Este trabajo de Historia reciente, dividido en tres partes para su mejor utilización, describe los grandes temas de aquel grupo de católicos reunidos en 1989 para celebrar el XIV centenario de la formación de la Unidad Católica en España en el año 589, por la cual la población y la monarquía confesaban a Cristo como Señor, le daban el culto debido, existía una 'universitas christiana' peninsular, y públicamente había una sola manifestación de fe religiosa verdadera. Dicha conmemoración ha originado 25 años de Jornadas para realizar las aplicaciones de la secular tradición española a las circunstancias del presente. Estas páginas interesan a la Historia de la Iglesia, a la Historia de España contemporánea y al periodismo.
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25 años 1ª Parte Jornadas
1. Historia reciente de la defensa de la Unidad Católica de
España. XXV Jornadas… José Fermín Garralda. 2015
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HISTORIA RECIENTE DE LA UNIDAD
CATÓLICA: UN GRAN BIEN A
CONSERVAR EN ESPAÑA.
XXV Jornadas de “Seglares Españoles
por la Unidad Católica”
José Fermín Garralda Arizcun
Doctor en Historia
Parte: 1ª de 3
Colección: “Bemba” nº 2
Pamplona
2015
2. Historia reciente de la Unidad Católica: un gran bien a conservar en España. XXV Jornadas… José Fermín Garralda. 2015
2
Amanecer en Toledo desde el hotel Beatriz el día del juramento de la Unidad Católica.
Toledo 1989, Foto: JFG 1989
José Fermín Garralda Arizcun. Doctor en Historia
Año 2015
“Historia reciente de la Unidad Católica: un gran bien a conservar en España. XXV Jornadas de
‘Seglares Españoles por la Unidad Católica’ ”. Contiene 3 Partes: Parte 1ª: 78 pp., Parte 2ª: 85 pp
y Parte 3ª: 52 pp.
C/ Arrieta nº 2
31002 Pamplona – Navarra - España
rargonz@gmail.com
historiadenavarraacuba.blogspot.com
Colección: “Bemba” nº 2 (Partes 1ª de 3)
* Queda prohibida la reproducción total o parcial, texto o imágenes, de este trabajo sin
permiso del autor. Está protegido. Puede ser citado mencionando autor, título, año, formato de
edición y localización en la red.
3. Historia reciente de la Unidad Católica: un gran bien a conservar en España. XXV Jornadas… José Fermín Garralda. 2015
3
Historia reciente de la Unidad Católica: un gran
bien a conservar en España.
XXV Jornadas de “Seglares Españoles por la Unidad
Católica”
José Fermín Garralda Arizcun,
dr. en Historia
De la conferencia en Zaragoza
del 27 de abril de 2014
ÍNDICE: PARTE 1ª: 1. Introducción 2. Objeto y temas generales de estudio 3.
Significado de los temas 4. Primer cuadro. Origen, pérdida y recuperación, e impulso
evangelizador de España. Un pasado histórico que configura 5. Segundo cuadro. Raíz y objeto de
las 25 Jornadas de la Unidad Católica 6. Tercer cuadro. El porvenir trabajado, lo vivido estos 25
años y lo que se espera en el fututo. PARTE 2ª: 7. Enfoque y conclusiones sobre los principales
temas de las XXV Jornadas 8. Otras conclusiones de las XXV Jornadas 9. Colofón. PARTE 3ª:
Apéndices: Temas, conclusiones y relación de conferencias.
P A R T E 1ª
1. Introducción
DEDICAMOS estas páginas a Hispanoamérica, a los que hicieron
posible la herencia recibida y que ha llegado, consciente o inconscientemente, a
los actuales católicos españoles, y particularmente a la memoria de los
congresistas que, llegados desde muchos lugares de España, celebraron las XXV
Jornadas de la Unidad Católica de España en Zaragoza el pasado año 2014.
Quien dice España o las Españas dice la Hispanidad –aunque esté
afectada por el problema de las sectas- que en sus ámbitos más esenciales son
una mutua representación o reflejo a ambos lados de la Mar Océana.
1.1. Estas páginas de historia –no exenta de afecto hacia sus
protagonistas y con la aportación de un testimonio personal- desean ser el eco de
4. Historia reciente de la Unidad Católica: un gran bien a conservar en España. XXV Jornadas… José Fermín Garralda. 2015
4
las Jornadas celebradas en Zaragoza durante los 25 últimos años –salvo las dos
primeras de 1989 y 1991-, el eco de todo lo santo y bueno transmitido por los
padres de los jornadistas, cribado siempre en la atenta observación de la realidad
con esfuerzo personal y en vida cotidiana. En efecto, la Unidad Católica no es un
“deber ser” fosilizado e impuesto al presente de forma voluntarista –ideológica y
caprichosa-, sino que se ha encontrado de hecho en la realidad, felizmente
coincidente con el “deber ser”; la cuestión es si ésta realidad que permite y aún
exige la Unidad Católica se mantiene vigente. La respuesta de los jornadistas es
que sí, aunque sea de forma algo diferente a las épocas pasadas, debido a la
tendencia descristianizadora del ciudadano medio y, sobre todo, a las influencias
y presiones laicistas de fuera de España. Los perfiles de dicho “sí” surgirán
paulatinamente en estas páginas.
