1. La insoportable levedad de la eurozona.
Manfred Nolte
Aun no se han extinguido los ecos de la cumbre del 28 y 29 del pasado Junio y
tras una semana protagonizada por el Eurogrupo del lunes, el Ecofin del martes
y los duros recortes anunciados por el Presidente Rajoy junto a la fijación de los
techos del déficit de las autonomías, la atención se centra ahora en la reunión
del 20 de julio, día en el que se debe firmar ese famoso ‘memorando’, que a
medida que pasa el tiempo se muestra más proclive al acreedor y arroja nuevas
luces sobre nuestra tesitura europea.
La moviola permite recuperar al ritmo y frecuencia deseadas las secuencias más
importantes de una historia o suceso. Es el momento en este frenesí de
cumbres, acuerdos, rescates, programas y debates de congelar la imagen del
pulso europeo, y comprobar como queda el rostro de nuestra economía, que casi
sin darnos cuenta, se ha convertido en socio de número del club de los
rescatados.
¿Cómo ha quedado la economía española tras las últimos envites? ¿Ha sido
junto a la revelación mediática de la eurozona, Italia, conducida por la inefable
batuta de Monti, una de las ganadoras del pulso europeo? O ha sido al revés,
¿siguen Merkel y sus halcones empuñando todos los resortes del poder? O aún,
¿no resulta tan necia como peligrosa la formulación de este tipo de preguntas?
Veamos. Según los apóstoles de la austeridad, para superar la crisis deben
estrecharse las divergencias entre los países deudores y acreedores. Pero los
primeros no pueden volver a ser solventes sin la ayuda de los segundos. Luego
resulta que esta ayuda no es gratuita. España viene siendo desde Mayo de 2011
un país condicionado y progresivamente intervenido. En este momento tiene
abierta con la Unión Europea nada menos que seis frentes de omisiones o
inobservancias: las relativas al Pacto de Estabilidad, al Six Pack, al Two Pack, al
Semestre Europeo y al procedimiento de desequilibrios macroeconómicos, al
que ahora se ha unido el ‘Memorando de entendimiento’ consecuencia del
rescate bancario. Como ha matizado, no siempre con aplausos, el Comisario
Almunia, bajo el eufemismo de ‘recomendaciones’ las propuestas que se derivan
de la monitorización de tales compromisos, son formalmente vinculantes. Rajoy
consideraba los aumentos del IVA un absurdo ya que reducen el consumo,
penalizan al más vulnerable y desalientan la demanda. ¿Por qué lo ha subido al
21%? Porque España ha perdido gran parte de su capacidad normativa y es, en
relación a Europa, una economía seguidista. Su capital es Bruselas.
La siguiente clave del éxito relativo proviene de la última dosis del fármaco
aplicado al enfermo ibérico. ¿Reforzará el eurocrédito de 100.000 millones al
FROB la imagen prestataria de España o habrá sido, alternativamente, la
puntilla que acabe de hundirla? La respuesta la tiene esa hidra de las siete
cabezas, llamada ‘mercado’, que como al monstruo mitológico que por cada una
que se le cortaba le crecían dos, responde a cada paquete heroico de recortes y
austeridad con nuevos e impenetrables desaires.
Si seguimos la estela de Grecia, Irlanda y Portugal, España vería consolidados
después de la intervención sus imposibles niveles de prima de riesgo lo que
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2. acarrearía el cierre de la espita de los mercados privados de crédito y la
apelación exclusiva al Fondo de rescate europeo y al FMI. Nadie está interesado
en este escenario. Tampoco Merkel y sus escuderos. La apelación gradual,
sucesiva y creciente al Fondo de rescate podría generar el contagio de Italia y el
fondo tiene unos recursos muy exiguos para una empresa de este calibre. Pero
tampoco es descartable, de manera que todos los ojos estarán puestos en el
coste de las emisiones de la deuda española en las próximas semanas, para
averiguar si los inversores internacionales consideran estabilizada la situación
de nuestro país o si por el contrario el rescate bancario se reputa insuficiente.
Bien es verdad que si recordamos aquella interminable madrugada del 28 de
junio en la que los primeros espadas mediterráneos parecieron acorralar a la
canciller alemana, la lectura de la evidencia actual es impasiblemente diferente.
El rescate se aplica directamente al Estado español. No habrá mercado único
bancario en tanto no se erija una autoridad única, lo que nos remite a bien
entrado el 2013. Aun así no se contempla la mutualizacion del riesgo de los
depositantes en un fondo de garantía europeo, sino solo la instancia de la
supervisión y quizá de la regulación. En todo caso no para todas sino solo para
las entidades sistémicas.
Europa está abocada a cotas de gobernanza inclusivas y comunes. Pero
entretanto la única melodía que se escucha es la de la austeridad.
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