores que, de por sí, adquieren una dinámica propia y unas expresiones propias, diferenciadas. Es obvia, sin embargo, la necesidad de apuntalar este 3 Pira Claudia y Cano Parmenio. La Educación Superior en América Latina, edición en cuadernillo, noviembre 1999, Bogotá D.C.
  • 9. 9 concepto, con arreglo al significado que adquiere el contexto social y económico; en el cual se desenvuelven estos (as) sujetos (as). Tanto en sus expresiones individuales como colectivas. Para este caso, el problema surge al momento de establecer las pautas y/o el horizonte teórico. Porque no puede delimitarse solo a partir de la figura elemental asociada al lugar en el cual se sitúa con respecto a las características del beneficio plusválico, derivado del modo de producción vigente, o prevaleciente. De ser así no habría lugar a postular la diferenciación que se advierte en la definición anterior. Por lo tanto, el análisis remite a un territorio de mayor complejidad: uno de los elementos clave para dilucidar ese significado, tiene que ver con el entendido de contexto social y económico. Ya decíamos antes: es un escenario no determinado por la voluntad o por la noción primaria acerca de lo ético. Por el contrario, constituye una instancia, como período histórico. Esto, a su vez, remite a la evolución de las relaciones sociales; como proceso soportado en sucesión de rupturas y equilibrios. Estos últimos, impuestos por quienes adquieren posiciones de dominio. Así, entonces, cada momento (sin importar su duración) en el cual se exhibe o manifiesta ese equilibrio; no es otra cosa que la expresión de unas determinadas condiciones de dominación económica y política. Ahora bien, como lo he postulado antes, en la franja constituida por quienes (bien sea que se tipifiquen como sectores o como secciones del espectro social) no ejercen como beneficiarios directos del poder, se erige la heterogeneidad. Ya ahí, se introduce otro insumo como soporte para la segregación. A manera de ejemplo: la posición y comportamiento de aquellos sectores sociales sobre los cuales se ejerce dominación política y económica; pero que han accededlo a determinados beneficios del acumulado plusválico y cultural (como poseedores y usufructuarios del conocimiento); no puede ser el mismo, comprado con la posición y el comportamiento de aquellos sectores absolutamente vulnerables y desvinculados de cualquier beneficio plusválico y cultural. Lo anterior conlleva, en consecuencia, a establecer categorías diferenciadas en el análisis de lo popular, como expresión de determinados sectores sociales; en el contexto de unas determinadas relaciones de dominación político y económico. Puede colegirse de nuestra línea de interpretación, una conclusión fundamental: no todo sector social dominado es, necesariamente, un sector popular. Por lo tanto, aún a riesgo de silogismo, al momento de tipificar acciones (inmediatas, mediatas o tendenciales) específicas de confrontación a determinadas manifestaciones de la dominación política y económica; es preciso trabajar con estas categorías. Luego, el espectro de cobertura, está dado por la definición de objetivos vinculados a conceptos y escenarios heterogéneos; en términos del nexo con los sectores sociales. No es, por esto mismo, una opción en la cual se configure una posición de clase; al menos en la versión ortodoxa marxista. No supone, asimismo, una posición necesariamente revolucionaria y/o de confrontación al origen y vertebración del poder y de las relaciones de producción vigentes. Adquiere connotaciones diversas, en la mayoría de los casos asociadas a reclamaciones puntuales, relacionadas con determinadas condiciones de vida. Sin embargo puede, derivar en expresiones híbridas; en cuanto pueden coincidir diferentes aspectos en los cuales ejerza importancia un cuestionamiento a posiciones y/o programas gubernamentales o políticas de estado. Tal es el caso, a manera de ejemplo, de algunos movimientos populares desarrollados en relación con decisiones que vulneran determinados intereses y derechos de franjas amplias de la población. Siendo así, cabe resaltar tonos grises en la diferenciación teórica y práctica entre movimientos populares, movimientos sociales y movimientos políticos. En veces, puede hablarse de diferenciación en términos del espectro de cobertura. Otras veces, puede plantearse en relación con los contenidos de sus opciones o programas. Con respecto a este asunto del método para construir tipologías; es pertinente presentar una expresión como la siguiente: “… ¿Se politizan las luchas urbanas por el hecho de enfrentarse en la mayoría de los casos al Estado, como lo afirma Castells? No podemos en este momento desarrollar la discusión sobre el