Dos motivos condicionan la lectura de este trabajo. El primero, las
limitaciones subjetivas del lector ante el gran tema principal o central de las XXV
Jornadas, hasta el punto de que el lector podría estar tentado a abandonar su
lectura por no compartir el espíritu de los jornadistas, que continúa el mantenido
por la tradición española, sin apriorismos pero sí como ejemplo y estímulo. Ahora
bien, quien desee acercarse con objetividad a una posición originaria y hoy día
original, sobre el tratamiento del tema religioso en el ámbito socio político, es
seguro que encontrará en estas páginas respuestas a sus muchas preguntas.
El segundo condicionante es que, tratándose del ámbito socio político,
el lector pudiera desear en estas páginas el desarrollo de una temática más
variada y no tan polarizada en la cuestión religiosa y en un liberalismo que ya
tiene doscientos años de vida. Pues bien, el tema de la Unidad Católica -por otra
parte variado en sus abundantes perfiles y concreciones- es tal que en él
coinciden diferentes tendencias sociopolíticas. Dichas tendencia abarcan a
personas de tendencia íntegra y centradas casi exclusivamente en el tema
religioso y moral, a otros independientes, a los carlistas o tradicionalistas metidos
naturalmente en política cuyo primer lema es Dios, a personas vinculadas hoy al
partido político AES, a algunos falangistas que sitúan la religión y el Magisterio
de la Iglesia como centro de su vida política, etc. Como la religión incide en los
temas morales y en la Patria, éste no se trata sólo el tema exclusivamente
religioso. Por su parte, será cada sector representado implícitamente en las
Jornadas el que desarrollará otros muchos aspectos de la vida sociopolítica para
que el lector pueda apreciar la naturaleza de las Jornadas y la riqueza y
diversidad en las respuestas.
Este trabajo es parte de la historia de un variado sector social de
católicos que no claudica ante el liberalismo oficial imperante, que ha originado
una sociedad de prácticas liberales donde está “prohibido prohibir”. Los
jornadistas han considerado que la Unidad Católica mantenida con gozo como
reivindicación durante estos 25 años es exigida por tres aspectos: el culto y
fidelidad objetivos a Dios, dicho culto en España, y realizado a la española. Esta
herencia basada en lo real y no en ideologías, tiene una proyección en sí misma, y
recobrarla es necesaria si se quiere remediar los actuales males de España. No en
vano dicha Unidad es exigida por la naturaleza social del hombre y por la
configuración interna de España y los españoles.
Hoy, aunque de forma soterrada e imperceptible, se mantiene el
conflicto entre la civilización católica, la protestante (que aparentemente ha
triunfado sobre la primera) y la musulmana en excitada y peligrosísima
expansión para unos y otros cristianos. Dicha civilización protestante ha
triunfado en los ámbitos civil y político, generando el actual agnosticismo y
5. Historia reciente de la Unidad Católica: un gran bien a conservar en España. XXV Jornadas… José Fermín Garralda. 2015
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relativismo religioso y hasta cultural, proyectado como anticlericalismo neo
marxista que invade algunos países de la América española y la misma España.
Este anticlericalismo o antidivinismo ha optado por esconderse hipócritamente
en causas buenas, bajo los nobles ropajes de la civilización y el progreso, de
indigenismo y defensa del pobre, de liberación cultural y de ayuda a la mujer…
aunque distorsionando todo ello y olvidando otros muchos temas, y sin la entrega
generosa de vidas en socorro de los más débiles.
No se trata de buscar lugares de encontronazo entre las cuatro
civilizaciones generadas –católica, protestantes, musulmana y agnóstica- o bien
entre las dos fundamentales –católica y anticatólica-, sino que los roces y aún
choques son una consecuencia inevitable, por mucho que deseen llevarse bien y
sin sincretismos, quienes creen en Dios frente al ateísmo militante generado
desde los Gobiernos y Leyes agnósticas. Ocurre que éste encuentro no puede ser
en menoscabo de la verdad íntegra (no integrista) y fundamental (no
fundamentalista) católica tanto en cuanto tal como en sus aplicaciones sociales y
políticas. La doctrina de siempre de la Iglesia, que es una madre sabia, tiene en
cuenta ciertas realidades de hecho en la historia para no transformar la aplicación
de los principios en ideología cerrada, y lo hace, cuando se hace necesario y no
como principio, con la aplicación –por otra parte tradicional- del concepto de
tolerancia o permisión negativa del mal.
Lo importante, desde la oposición en la que se encuentran los
jornadistas de estas XXV Jornadas, es afirmar bien los principios, exigir a los que
gobiernan las aplicaciones, y no dejarse engañar por ciertas concreciones en
sentido liberal, que se escudan en la tolerancia para eliminar una práctica
concreta en España, pero ocultando en realidad su verdadera fuente, que son
los principios liberales, insostenibles para un católico.
* * *
1.2. En su reunión de 2014, los jornadistas seglares o laicos felicitaron
con gozo a quienes habían acudido a alguna o a todas las XXV convocatorias
organizadas por los seglares católicos desde 1989. Felicitaron a quienes acudieron
por vez primera a la viña, pues el Señor paga a los primeros igual que a los
últimos. Cada cual es quien tiene que dar gracias a Él por trabajar en Su viña,
proyección laboral de Su casa, confortable y querida siempre para los siervos… y
cuánto más para los hijos.
