Este documento trata sobre la nutrición y el control del peso. Explica que el peso corporal depende de los huesos, músculos, órganos, líquidos y tejido adiposo. Luego discute sobre la grasa corporal, el tejido adiposo y las causas del sobrepeso y la obesidad como desequilibrio entre ingesta y actividad física, factores genéticos y ambientales. Finalmente, cubre el tratamiento de la obesidad a través de modificación del estilo de vida y control del peso en niños.
1. NUTRICIÓN EN EL CONTROL
DEL PESO
LPN NÉSTOR MUÑIZ ÁVILA
CSR SAN JOSE DE GRACIA ISSEA
JURISDICCION SANITARIA 2 2017
2. INTRODUCCIÓN
El peso corporal es la suma del peso de los huesos, los músculos, los órganos, los líquidos
corporales y el tejido adiposo. Alguno o todos estos componentes sufren variaciones normales que
reflejan el crecimiento, el estado reproductivo, los cambios de actividad física y el proceso de
envejecimiento.
MASA GRASA: grasa procedente de todas las fuentes corporales, como el cerebro, esqueleto y todo
el tejido adiposo.
MASA SIN GRASA: La cual engloba el agua, las proteínas y los minerales.
MASA CORPORAL MAGRA: corresponde al musculo la cual es mayor en los hombres que en las
mujeres.
3. GRASA CORPORAL
La grasa corporal tota es la combinación de las grasas esencial y almacenada, , que suelen
expresarse en forma de porcentaje del pesos corporal total asociado a un estado optimo de salud.
GRASA ESENCIAL: necesaria para el funcionamiento fisiológico normal, se almacena en pequeñas
cantidades en la medula ósea, el corazón, los pulmones, el hígado, el bazo, los riñones, el musculo
y el sistema nervioso.
GRASA ALMACENADA: es la reserva de energía, primordialmente en triglicéridos, en el tejido
adiposo. Se acumula por debajo de la piel y alrededor de los órganos internos, a los que confiere
protección ante los traumatismos. La mayoría de la grasa almacenada es prescindible.
4. COMPOSICIÓN DEL TEJIDO ADIPOSO
El tejido adiposo influye significativamente en la homeostasis global del cuerpo. El tejido adiposos se
encuentra normalmente bajo la piel, en el mesenterio y el epiplón, y detrás del peritoneo.
TEJIDO ADIPOSO BLANDO: almacena energía como deposito de TG, actúa como cojín para
protección de los órganos abdominales y aísla el cuerpo para conservar calor.
TEJIDO ADIPOSO PARDO: es una fuente de energía rápida para los lactantes, se localiza, sobre todo,
en las áreas escapulares y subescapulares, y representa el 5% de su peso corporal. Se encuentra solo
en los lactantes en las personas adultas no se encuentra.
ADIPOCITOS: los adipocitos maduros se componen de una gran gota lipídica central rodeada de un
gran anillo citoplasmico que alberga al núcleo y a las mitocondrias. Estas células almacenan de un 80-
85 % de su volumen como grasa.
5. DESEQUILIBRIO DEL PESO: SOBREPESO Y
OBESIDAD
El sobrepeso se debe al desequilibrio entre la ingesta de alimentos y la actividad física. La obesidad
es un problema complejo vinculado con el estilo de vida, el ambiente y el trasfondo genético. Los
factores genéticos y ambientales realizan diferentes interacciones con los factores psicológicos,
culturales y fisiológicos.
CAUSAS (HERENCIA Y NUTRIGENOMICA): Muchos de los factores neurológicos y hormonales
implicados en la regulación del peso son de tipo genético. Entre ellos figuran las señales a corto y
largo plazo que definen la saciedad y la conducta alimenticia.
Las elecciones nutricionales o del estilo de vida pueden activar o desactivar estos genes inductores
de la obesidad. Por lo tanto es probable que la clave de control de peso a largo plazo resida en la
adaptación de la conducta al trasfondo genético del individuo.
6. ACTIVIDAD FÍSICA INADECUADA: la falta de ejercicio físico y la tendente vida al sedentarismo,
agravados por la sobrealimentación crónica, también originan aumento de peso. La naturaleza
sedentaria de la sociedad contribuye al creciente problema de la obesidad, un limitado numero de
personas realiza actividad física por el contrario de la gran mayoría que son sedentarios y pasan el
tiempo sentados frente a un televisor.