  • 10. 10 papel fundamental ocupado por el Estado en la urbanización capitalista, caracterización que parte de una generalización, arbitraria a nuestro juicio, de la relación entre Estado y Sociedad Civil – en el sentido dado por Marx y no en el Gramsciano-, pero si podemos afirmar que no basta que el blanco al cual se dirigen las flechas de un movimiento social sea el Estado, para determinar su carácter político; es el carácter de sus reivindicaciones, el contenido de clase de sus luchas, su método y sus formas las que lo definen, y no basta encontrar un contenido político, hay que identificar si se trata de una lucha democrático-burguesa (en lo formal o lo real), o socialista. Vayamos por partes: A similitud de una huelga obrera en una empresa capitalista de Estado o de los asalariados de un ministerio burgués que levanta reivindicaciones puramente económicas, sin plantearse modificaciones en las relaciones de poder entre las clases, ni en el carácter del Estado o de sus formas de ejercicio de la dominación burguesa, un movimiento de colonos o inquilinos que solicita, por ejemplo, la regularización de la propiedad de sus tierras, o un servicio cualquiera y que utiliza para ello el método de la negociación apoyado por llamados a la opinión pública a través de los medios de comunicación, paradas en los organismos oficiales, etc., pero sin plantearse en ningún momento consignas políticas, no es político. No es el agente social al cual se enfrenta un movimiento el que define el carácter de la lucha, sino el contenido concreto de clase de él, manifestado en su programa reivindicativo y su método para alcanzarlo. ..”4 4.2 El nexo con lo jurídico. Entonces estamos en un escenario social. En donde la hilvanación de lo particular y lo colectivo, pasa por entender que el soporte, en ese proceso, tiene que ver con el desarrollo de la teoría jurídica. Porque supone precisar la noción de equilibrio necesario. Porque en la relación Estado- individualidad, se incorpora la variable que hace alusión a la cantidad y la calidad. Es algo así como entender que el concepto de equilibrio tiene razón de ser, en la medida en que cada sujeto natural y/o jurídico asuma la certeza de que el Estado no puede ser minimizado. Y, tampoco, puede ser asimilado a sus intereses particulares. Ese es el sentido que adquieren las querellas. Como si, a cada paso, fuese necesario sustentar la lógica de ese entramado. Porque, asimismo como surgieron las instituciones, a partir de pactos inherentes, conscientes o no. A asimismo la condición supraestructural de las instituciones, supone la aceptación de unas reglas del juego. No se concibe, en consecuencia, un Estado-Nación, sin unas instituciones que ejerzan como garantes de ese equilibrio; por la vía de establecer opciones que permiten el ejercicio del derecho. En una perspectiva en la cual cada sujeto tiene certeza en términos de derechos. Pero, al mismo tiempo, de sus obligaciones desde el punto de vista del respeto a la institucionalidad. Ese tipo de relación es la demostración de la solidez del Estado. Porque, por la vía de la querella, está en capacidad de reconocer los fallos. Una autonomía de la justicia, sin la cual sería imposible acceder a un escenario en el cual se concreta ese equilibrio funcional. Ahora bien, en lo que respecta al caso de la estructura fiscal-impositiva y, en alusión al significado que adquieren los impuestos como soporte de la capacidad económica del Estado; ese nexo entre los y las particulares con el Estado, supone la precisión de la normatividad, por la vía del Estatuto Tributario. Es una convicción de Estado, en la cual confluyen el concepto de región y municipalidad con la Nación, como escenario de mayor estructura y complejidad. 4 Pradilla Cobos, Emilio. “Mitos y realidades de los llamados movimientos sociales urbanos”.Artículo escrito en junio de 1981, en Méjico, D.F. Ponencia presentada al 4º Seminario Internacional cehap-peval Los pobladores:protagonistas urbanos en América Latina; realizado en la ciudad de Medellín, entre los días 7 y 11 de abril de 1986.