Cada una de estas XXV Jornadas puede considerarse como una llama
de luz del fuego ardiente y suave que Él ha venido a traer a la tierra –así titulaba
mi primer artículo en “Siempre P’alante”-, concretamente en cada vida, en cada
familia y parroquia, en los afanes y todas las buenas posibilidades que se ofrecen.
Saben mucho del calor de la Fe los miembros de la agrupación Gerona
Inmortal que, con su revista “Empenta”, son constantes en las Jornadas de
Zaragoza. Sobre todo también saben mucho las fidelísimas Misioneras de las
Doctrinas Rurales dedicadas al apostolado consagrado, fundadas por María
Isabel González del Valle en enero de 1921.
Han transcurrido 25 años desde aquel 1989, en los que cada asistente a
las Jornadas ha crecido en edad e interiormente, y también sus familias (1).
Los jornadistas sobre todo consideran que su capacidad para sostener
la doctrina perenne de la Iglesia católica es una gracia de Dios, que mantienen
con los ojos de la fe y la práctica tradicional aplicada en España y a la española.
Recuerdan que, en el diálogo entre Jesús y Pilato, Aquel responde: “Tú lo dices:
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yo soy rey. Yo para esto nací y para eso vine al mundo: para testificar la
verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz” (Jn. 18, 37). Siempre han
querido amar a Jesús –con su dulce y Sagrado Corazón- en sus personas, en sus
familias y en su entorno de pertenencia, pero también –es el cuarto mandamiento
de la Ley de Dios- en su Patria que es España, con el corazón en calor de caridad.
Lejos de cualquier idealismo filosófico de una Centroeuropa llena de
problemas y heterodoxia en el ámbito de un pensamiento y una Fe en crisis, y con
sus formas de vida paganizadas que denotan un total declive casi general –
salvemos con gozo a Polonia y Hungría-, los jornadistas consideran que el ser de
España como Patria es a modo de un gran río y continuidad de familias y pueblos
al que se refería Vázquez de Mella. Son cristalinas las aguas que forman esa Patria
tan bella y variada que es España, que se presenta siempre a su enamorado con el
esplendor de una casta novia.
Los seglares de las Jornadas son púgiles que se reafirman, no ceden a
la decadencia, ni permiten prescripciones en la aplicación de los principios en la
España real –a veces oculta en mil apariencias paganas- mientras ellos vivan.
“Para que no prescriba” la aplicación inmediata del reinado social de Jesucristo
en España, es su principal lema (“Siempre P’alante”, SP’ nº 584).
Así mismo, perseveran en el ámbito religioso en estos tiempos de
apostasía: “ ‘¡A ése no! ¡(suelta) A Barrabás!’ Y Barrabás era ladrón!” (Jn. 18,
39). ¿Por qué las élites culturales y políticas, y las masas que éstas guiaron,
eligieron en el ámbito socio-político de España, extendido después al ámbito
familiar e individual, a Barrabás, en vez de a N. S. Jesucristo, el dulce y blanco
Cordero?
Con esta pregunta no se mezcla arbitrariamente política y religión, ni
se enfeuda a la Iglesia en cuestiones temporales, afirmaciones ambas habituales
en los españoles afectados de liberalismo. En efecto, hubo españoles que antaño
y hogaño enfeudaron la religión a la política liberal conservadora, quizás para
excusar sus nuevos giros ideológicos, sus propias deficiencias, e incluso para
imponer como presunto dogma la llamada “democracia cristiana”, que–es lógico-
al fin ha llegado a suprimir el término de “cristiana”. Al final de este proceso, y en
un ámbito temporal vinculado al eterno, el reino de Cristo, que no es como los de
este mundo, ha sido sustituido por el reino del hombre abandonado de Dios, el
imperio de la injusticia, la corrupción y el crimen; no en vano el Diablo es
“mentiroso y asesino” desde el comienzo. Pues bien; los jornadistas creen que en
el trasfondo de la política de la llamada modernidad hay muchos problemas y
errores teológicos, como bien explicaron Donoso Cortés –detrás de un error
político se esconde siempre un error teológico-, Jaime Balmes, Vicente de la Hoz
y un largo etcétera hasta nuestros días.
* * *
1.3. La situación general de nuestra sociedad nos mueve a la
piedad. Vinculada con la apostasía religiosa de nuestro tiempo, la política actual
se ha convertido en demagogia, hasta el punto de que el hombre de bien pero
dubitativo se pregunta por extremos ayer insospechados, por ejemplo si debiera
tolerar o cerrar los ojos ante el crimen, mientras otros –no pocos políticos,
funcionarios, gentes de pedigrí o otros de baja educación- amasan bienes que no
son suyos guardados en su cueva de ladrones. Hay demasiados casos en la prensa
diaria convencional que muestran el imperio del robo. El contraste es tremendo
7. Historia reciente de la Unidad Católica: un gran bien a conservar en España. XXV Jornadas… José Fermín Garralda. 2015
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en nuestra sociedad demagógica: unos afinan ingenua y torpemente tanto
mientras otros son tan toscos y broncos como las peores pasiones.
