Este documento discute la posibilidad de una educación libre, democrática, social y de calidad en Colombia. Argumenta que es posible si el gobierno, las familias y las escuelas trabajan juntos para formar a los individuos de manera integral. También señala que los gobiernos opresores no duran para siempre y que Colombia tiene el potencial de cambiar hacia un sistema educativo más liberador debido a su riqueza y apertura al mundo.