  • 11. 11 Lo que aquí presento, en consecuencia, no es otra cosa que la particularización de situaciones, por la vía de las jurisprudencias a cargo de las corporaciones que aplican justicia, a nombre del Estado y la Nación. Son concreciones que reivindican la autonomía; pero también la interacción. Porque no se concibe el concepto de derechos y obligaciones, sin la garantía de que las instancias gubernamentales están en condiciones y en la obligación de garantizarlas. Entonces, aquí, lo concerniente a la hermenéutica jurídica, cobra sentido y pertinencia; precisamente porque el Estado es una construcción heredada pero, al mismo o tiempo, en continuo desarrollo. Porque, a cada paso, el ejercicio económico (en este caso) plantea retos que deben ser asumidos como tal. Entonces, esos retos, coadyuvan a la postulación de doctrina. En ese escenario del universo económico, en el cual es posible entender la interacción. Siendo lo impositivo, desde el punto de vista del soporte para la actividad estatal; no es otra cosa que referente que unifican criterios y conceptos. Pero entendiendo, al mismo o tiempo, que cada hecho concreto precisa del análisis respectivo. Es ahí en donde reside la importancia de la legislación. Siendo esta una figura parecida a la teoría de Estado. Teoría que no puede soslayar la pertinencia de las confrontaciones. Porque, solo así, es posible entender la dinámica que está en la base del desarrollo Estado-Nación y su nexo con la sociedad. 5. De la estructura económica y su desarrollo . 5.1 Macroeconomía y Microeconomía No pretendo expresar una interpretación por fuera de la ortodoxia macroeconómica. Por el contrario, nos apoyamos en definiciones que involucran tipificaciones aceptadas. En un contexto regional, con aproximaciones al interior de los países con una connotación de lo que se dado en llamar subdesarrollados y/o periféricos; con respecto a aquellos que se definen como centro y, por esto mismo, con una influencia que ejerce como condicionante. Siendo así, entonces, proponemos un hilo conductor, a partir de realizaciones teóricas previas. Veamos: “…Los impuestos son una imposición del estado a los individuos, unidades familiares y empresas, para que paguen una cierta cantidad de dinero en relación con determinados actos económicos, como por ejemplo: realizar el consumo de un bien, obtener ingresos por el trabajo o generar beneficios por las empresas. Los impuestos son los ingresos públicos creados por ley y de cumplimiento obligatorio por parte de los sujetos contemplados en la misma. Tienen como objetivo primordial conseguir recursos financieros para el sector público y, subsidiariamente, modificar la distribución de los ingresos. Al igual que con el gasto público, el gobierno puede actuar sobre la economía utilizando los impuestos. Si el nivel de actividad económica es relativamente bajo y existe un volumen considerable de desempleo, el gobierno puede reducir los impuestos con el objeto de impulsar la demanda de consumo. Por el contrario, si la demanda agregada es superior a la capacidad productiva del país, una estrategia puede consistir en elevar los impuestos.
  • 12. 12 5.1.2 De las Zonas Veredales y la economía agrícola. Comoquiera que el origen del conflicto tiene que ver con el problema no resuelto de la economía agrícola. Particularmente en lo referido a la tenencia de la tierra. Queda claro que, la profundización de la desigualdad entre terratenientes y minifundistas, se profundizó en todos los periodos posteriores; a la hora de agendar la reforma agraria. Si se quiere, entonces, el campo en Colombia, ha estado referenciado por la desigualdad insuperable. Los terratenientes, ha impuesto variables perversas a la hora de la postulación de cualquier reforma, en cualquier periodo (entendido este como periodos presidenciales). Ahora bien, en razón a esa perspectiva, la economía agrícola, ha estado centrada, en los sucesivos gobiernos, en la búsqueda de un equilibrio entre los sectores enfrentados. Minifundistas, trabajadores agrícolas y los terratenientes. El concepto de explotación intensiva de la tierra; ha propiciado el surgimiento y/o de profundización de variables. De una parte lo relacionado con la exacerbación tendencial del desarraigo y pauperización de los campesinos minifundistas. De otra parte el crecimiento de la adecuación de zonas agrarias para adecuarlas a la producción agropecuaria. Algo así, como el surgimiento de y consolidación de la agroindustria. Palma africana, ganadería intensiva y constantes reformas en el ámbito de la producción cafetera y bananera. Siendo así, entonces, hasta la conclusión de la negociación entre el gobierno del señor presidente Juan Manuel Santos Calderón y la dirigencia de las Farc, las condiciones de vida en el campo colombiano, se ha mantenido en los términos antes anotados. Es decir, no podríamos hablar de una situación de recambio o cambio de los (las) actores(as) en conflicto. Es más, la intervención de los paramilitares, hizo mucho más evidente el conflicto. Los paramilitares no fueron, ni son, algo diferente que una fuerza de exacción y expropiación violenta en lo que se refiere a los minifundistas y trabajadores agrarios. En comienzo, podría asegurar que la conversión de las zonas campesinas en asentamientos de los y las desmovilizados(as) en socios de un proceso colectivo, asimilado a la figura de cooperativas agrícolas. Un tanto parecido a los Koljoses, en el contexto de la Revolución Rusa. Y de los Kibutz en Israel una vez posicionados en territorio propio después de la Segunda Guerra Mundial. No existe, en consecuencia, un diseño trascendental en términos de la tenencia de la tierra, de la producción agrícola y la industria pecuaria. Lo que existe es, simplemente, una interpolación perversa entre los terratenientes tradicionales, los productores agropecuarios, los minifundistas y los y las reclamantes de tierras. Todo esto por una vía que, parece ser, la profundización de las contradicciones. Sumémosle a esto que los paramilitares se han rearmado en muchas zonas campesinas y siguen ejerciendo expropiadores de tierras y quinta columna en contra de todo el proceso de reinserción. 5.1.3 Incidencia en el conjunto de la economía en Colombia. Ya he dicho que no existe, en estricto, un Programa Social y Económico coherente, para enfrentar el posconflicto. Entre otras razones, porque El Acuerdo en si, no supuso, ni supondrá una modificación radical en los postulados básicos que soportan el quehacer capitalista. Si se quiere, no es otra cosa que mínimas modificaciones, en veces incluso, irreales. No trascendentes en lo que respecta al las relaciones entre pequeños campesinos, terratenientes, ganaderos y productores agro industriales (Burguesía agrícola).Luego, en perspectiva, tendremos unas zonas campesinas vinculadas a la producción cooperativa en pequeña escala, versus terratenientes, productores agropecuarios y paramilitares.
  • 13. 13 No habrá Reforma Agraria Entonces, se mantendrán (cuando no ampliados) los niveles de desigualdad, pauperización y violencia. Es más, el escenario (como país) va a ser el mismo. No se modificarán las variables fundamentales, desde el punto de vista de la macroeconomía. Lo que, ahora, se llama “economía en el posconflicto”, no será nada distinto. Ni en términos nacionales, ni en términos internacionales. Seguiremos, en consecuencia, fungiendo como país absolutamente dependiente de las economías europeas más desarrolladas y, particularmente, de la economía de Estados Unidos. De hecho, los tratados de comerciales ya están en plena aplicación y desarrollo. Ya estamos observando y viviendo las consecuencias para la economía nacional. Sectores como: las industrias arrocera, azucarera, el comercio, textiles, etc.; han recibido impactos absolutamente dañinos. 6. A manera de resumen 6.1 El crecimiento y la teoría económica. Ha existido, en el proceso inherente al desarrollo de la teoría económica, diferentes momentos en la confrontación entre opciones conceptuales y prácticas divergentes. Desde la propuesta originaria de la visión moderna para el desarrollo capitalista, centrada en la teorías acerca del proceso de reproducción diseñadas, a manera de ejemplo, por Quesnay (“ Tabla económica”); Adam Smith (“Naturaleza y causas de la riqueza de las naciones”) y Sismondi (“Nuevos principios de la economía politica o la riqueza en relación con la población”); hasta las opciones teóricas que cuestionan esas interpretaciones diseñadas por Kart Marx (“El Capital”), Rosa Luxemburgo (La Acumulación del Capital”). Contando, inclusive, en este espectro, a Jhon Maynard Keynes (“Tratado general sobre el empleo, el interés y el dinero”). Esto supone, en consecuencia, la necesidad de trabajar con una posición de cobertura lo suficientemente amplia; de tal manera que no se desemboque en un discernimiento anclado en un entendido lineal y/o dogmático. Ante todo, porque en esto de analizar el significado de la creación de empresas y su relación con el entorno económico y social, no admite opciones tangenciales que eludan el hecho objetivo, en cuanto a la existencia de una conexión dialéctica (...o, si se quiere, conflictual) entre la implementación y desarrollo de la empresa, con respecto al espectro social, económico y político en la cual esta se desenvuelve. Ante todo porque esta, la empresa y sus propiciadores o garantes, no puede ser entendida como una opción y/o propuesta única (en lo que tiene de ejercicio individual); sino como partícipe de una sumatoria o globalidad económica, inmersa, por esto mismo en la dinámica propia del crecimiento económico; conforme a unos postulados concretos derivados de la politica macroeconómica gubernamental y de la creación de riqueza, en el contexto de la planificación y estrategias de un Estado concreto. Conviene, en este punto, con las