¡Cómo contrastan con ellos los seglares que optan con firmeza por
Cristo en todos los ámbitos de la vida! Quizás hoy tengan la Gracia de sufrir con
Él ya como cirineos ya como crucificados, en el camino angosto del Calvario. Y de
ahí algún día partirán, de nuevo por la Gracia, a la resurrección gloriosa. Muchos
de los que vivieron en las 25 Jornadas ya han partido hacia la Casa del Padre y en
cada una de las Jornadas se cubre piadosamente su nombre con oraciones.
Elevamos el tono de este comentario al recordar lo que está escrito:
“Mi Reino no es de este mundo (…) Mi reino no es de aquí” (Jn. 18, 36). Así dijo
el Señor, cuyo Reino también está aquí aunque no sea como los de este mundo. El
Señor es del todo necesario en todas las realidades temporales, y decir otra cosa
sería negar Su Encarnación. Juan Pablo II recordaba que “Dios nos ha enviado a
su Hijo para decirnos que sin Cristo caminamos hacia la autodestrucción” (25-
XII-1989). ¿Por qué, pues, no se Le ha creído en España?
Así, mientras transcurrían las XXV Jornadas anuales de la Unidad
Católica, se ha palpado la paulatina autodestrucción de un pueblo como es el
español. Sus hermanos de Hispanoamérica son algo más fieles. La denuncia de
esto realizada por las Jornadas no ha sido en balde pues a algunos –al menos a
los propios- habrá salvado. Una autodestrucción semejante sólo ha podido ser
fruto de haber expulsado a Cristo y la verdad católica de las instituciones políticas
y sociales. Estas han quedado configuradas sin Dios debido al ateísmo práctico y
a la exclusión de la verdad católica en la Ley fundamental del Estado, así como en
la suprema potestas o Gobierno y la Corona. De estas alturas sociopolíticas el mal
se ha trasladado por ósmosis y por igualar el bien y el mal, la virtud y el vicio, la
verdad y el error a la sociedad organizada, a las familias y hasta la persona.
¿Quiere el lector que hablemos de la moderna esclavitud y los modernos esclavos,
entre los que pueden encontrarse –aún sin parecerlo- personas harto conocidas?
El actual rechazo a Dios también está provocado y dirigido por ciertas
oligarquías –agentes principales o bien cooperadores activos y pasivos-, que
crean un ambiente que arrastra, en última instancia un ambiente dirigido por el
príncipe de este mundo. Por el contrario, los seglares de las XXV Jornadas son,
como el resto de sus conciudadanos, los herederos de una situación concreta en la
historia, de esa comunidad de familias y pueblos que fue la España resurgida
desde mediados del siglo XX, que todavía participa en lo esencial de lo que ésta
fue durante siglos desde el IIIer Concilio de Toledo (589) con la conversión
pública del rey Recaredo, con la reina y toda su corte. Si durante siglos las
instituciones políticas se amoldaron a la fe católica del pueblo, y así se
mantuvieron unidas coincidiendo la verdad y la sociología, no ha sido así en parte
de los siglos XIX y XX, y en el confuso alborear del s. XXI.
* * *
1.4. Un ambiente para la conmemoración y los pasos
seguidos por los jornadistas. Las XXV Jornadas no nacieron de la nada, pues
surgieron de un ambiente seglar y de la iniciativa de una Junta previa, creada
expresamente para conmemorar el XIV centenario de la Unidad Católica.
Digamos que nacieron en unos momentos de dramática renuncia general al
reinado social de Jesucristo, llevada a cabo por las élites políticas dominantes y
por la jerarquía católica en España tras 1976-1978, cuya dejación ha configurado
decisivamente –no al revés- el presente del pueblo español. Afirmar esto no
8. Historia reciente de la Unidad Católica: un gran bien a conservar en España. XXV Jornadas… José Fermín Garralda. 2015
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supone vincularse en régimen político alguno, incluido el de Francisco Franco
como Jefe de Estado. Hagamos a continuación una historia detallada de los
comienzos de las XXV Jornadas.
En 1984 existía una primera Junta de seglares para conmemorar el
XIV centenario la Unidad Católica mantenida en España desde el año 589. Se
llamó “Primera Junta Nacional ‘España católica’ o del centenario del III Concilio
de Toledo”. Se constituyó en Madrid el jueves 28 de junio de 1984. La presidía
don Jaime Montero y tenía el apoyo de la revista “Iglesia-Mundo”. A diferencia de
otras iniciativas como la del cardenal arzobispo de Toledo y la revista “Iglesia -
Mundo”, que por su cargo eclesial y naturaleza intelectual respectivamente se
quedaban en la conmemoración misma, dichos seglares pasaron al ámbito
práctico para mantener la actualidad de la Unidad Católica en la España de hoy.
La pregunta no es qué fue la Unidad Católica, sino el compromiso para con ella
hoy día, conforme a una situación de tesis social católica que permite la
realización de la tesis o el principio doctrinal y vital de la realeza social de Ntro.
Sr. Jesucristo. Pretendía:
“(…) la promoción y desenvolvimiento de actividades de
carácter religioso y cultural acerca de la importancia y transcendencia
universal de la UNIDAD ESPAÑOLA EN LA VERDAD DE LA FE
CATÓLICA, que dio a nuestra Patria su ser propio de Nación histórica
para el cumplimiento de su misión, como tal, conforme a los designios
de Dios”.