INFLAMACIÓN: El tejido adiposo secreta de manera activa un amplio abanico de citocinas pro- y
antiinflamatorias, que se ven influidas por la presencia de polimorfismos de un solo nucleótido en los
genes que las codifican; estas variaciones están implicadas en la insensibilidad a la insulina, la
hiperlipidemia, la pérdida de proteínas musculares y el estrés oxidativo. Se ha establecido una relación
directa entre la obesidad y las enfermedades inflamatorias, como diversos trastornos cardiovasculares,
algunos tumores malignos y la diabetes de tipo 2.
7. SUEÑO, ESTRÉS Y RITMOS CIRCADIANOS: La falta de sueño trastoca los mecanismos de regulación
endocrina del hambre y el apetito. Las hormonas que modulan el apetito adoptan un papel
predominante y pueden favorecer una ingesta energética excesiva. Por consiguiente, la falta
recurrente de sueño modifica la cantidad, la composición y la distribución de la ingesta de
alimentos, y puede estar implicada en la epidemia actual de obesidad.
GUSTO SACIEDAD Y TAMAÑO DE LAS PORCIONES: La comida y sus sabores inducen respuestas
placenteras. La increíble variedad de alimentos disponibles en cualquier momento a un bajo precio
puede favorecer una ingesta calórica más alta; las personas comen más cuando disponen de una
amplia selección que cuando se les presenta un solo alimento. Normalmente, un alimento se torna
menos placentero conforme se va consumiendo; este fenómeno se denomina saciedad sensorial
específica.
OBESOGENOS: Los obesógenos son compuestos químicos exógenos que alteran el metabolismo
normal de los lípidos y dan lugar, en última instancia, a gordura/sobrepeso manifiesto y obesidad.
Los obesógenos se conocen como «alteradores endocrinos», dado que trastocan la homeostasia
lipídica y el almacenamiento de grasas, modifican los puntos de ajuste metabólico, alteran el
equilibrio energético o perturban la regulación de la saciedad y el apetito para favorecer la
acumulación de grasas y el desarrollo de obesidad.
8. VALORACIÓN: El sobrepeso es un estado en el que el peso supera un valor de referencia basado en
la altura. La obesidad es una alteración caracterizada por la gordura excesiva, tanto generalizada
como localizada. El sobrepeso y la obesidad suelen ir en paralelo, si bien es posible presentar
sobrepeso con arreglo a los valores de referencia sin padecer obesidad. De igual modo, un
individuo puede tener una gordura excesiva sin padecer sobrepeso. Es preciso valorar la gordura
corporal o la adiposidad con el fin de determinar los riesgos para la salud.
RIESGOS PARA LA SALUD Y LA LONGEVIDAD: En general, se considera que la obesidad no es sana
desde el punto de vista metabólico. Las enfermedades crónicas, como las cardiopatías, la diabetes
de tipo 2, la hipertensión, los accidentes cerebrovasculares, las colecistopatías, la infertilidad, la
apnea del sueño, los tumores endocrinos y la artrosis tienden a agudizarse conforme aumenta el
nivel de obesidad.
9. TRATAMIENTO DE LA OBESIDAD EN EL ADULTO
El tratamiento de la obesidad se ha transformado con el paso de los años. En una primera etapa, los
médicos se centraban exclusivamente en el adelgazamiento y poco se sabía acerca del
mantenimiento del peso. Pronto quedó claro que los abordajes de reducción del peso sin tener en
cuenta su mantenimiento eran inadecuados, injustos y, posiblemente, peligrosos para las personas
que trataban de controlarlo.
OBJETIVOS DEL TRATAMIENTO: El objetivo del tratamiento de la obesidad debe ser el control del
peso, con el fin de conseguir el mejor peso posible en el marco de una salud global.
MODIFICACIÓN DEL ESTILO DE VIDA: La modificación de la conducta constituye el pilar
fundamental de la intervención en el estilo de vida. Se centra en la reestructuración del entorno, la
ingesta nutricional y la actividad del paciente a través de la definición de objetivos, el control de los
estímulos, la resolución de problemas, la reestructuración cognitiva, la autovigilancia y la prevención
de la recidiva.
10. CONTROL DEL PESO EN LOS NIÑOS
La obesidad infantil potencia el riesgo de obesidad en la vida adulta. La probabilidad de obesidad en
la edad adulta de un niño con sobrepeso a los 6 años es significativamente mayor cuando su madre
o su padre son obesos.