reservas obvias; en tanto que constituye una visión propuesta por una persona que contribuyó a construir una opción en contravía de la ortodoxia clásica de la economía politica capitalista; citar una expresión de Rosa Luxemburgo en su obra “La acumulación del capital”. “..Hasta ahora hemos considerado la reproducción desde el punto de vista del capitalista individual típico, representante y agente de la reproducción que se realiza por una serie de empresas privadas. Este modo de enfocar el problema nos ha hecho ver ya bastantes dificultades. Sin embargo, ellas son pocas comparadas con las que aparecen inmediatamente que pasamos de la consideración del capitalista individual a la de la totalidad de los capitalistas., Ya una ojeada superficial muestra que la reproducción capitalista como todo social, no puede ser concebida mecánica y simplemente como suma de las diversas reproducciones capitalistas privadas. Hemos visto, por ejemplo, que uno de los supuestos fundamentales de reproducción
  • 14. 14 ampliada del capitalista individual es una ampliación correspondiente de su posibilidad de venta en el mercado. Ahora bien, el capitalista individual puede lograr esta ampliación no por extensión absoluta de los límites del mercado en general sino por concurrencia, a costa de otros capitalistas individuales….”5 Con esto quiero enfatizar acerca de mi análisis y de su soporte, en lo que hace alusión al enfoque teórico. Es algo así como proponer, de mi parte, un entendido en el cual el concepto y la práctica de creación de empresa, no pueden ser presentados por fuera del contexto político, económico y social. Esto traduce que, en mi concepto, sobre las expectativas derivadas de la creación y desarrollo de las empresas, ejerce una influencia determinante la politica macroeconómica gubernamental y las estrategias de crecimiento formuladas en un plan de desarrollo específico, para uno o varios periodos igualmente específicos y concretos. Inclusive, en la visión propuesta por mí, se incluye, necesariamente, una interpretación del significado que tiene la planificación económica; como opción estatal. Algo que ya fue planteado por Keynes (para el caso de la economía capitalista); como alternativa de solución para la crisis originada en la recesión global iniciada en 1930. De otra parte, por lo mismo que he venido planteando, en términos de la interacción entre los diferentes agentes del proceso económico internacional y nacional; cabe establecer un referente en lo que respecta a la situación de los países que no han acumulado riqueza, ni tecnología suficiente como para considerarse de desarrollo pleno (esto ya lo expresé en el numeral 1). Quiero presentar, como ayuda conceptual, una reflexión del profesor P.T. Bauer en su obra “Crítica de la teoría del desarrollo”. Como en la anterior cita, hago aquí la aclaración en el sentido de la reserva que pueda acompañar la reflexión aludida. Veamos: “…La planificación global implica, además, que gran parte de la producción no está relacionada con la demanda del consumidor y por tanto con los niveles de vida. De ahí que , aun en el caso de que la politica fuese de incremento de la producción total en relación con lo que hubiera sido en otro caso, lo cual es improbable, este incremento no estaría relacionado con los niveles de vida, cuya mejora es el objetivo ostensible de la politica. Este divorcio entre producción y niveles de vida es probable que en si mismo retrase el alza tanto de la producción como de los niveles de vida; porque la perspectiva de un nivel de consumo más alto y variado generalmente es un incentivo importante para una mayor actividad económica a través de un esfuerzo, ahorro e iniciativa individuales. Esto resulta especialmente cierto en países pobres...”.6 6.2 Una visión particular del concepto de planificación e incentivos. A manera de corolario transitorio, considero pertinente resaltar dos aspectos en lo que respecta al enfoque propuesto por mí: -La creación de empresas, considerada como una opción para la actividad económica, en el contexto de una economía de mercado; supone la fijación de unos objetivos concretos por parte de quien o quienes se comprometen con ese ejercicio. Por lo mismo que esta actividad se considera inmersa en la dinámica propia de la economía capitalista y del mercado que ejerce como elemento colateral a la producción de bienes y servicios; debe suponer la existencia de factores endógenos y exógenos que actúan como referente al momento de planear y hacer efectiva la participación en el mercado. Uno de esos factores lo constituye la politica macroeconómica concreta implementada por 5 Luxemburgo, Rosa. “La acumulación del capital. Editorial Grijalbo, primera edición 1967, de la traducción española,página 27 6 Bauer, P.T. “Crítica de la teoría del desarrollo”. Editorial Orbis, colección Biblioteca de Economía, sin datos del número de edición y fecha, página 104.