La idea central debería de ser:
“(…) la UNIDAD ESPAÑOLA EN LA VERDAD DE LA FE
CATÓLICA. La fe católica, determinante del “SER” de nuestra Nación.
Propio e histórico. Si fuere de la Monarquía Española, tendría que
remontarse a la visigoda antes de Leovigildo y Recaredo”.
Esta Junta no fue la única que actuó. Aquí, en España, las cosas se
activan desde las individualidades que, al final, llegan más o menos a un acuerdo.
Quizás en la aparente debilidad está la fuerza.
Por ejemplo, antes de la fecha conmemorativa de 1989, el quincenal
católico navarro “Siempre P’alante” se hizo eco de la Unidad Católica. Lo
hizo tanto en una conmemoración de horizonte inmediato, como recuerda de su
carácter práctico en la España del momento. Dicho quincenal planteó ambas
dimensiones en la pluma de Manuel de Santa Cruz.
Además de la mencionada Junta de seglares de ámbito nacional y del
citado quincenal navarro, por otro lado existían varias Uniones Seglares
Españolas y la Asociación Sacerdotal Española. Estas últimas tenían una
indudable y satisfactoria relación.
Es importante no confundir dicha primera Junta con las Uniones
Seglares, aunque estaban relacionadas en ese humus creado por quienes
mantenían los principios y prácticas de siempre en la Iglesia y sociedad española.
Dicho humus no era más que la relación buscada o inconsciente de las
individualidades surgidas en función de las grandes Causas.
Las Uniones Seglares venían de años atrás, mientras que la Junta fue
creada ocasionalmente en 1984 para preparar con tiempo la celebración de 1989.
La fundación de dichas Uniones Seglares en medio de la crisis de la Iglesia en
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España, fue por vía de la Hermandad Sacerdotal Española. Estaban
formadas por la Unión Seglar San Antonio Claret de Barcelona dirigida por el P.
Alba Cereceda S.J., quien, de alguna manera y con su prestigio personal y
sacerdotal, estimuló la fundación de la Unión Seglar Nuestra Señora de los
Desamparados de Valencia, la Unión Seglar de San Francisco Javier de Pamplona
por vía del que siempre fue firme, piadoso y trabajador infatigable -y además
carlista- don Rafael Santesteban Martínez (1976-1977), y las Uniones Seglares de
Madrid y Sevilla (Juan Lara). Hubo enlaces seglares en Castellón, Palma de
Mallorca, Murcia…
En 1986 las Uniones Seglares de España se reunieron junto al
castillo de Javier (Navarra) en su octavo encuentro. Fue la última vez que lo
hicieron. Aunque se convocaban cada dos años, no se reunieron en 1988, lo que
llamó la atención al fundador P. José María Alba Cereceda S.J.
Levantar la bandera de la “Unidad Católica de España”, fue el impulso
y la gran afirmación de la conferencia de Fernando Arquero de la U.S. de Ntra.
Sra. de la Almudena de Madrid, pronunciada en el mencionado VIII Encuentro
Nacional de Uniones Seglares de católicos de España celebrado junto al
castillo de Javier (Navarra) en 1986 (2). De esta manera, la conmemoración de la
Unidad Católica en Toledo del año 1989 no llegó de repente. En adelante las
Uniones Seglares no organizaron nada público en relación con la Unidad
Católica.
Con la primera Junta para la Unidad Católica creada en 1984 y desde
otras fuentes, en España se fue creando un ambiente para conmemorar la Unidad
Católica. Este ambiente no tenía el respaldo de la Conferencia Episcopal -no se
encontraba en su línea de seguimiento en materia social y política- ni de obispo
alguno, y respondía al nacimiento de muchas iniciativas particulares en el ámbito
social y eclesial, en la gran crisis por la que atravesaba España. La España católica
y tradicional quería estar presente con pleno derecho en las circunstancias que la
vida le había deparado, de modo que la primera Junta mantenía como tesis la
España cristiana desde la conversión de Recaredo en el IIIer Concilio de Toledo
aquel 589 hasta 1989.
Díptico con el programa de la Convivencia de 1986. El programa está en el interior. Según él, la Santa Misa de clausura del
Domingo día 21 la celebra mons. Francisco Peralta, antiguo Obispo de Vitoria. También se conserva la circular de agosto
que acompañaba al programa. Archivo particular JFG
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El activo jornadista don Carlos González (Guipúzcoa) nos informa que
en Alacuás (Valencia) tuvo lugar una de las diferentes reuniones preparatorias de
la conmemoración del año 589- 1989 y de las que no se levantó acta. En ella
estuvieron representantes de todas las Uniones Seglares; fue organizada por la
U.S. de Valencia, que tenía un consiliario muy activo y a su vez era miembro de la
Hermandad Sacerdotal Española. No recuerda el año, pero sí que él asistió junto
con el presidente de la Unión Seglar de Guipúzcoa, Joaquín Ortiz de Zárate y con
Ramiro Cebrián. Los de Pamplona -tal vez entre ellos estuviese Carlos Etayo-
fueron presididos por el joven consiliario D. José Ignacio Dallo, que a pesar del
carácter algo utópico de su empuje y proyectos iniciales –dice nuestro
informante-, todos los hemos visto hechos realidad. Es posible que en Alacuás el
P. Dallo conociera el ilustre benefactor valenciano don Vicente Febrer Roig, que
le apoyó con medio millón de pesetas –cantidad ¡de entonces!- para iniciar la
publicación “Siempre P’alante” en 1982, que sucedió al diario “El Pensamiento
Navarro” en los aspectos religiosos y de Fe católica hecha cultura.