Los niños con un índice de masa corporal (IMC) igual o mayor que el percentil 85 con
complicaciones de la obesidad o aquellos con un IMC igual o mayor que el percentil 95,
acompañado o no de complicaciones, han de someterse a una valoración detallada de alteraciones
genéticas, endocrinas y psicológicas, así como de complicaciones secundarias, como hipertensión,
dislipidemia, apnea del sueño y problemas ortopédicos.
El tratamiento puede instaurarse tras la finalización de la valoración. El objetivo primario consiste en
la creación de unos hábitos alimenticios y de actividad saludables, pero no en lograr el PCI. En los
niños de 7 años o menores, se persigue el mantenimiento prolongado del peso o la ralentización de
la velocidad de su aumento, lo que hace posible la disminución paulatina del IMC conforme se
incrementa su altura.
11. PERDIDA INVOLUNTARIA DE PESO
La atención que se presta a la obesidad ha eclipsado casi por completo la necesidad de engordar de
algunas personas. El término peso insuficiente se aplica a aquellos que se encuentran entre el 15-
20% por debajo de los valores de referencia de peso aceptados. A menudo, el peso insuficiente es
un síntoma de enfermedad, por lo que requiere una valoración médica. Un IMC bajo (<18,5) se
asocia a un riesgo mayor de mortalidad que el de los individuos con un IMC óptimo (18,5-24,9), en
especial conforme se envejece y en los ancianos.
La nutrición insuficiente puede dar lugar a una deficiencia funcional de la hipófisis, la glándula
tiroidea, las gónadas y las glándulas suprarrenales. Otros factores de riesgo son la pérdida de
energía y la susceptibilidad a las lesiones y las infecciones, así como una imagen corporal
distorsionada y otras alteraciones psicológicas.
12. ETIOLOGÍA: El peso insuficiente y el adelgazamiento involuntario pueden deberse a: 1) una ingesta
oral inadecuada de alimentos sólidos y bebidas en cantidades insuficientes para compensar el gasto
debido a la actividad; 2) una actividad física excesiva, como sucede en el entrenamiento deportivo
compulsivo; 3) una capacidad inadecuada de absorción y metabolismo de los alimentos consumidos;
4) una enfermedad emaciante que incremente la velocidad metabólica y las necesidades energéticas,
como el cáncer, el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida) o el hipertiroidismo, o 5) un
exceso de gasto energético durante períodos de estrés psicológico o emocional.
VALORACIÓN: Es preciso efectuar una valoración de la etiología y el alcance del peso insuficiente
antes de poner en marcha un programa terapéutico. La anamnesis completa y las pruebas médicas
relevantes suelen definir si existen trastornos subyacentes responsables del peso insuficiente. A partir
de datos antropométricos, como las áreas de músculo y grasa del brazo, se puede determinar si se
trata de un peso insuficiente que pone en peligro la salud. La valoración de la cantidad de grasa del
cuerpo resulta de utilidad, en especial en individuos con trastornos alimentarios.
13. TRATAMIENTO: Es preciso conceder la prioridad a cualquier causa subyacente de adelgazamiento
no intencionado o IMC bajo. Una enfermedad emaciante o la hipoabsorción precisan tratamiento.
El apoyo nutricional y las modificaciones de la dieta son efectivos junto con el tratamiento del
trastorno de base. Si la causa del peso insuficiente fuera la ingesta oral inadecuada de alimentos
sólidos y líquidos, se modificará la actividad y se iniciará un plan de asesoramiento psicológico si
fuera necesario.
POTENCIADORES DEL APETITO: La FDA ha autorizado la comercialización de compuestos
orexigénicos entre los que figuran corticoesteroides, ciproheptadina, loxiglumida (antagonista de
colecistocinina), acetato de megestrol, mirtazapina, dronabinol, oxoglutarato, anabolizantes
(testosterona), oxandrina y somatostatina.
DIETAS DE ALTO CONTENIDO ENERGÉTICO: La anamnesis detallada puede poner de manifiesto la
existencia de alteraciones de los hábitos dietéticos y la ingesta nutricional. Las comidas deben
planificarse y consumirse con tranquilidad en lugar de improvisarse o ingerirse rápidamente. A
menudo, es preciso animar a las personas con peso insuficiente a comer, incluso cuando no sientan
hambre.