  • 15. 15 el gobierno, para un periodo específico. El otro tiene que ver con la interacción necesaria entre la condición en que se encuentra el país con respecto a la economía mundial global; asociada esta condición con otro aspecto que relaciona a la producción y al consumo; como elementos que se condicionan y que está, a su vez, relacionados con el nivel de vida y sus perspectivas. - La planificación específica asociada a las estrategias de desarrollo planteado para el país concreto, define unas determinadas prioridades y, por esto mismo, unas determinadas condiciones en las cuales se realiza la actividad económica productiva. Esto incluye, entre otras cosas, la definición y concreción de los incentivos para los productores y las áreas concretas a las cuales estos se dirigen. A manera de ejemplo: para el caso colombiano, el Plan Nacional de Desarrollo aprobado por el legislativo, para el período 2005-2007, define unas prioridades para el sector productivo, de conformidad con la visión gubernamental en lo que respecta a la economía de mercado y su aplicación en este tiempo en el cual transcurre una etapa precisa de la globalización económica, por la vía de actividades multilaterales y bilaterales. Este es el caso concreto de los énfasis en relacionar el crecimiento económico con la opción de los tratados de libre comercio internacional; bien sea entre nuestro país y Estados Unidos de Norteamérica o entre nuestro país y otros países de la región, particularmente de la Zona Andina y Centroamericana. -Los incentivos gubernamentales específicos, se pueden presentar por diferentes vías. Una de ellas, a manera de ejemplo, tiene que ver con exenciones tributarias (ver propuesta de reforma tributaria) o con la flexibilización de la normatividad vigente en lo que respecta a requisitos para la creación de empresas y para su desarrollo. Esto último, a su vez, incluye incentivos relacionados con la flexibilización laboral (este el caso, a manera de ejemplo de las sucesivas modificaciones a la legislación laboral, a partir de 1990 con la Ley 50 y la Ley...) 6.2 De la casuística. Concepto de desarrollo y consolidación. 6.2.1 Colombia a partir de 1990. Durante el periodo presidencial 1990-1994, el ejecutivo, con el apoyo del legislativo; implementó una visión de crecimiento económico, desarrollo y economía de mercado. Para entender, al menos en parte, la lógica que soportó a las aplicaciones derivadas de esa visión; se hace necesario retrotraer algunos aspectos básicos de la teoría económica definida como de apertura económica. Esta teoría estuvo centrada en una interpretación que proclama la flexibilización de las normas internas de cada país (ante todo las de aquellos definidos como subdesarrollados o periféricos) en lo que respecta a la protección de su frontera económica. Incluida, obviamente, su producción interna de bienes y servicios. Al mismo tiempo, suponía una flexibilización absoluta de la intervención estatal en asuntos relacionados con la politica social de redistribución del ingreso; incluida la intervención estatal en aquellas áreas relacionadas con los servicios públicos esenciales. Por esa vía, el gobierno del doctor César Gaviria Trujillo, presentó proyectos de ley en la perspectiva de modificar la normatividad vigente en cuanto a los términos de intercambio de mercancías en el mercado internacional y, en paralelo, promovió y aplicó decisiones expeditas (por la vía de decretos directos y/o reglamentarios) con las cuales incursionó en diferentes entidades públicas, modificando su razón de ser en lo que estas tenían de instrumento para la politica de asistencia social y de subsidios para la adquisición de servicios por parte de la población desprotegida y hacia la cual debería estar dirigida la acción estatal, conforme a lo establecido en la Constitución de 1991. Todo lo anterior no puede decirse, en estricto, que se inauguró durante el gobierno del doctor César Gaviria Trujillo. Es el resultado de un acumulado construido desde tiempo atrás y que ha cruzado el quehacer de nuestro país en periodos consecutivos.