“Siempre P’alante”, 1 de febrero de 2002. El P. Alba falleció el 11-I-2002. De
izquierda a derecha don José Ignacio Dallo, el P. Alba S.J. y don Rafael
Santesteban Martínez. Vid. SP’ nº 447 (1-II-2002).
A este ambiente colaboró indirectamente una realidad que
sobrepasaba las fronteras de España. Se trataba de los católicos franceses
agrupados en revistas como Itinéraires, Lecture et Tradition, La Lettre de (la
Charte de) Fontevrault entre otras, que celebraron el “Anti-89”. Es decir; el XIV
Centenario de la conmemoración del IIIer Concilio de Toledo coincidía con la
aparición en Francia de una iniciativa social y eclesial llamada el “Anti-89” –se
refería a la Revolución Francesa de 1789-, a cuya manifestación acudieron no
pocos españoles, algunos de los cuales, como el marino e investigador Carlos
Etayo Elizondo, estuvieron siempre de lleno en las Jornadas de la Unidad
Católica. Aún recuerdo vivamente cuando Etayo preparó aquel viaje a Francia con
otros españoles, del que regresó entusiasmado.
11. Historia reciente de la Unidad Católica: un gran bien a conservar en España. XXV Jornadas… José Fermín Garralda. 2015
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Pasaron los años desde 1989, y ahora se asiste en Francia a convocatorias como la
Peregrinación de Nuestra Señora de la Cristiandad, desde Notre-Dame de París a Notre-
Dame de Chartres. Año 2005. Foto:Hispanismo.org
* * *
1.5. Juntas y Uniones Seglares por un lado, y sectores
políticos. Antes de seguir adelante, hagamos un inciso para mencionar los
sectores políticos tradicionales en relación con las Jornadas de 1989. En 1986
los diversos sectores tradicionalistas-carlistas se unieron en el Congreso de El
Escorial en una única organización política. Tales sectores habían sobrevivido a la
borrasca. La persecución política que los carlistas habían sufrido desde diversos
frentes había sido fortísima, siendo enorme su quebranto organizativo y humano,
pero fue en la unión de todos lo que les hará sobreponerse, pervivir y
desarrollarse hasta lo que en 1986 creían impensable. Y siguen trabajando en la
actualidad. Así pues –decimos-, en 1986 se recreó o reconstituyó la Comunión
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Tradicionalista Carlista (CTC), aunando la Comunión Tradicionalista (Domingo
Fal Conde), Unión Carlista (Juan Casañas Balcells) y Comunión Católica
Monárquica (Elías de Tejada). La Regencia fundada en 1958 por el marqués de
Vallbona, el teniente general Don Alejandro Utrilla y Don Bruno Lezáun -párroco
de Abárzuza- era una realidad política diferente a dicha nueva organización, al
igual que la Regencia de Don Javier de Borbón y Parma, aunque ordenó y
ordenará apoyarla como única organización carlista.
Desde su primer momento, la CTC difundió con esmero la
confesionalidad y unidad católica, y cuando llegó el centenario del IIIer Concilio
de Toledo, hizo referencia a él en su propaganda y difusión, como también lo hizo
don Carlos VII en 1889. Aunque la CTC no se sumó a las primeras Jornadas de
1989 para conmemorar el XIV centenario del IIIer Concilio de Toledo, fue por ser
un sector político que nunca deseó fagocitar ninguna iniciativa social y religiosa.
Sin embargo es llamativa la presencia de no pocos carlistas en dichas primeras
Jornadas. Nos referimos a Francisco Bartomeu y a José María Alsina por
Cataluña, a Rafael Gambra y Miguel Ayuso por Madrid, a Salvador Ferrando
Cabedo y Vicente Febrer Forés por Valencia, a Carlos Etayo por Navarra y un
largo etc. pertenecían a la CTC. Otros carlistas no estaban formalmente en la CTC
debido a sus compromisos profesionales como Manuel de Santa Cruz. Dicha
presencia de carlistas a título individual en las primeras Jornadas de Toledo-89
se continuó con posterioridad, por ejemplo los hijos de Rafael Gambra, Carlos
Etayo, Vicente Febrer, quien esto escribe y otros posteriores. Otra cuestión –lo
reseñamos aquí- es que algunos dejasen luego la CTC, aunque siguieron siendo
carlistas de prestigio, reconocidos y queridos por todos.
Una revista francesa que ensalza la resistencia
católica a la Revolución en Vendée.
Se preparaba el bicentenario de la Revolución en Francia.
Lo mismo ocurrió con no pocos miembros o simpatizantes de Fuerza
Nueva, heredero de franquismo sociológico. Dicho partido político en cuanto tal
13. Historia reciente de la Unidad Católica: un gran bien a conservar en España. XXV Jornadas… José Fermín Garralda. 2015
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no se sumó a las Jornadas, pero sí no pocos de sus simpatizantes –de este tema
puedo aportar mucho menos-, que estuvieron presentes desde el primer
momento y con posterioridad. Con el tiempo, varias personas muy válidas de este
ámbito han ocupado cargos de responsabilidad en las Jornadas de la Unidad
Católica. Pertenecen a esta tendencia sociológica los miembros del Movimiento
Católico Español, cuyos representantes siempre han estado en las Jornadas.
Tampoco es difícil identificar a otras muchas personas políticamente
independientes o sin compromiso concreto, pero defensoras en todo momento de
la Unidad Católica de España. Quizás su menor actividad personal ha hecho que
pasasen más desapercibidas. Citemos –por ejemplo- a Julián Gil de Sagredo
(Madrid), a José Luis Aguirre Manglano (Valencia), a Gumersindo Arroyo-
Quiñones (Línea de la Concepción) y otros muchos que, en representación propia
o de diferentes asociaciones y publicaciones, pasaron por la tribuna de oradores o
se encontraban entre los asistentes.
* * *
1.6 Convocantes, organizadores y participantes de las
Jornadas de 1989. En 1989 falleció Jaime Montero. Le sustituyó como
presidente don Julián Gil de Sagredo Arribas, siendo secretario de la segunda
Junta creada Fernando Arquero Caballero. Los vocales de la Junta eran por
entonces don Alberto Ruiz de Galarreta, don Rafael Gambra Ciudad, don Alberto
Gutiérrez López, don Gabriel Alférez Callejón, don Miguel Ayuso Torres, Mari De
Pablos, Antonio Martínez Cattaneo y Florencio Valenciano. Los componentes de
esta Junta para el XIV Centenario de la Unidad Católica –así se llamaba- eran
intelectuales -varios de ellos carlistas- y quizás por su carácter más intelectual
carecían del empuje práctico para convocar y realizar las que serán Jornadas de
Toledo de 1989. En esta Junta, como en las anteriores hasta 1984, el factótum era
don Alberto Ruiz de Galarreta. La Junta realizó varias conferencias, pero de por sí
sola carecía de fuerza para convocar dichas Jornadas de 1989. Por sí solos, no las
hubieran organizado por falta de práctica organizativa.
Quien merece todo el reconocimiento en la ejecución de los proyectos
de la Junta Nacional para la Unidad Católica, esto es, en la preparación de las
Jornadas de Toledo de 1989, fue el P. José María Alba Cereceda quien desde
Barcelona movió a las Uniones Seglares de Barcelona, Madrid, Pamplona y
Valencia, y a otras asociaciones católicas afines (englobadas todas en “Seglares
católicos españoles”).
Se acercaba la fecha de la conmemoración. Estamos en 1988. Ante la
falta de empuje práctico de quienes deseaban conmemorar el XIV Centenario del
IIIer Concilio de Toledo, el P. Alba dijo: “O lo hacemos nosotros o nadie lo hace”.
Él escribió a unos y otros para que se celebrasen las Jornadas, siguiendo la
intención de la Junta compuesta por Montero, Ruiz de Galarreta etc. Él movió los
hilos allá donde llegaba su influencia. Puso en escena o en acto lo que habían
trabajado y preparado otros, sobre todo Ruiz de Galarreta.
Periodísticamente, apoyaron la celebración Manuel de Santa Cruz en
“Siempre P’alante” y Miguel Ayuso en “Iglesia-Mundo”. Será Fernando Arquero
(no el dr. Felipe Fernández Arqueo, que es otra persona) que vivía en Madrid,
quien estando en contacto con el P. Alba, organice las Primeras Jornadas y
conmemoración en Toledo en el año de Gracia de 1989, llevando a cabo todas las
gestiones con el Hotel Beatriz de la ciudad del Tajo, que acogió a los jornadistas
con un gran éxito. De Barcelona se organizó un autobús. Ruiz de Galarreta no
14. Historia reciente de la Unidad Católica: un gran bien a conservar en España. XXV Jornadas… José Fermín Garralda. 2015
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pudo estar en estas primeras Jornadas por haber sido intervenido médicamente.
Al finalizar las Jornadas, y con el entusiasmo de la conmemoración, Fernando
Arquero, que residía en Madrid, exclamó: “Y el año que viene al Cerro de los
Ángeles”.
En las primeras Jornadas de la Unidad Católica de 1989 hubo tres
grados de participación: convocantes, organizadores y participantes. Aunque la
organización la realizaron las Uniones Seglares movidas por el P. Alba, sin
embargo estas sólo eran copartícipes de la convocatoria realizada por la Junta
creada en 1984 y renovada en 1989. Entre los participantes estaban las personas
que componían el entusiasta cuerpo social de las Uniones Seglares, aunque
también se sumaron otras personas que no pertenecían a ellas. El P. Alba tuvo
una importancia capital en la organización y el éxito de 1989.
En adelante hasta la actualidad, la convocatoria de las Jornadas fue
a cargo de la Junta originada en 1984 y las que le sucedieron, independientes
todas ellas de las Uniones Seglares, aunque a veces en la propaganda
impropiamente se dice que convocaban las Uniones Seglares. En tal caso
conviene destacar que no se nombraba a ninguna, decirlo era una significativa
cita de cortesía, y siempre era un recurso útil para atraer a sus miembros toda vez
que ya habían estado con entusiasmo en las primeras Jornadas y a continuación
estarán en no pocas de las siguientes. La prueba es que una vez fallecido el P.