  • 16. 16 Veamos esto, para mayor precisión, en palabras de la profesora Consuelo Corredor, en su obra “Los límites de la modernización”. “…La consolidación del modelo liberal de desarrollo y del régimen político bipartidista, como su sustento, han sido los pilares centrales sobre los cuales se ha construido el proceso de modernización económica y, a la vez, los principales obstáculos para la configuración de una sociedad moderna. Las aceleradas transformaciones en el orden económico, han tenido como guía la confianza en el mercado, como asignador de recursos y de bienes, con el resultado de la exclusión de amplios sectores de la población del beneficio de las mismas. Ello ha sido posible por la estrategia desarrollista, por el sistema de dominación impuesto por el bipartidismo y por la precaria organización estatal resultante de este modelo. La ideología liberal que se ha invocado sin restricción en el mundo económico ha sido fuertemente restringida en el mundo político. Los principios de soberanía e igualdad de derechos y de oportunidades, han hecho parte del discurso de la élites dominantes pero, su ejercicio práctico se lo han reservado para ellas. Una de las graves consecuencias de esta estrategia de modernización desde arriba ha sido impedir la diferenciación entre lo público y lo privado. Más exactamente, la exclusión politica, social y económica de que han sido objeto amplios sectores de la población, como resultado de la prevalencia de los interese particulares de la élites dominantes, ha formado una confusa idea de lo público, reducida a una mera instancia de legitimación formal del orden vigente, y de rapiña real en busca de interese particulares y partidistas...” 7 Las determinaciones asumidas desde el gobierno central y las normas introducidas, en términos del intercambio de mercancías nivel internacional y que vulneraron la intervención estatal como regulador en la economía de mercado tuvo, para el caso que me ocupa, una incidencia profundamente negativa hacia la empresa privada a nivel nacional. Ante todo hacia aquellas empresas no vinculadas con transnacionales y que se vieron sometidas a un tipo de competencia onerosa….ruinosa. Aquí, en esta expresión, cabe insistir en las afirmaciones presentadas e por mí en el numeral 2.2; en el sentido de que la creación de empresa y su consolidación, no puede analizarse en abstracción de circunstancias vinculadas con la intervención gubernamental y con la presencia e incidencia de factores endógenos y exógenos. Es relevante insistir en que el crecimiento económico, tiene que se cotejado y analizado conforme a unos determinados referentes precisos. No solo circunstanciales y/o transitorios; sino fundamentalmente, en la dinámica y la perspectiva económica originada en las estrategias de desarrollo y crecimiento que tiene, entre otras herramientas para su aplicación la politica macroeconómica y los planes de desarrollo. 3.2.2 El concepto de desarrollo y crecimiento en el gobierno actual. El presidente Álvaro Uribe Vélez, ha sido uno de los más connotados defensores de la politica de libre mercado y de la no intervención estatal. Ya, cuando ejerció como Senador de la República, propuso los proyectos que se constituyeron en las Leyes 50 de 1990 y 100 de 1993. Ya, ejerciendo como presidente, ha profundizado la aplicación de su noción fundamental en lo que respecta a la teoría económica. Inclusive, no es temeraria la afirmación en el sentido de que la noción de Colombia como Estado Social de Derecho, presente en el texto Constitucional de 1991, ha sido para 7 Corredor M., Consuelo. “Los límites de la modernización”. Editado por Cinep-Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Colombia.- Sede Bogotá. Segunda edición, 1997. Páginas 86-87
  • 17. 17 el doctor Uribe un elemento de dificultad para la aplicación plena de sus postulados en relación a politica económica. Puede decirse asimismo que su opción básica coincide con lo propuesto por el presidente César Gaviria Trujillo en 1990. Esto es: la apertura de las fronteras económicas al mercado internacional, debe incluir una disminución y/o flexibilización de la intervención estatal como instrumento regulador y garante de la producción a la industria nacional. Por esta vía de interpretación, se entiende el diseño de su estrategia en lo que tiene que ver con los tratados de libre comercio. Podría decirse, sin efectuar una interpretación sesgada, que su estrategia es una versión actualizada de la politica de apertura económica del doctor César Gaviria Trujillo. Lo cierto es que esa visión conceptual y práctica de la intervención libre de las leyes del mercado, entra en contradicción con los postulados básicos de Estado Social de Derecho consagrados en la Constitución Política. Pero no sólo eso, entra también en contradicción con la definición de la intervención estatal y gubernamental en la promoción, desarrollo y consolidación de la industria nacional, Entendida en esta noción de industria nacional, un e espectro en el cual caben la noción de empresa relacionada con las producción diferenciada de bienes y servicios, incluidos los agropecuarios. Ya de por sí, al analizar la lógica que soporta al Plan Nacional de Desarrollo, se infiere una tendencia en la cual la interacción entre internacionalización por la vía del libre mercado y el crecimiento económico con arreglo a la creación y fortalecimiento de la industria nacional (con la connotación amplia ya explicada) es una especie de dicotomía no reconocida, pero existente. Con mayor razón se infiere esto, si lo analizamos en el contexto de la dinámica relacionada con los tratados de libre comercio. Particularmente con el Tratado negociado con los Estados Unidos de Norteamérica. Visto así, entonces, puede afirmarse que no es sólida ni confiable la politica de creación de empresas; si se mira en la perspectiva de la estrategia gubernamental de crecimiento económico y de consolidación de la industria nacional. Aquí, en esta última afirmación mía, es conveniente retomar lo expresado en el numeral 2.1; cuando enfatizo en un aspecto crucial. Esto es: la dinámica del desarrollo capitalista no puede entenderse por fuera de la lógica que lo soporta como sistema. En este tiempo de globalización, de internacionalización e imposición de las leyes del mercado por encima de las consideraciones particulares de un determinado Estado o gobierno; los empresarios nacionales se ven sometidos y condicionados por las estrategias derivadas de esa lógica de mercado. Por lo mismo, en consecuencia, no puede construirse una opción de interpretación en lo que respecta a la relación crecimiento-desarrollo-empresa, haciendo abstracción de la dinámica que introduce esa noción de mercado y de su lógica. En ese mismo contexto, el solo hecho de reconocer la existencia de un alto porcentaje de la población con niveles de precariedad que le impiden ejercer como consumidores reales y/o potenciales de bienes y servicios, constituye una limitante para el desarrollo y consolidación de las empresas. Con mayor razón, si se analiza de manera diferenciada, con el aspecto tamaño, monto de capital y nivel de internacionalización como variables. 7 A manera de conclusiones. Una vez realizado el recorrido anterior, cabe establecer una precisión necesaria. No se trata, en este escrito, de desconocer el rol que cumple la creación de empresa en la consolidación del modelo económico centrado en la dinámica y la lógica del capital. De lo que se trata es de contextualizar ese rol; en términos de su relación con la politica macroeconómica y las estrategias de crecimiento económico derivadas de una determinada visión gubernamental. Por lo tanto, y así lo he expresado de manera reiterada, el concepto de acumulación como sinónimo de desarrollo y
  • 18. 18 consolidación económica de un país, es válido en términos de la ortodoxia asociada a la teoría económica general. Es algo así como entenderlo en el contexto del cálculo del PIB, para periodos sucesivos. O, lo que es colateral a lo anterior, efectuar las mediciones del crecimiento económico, por la vía de las variables asociadas a la creación de determinadas empresas en un periodo determinado. Como lo propuse desde el numeral 1 (Planteamiento del Problema) este escrito constituye un recorrido en torno a la noción de crecimiento económico y desarrollo en la lógica propia de un modelo capitalista. Supone, por el mismo soporte de visión amplia y no dogmática, un aporte para la construcción de líneas de interpretación y análisis dinámicos, no asociados a la idealización de una determinada opción, ni a una determinada aplicación. Es, por el contrario, una tendencia a la universalización del conocimiento en lo que esta tiene de crítica asertiva y preactiva. Metodología: Consulta de Normas y Sentencias que ejercen como soporte jurídico para el gobierno, en su intervención vinculada con la negociación Bibliografía “Samuel”, novela Autor: Luis Parmenio Cano G. “Mi historia”, autora que prefiere el anonimato. “4710”, autobiografía de “Rosendo Payares (seudónimo). “Trochas y Fusiles, “Selva Adentro”, “Aguas Arriba” y “Siguiendo el corte”. Autor Alfredo Molano Bravo. “El 19 de abril de 1810 fu el día en que se inició la independencia sudamericana. Autor: Santiago Terrero A. “El culto a Bolívar”. Autor: G. Carrera Damas “Palimpsestos, los rastros de la escritura. Autor: Fredy Téllez “El velo y la trenza”. Autor: C.P. Rodríguez. “Prólogo a la edición ed. Universidad Nacional de Colombia, de 2La sociedad Primitiva”. Autor L.H. Herder. “Crítica de la razón dialéctica”. Autor: J.P. Sartre. “Filosofía del derecho: F. Hegel “Investigaciones lógicas”. Autor: E. Husserl. “Tratado sobre la lógica de la naturaleza humana”. Autor: D. Hume “La rebelión de las masas”. J. Ortega y Gasset “El ser y la nada”. Autor: J.P. Sartre “Santander y la opinión angloamericana” Autores: Francis Hall y William Dane “Liberación en el Caguán”. Autor; José Noé Ríos; unos
  • 19. 19 Metodología: 1. Itinerario por registros escritos relacionados con el problema. 2. Entrevistas a la autora de “Mi Historia”; a Rosendo Payares, escritor registrado con su seudónimo. Autor de “4710”, su autobiografía; y de “Samuel”. Ambas publicadas en edición digital, en el Portal Universia 3. Consulta de Normas y Sentencias que ejercen como soporte jurídico para el gobierno, en su intervención vinculada con la negociación