Alba, puede decirse que la presencia de los miembros de la Unión Seglar de
Barcelona en las Jornadas se fue apagando lentamente.
Concretemos más con apoyo documental, indicando cuál fue el
nombre utilizado para realizar las diferentes convocatorias de las Jornadas, y
quién convocó realmente las Jornadas de 1991 en El Escorial. Tomamos la
información de la revista “Siempre P’alante”, que dice así:
1989. “Convocan Juan Nacional del XIV Centenario de España Católica y
Uniones Seglares de España” (SP’ nº 178, 18-XI-1989, P. 11)
1991. “Convocadas por las Uniones Seglares de España y la revista “Siempre
P’alante”, las próximas Jornadas de la unidad Católica tendrán lugar, D.m. en
Zaragoza en abril de 1992” (SP’ 15-VII-1991, nº 216, p. 11)
“Seglares católicos en El Escorial”, foto de portada (SP’ nº 210, 15-IV-1991)
Las Conclusiones de las II Jornadas punto 7º afirman: “Agradecer a
las Uniones Seglares de Navarra y de Valencia la organización de estas Jornadas y
rogarles que organicen otras análogas el año próximo” (SP’ nº 210, 15-IV-1991)
El anuncio de las Jornadas del nº 205 (1-II-1991), nº 206 (15-II-1991), nº
207 (1-III-1991), 208 (15-III-1991) y nº 209 (1-IV-1991) nada dice sobre quien
convoca, aunque titula el acto como II Jornadas de Seglares Católicos Españoles.
1992. Las III Jornadas las organizan “Las Uniones de Seglares Católicos de
España” (SP’ nº 231, 1-IV-1992, nº 232, 233). Están “Convocadas por las Uniones
Seglares de España y la revista “Siempre P’Alante”, las próximas Jornadas” (SP’ nº
227, 229, 230).
1993. “Las Uniones de Seglares Españoles”, “Organizan: las Uniones de
Seglares Católicos de España” (SP’ nº 253, 1-IV-1993), “Seglares Católicos
Españoles” (SP’ nº 255, 1-V-1993), “convocadas por las Uniones Seglares Españolas”
(crónica Arrako) (SP’, nº 255 id.).
1994. “Seglares Católicos Españoles” “Convoca la Junta Nacional de la
Unidad Católica de España” y “Coordina y organiza la U.S./Siempre P’alante de
Navarra”, nº 273, nº 274 (16-III-1994).
1995.Lo mismo en 1995, nº 297, nº 300.
Así, seis veces se dice: Uniones Seglares de …
15. Historia reciente de la Unidad Católica: un gran bien a conservar en España. XXV Jornadas… José Fermín Garralda. 2015
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Como hemos indicado, esta apelación a las Uniones Seglares no debe
llevarnos a confusión. En efecto, los organizadores actuaban, de alguna manera y
por cortesía, en nombre de las Uniones Seglares. Ellas organizaron, junto a la
Junta de 1984, las Jornadas de Toledo en 1989, pero no ya las Jornadas de 1991,
que fueron organizadas únicamente por Don Alberto Ruiz de Galarreta y don
José Ignacio Dallo. Como Uniones Seglares nada organizaron después del
Encuentro realizado en el castillo de Javier en 1986, a excepción de las Jornadas
de Toledo en 1989 que, como hemos dicho, lo hicieron de forma compartida con
la Junta creada en 1984. Por eso, desde 1994, se pasa del “Uniones Seglares” de
modestia al más amplio y verdadero de “Seglares Católicos Españoles” y se
anuncia así: “Seglares Católicos Españoles”, “Convoca la Junta Nacional de la
Unidad Católica de España”, “Coordina y organiza la U.S./Siempre P’alante de
Navarra”. Esta es la verdad desde 1991 hasta 2014.
* * *
1.7. La finalidad. Las primeras Jornadas de la Unidad Católica
reunidas en Toledo en noviembre de 1989, no fueron una reunión que mirase el
pasado con complacencia y sin virtualidad. Fueron mucho más, esto es,
pretendieron estudiar y reafirmar la vigencia de la Unidad Católica en España
frente a la Constitución agnóstica y atea práctica de 1978, y también realizar el
juramento que incluía las dimensiones doctrinal y práctica, comprometiéndose a
la reconquista de dicha Unidad Católica en las instituciones públicas más altas.
Al final este importante juramento se efectuó en la cripta del Alcázar de Toledo.
Semejante tema resultaba nuclear entre los seglares católicos de las
Jornadas, pues siempre consideraron que aceptar o no la Constitución liberal-
socialista de 1978, era una de las piedras de toque que distingue a quienes -por
una parte- quedaban atrapados por los malos frutos del árbol agnóstico y
relativista de dicha Constitución, y por otra los españoles que son fieles a la
doctrina católica de siempre y sus aplicaciones realizadas en España.
Carácter anual de las Jornadas. Pasemos a cuestiones más
secundarias, por ejemplo las diferencia de criterio práctico que existió entre los
que se dieron cita en las jornadas de 1989. Mientras la Unión Seglar de Barcelona
deseaba que las Jornadas fuesen cada dos años –quizás por ser ésta la
periodicidad de las reuniones de las Uniones Seglares-, la Junta convocante en
Toledo el año 1989 (Ruiz de Galarreta entre otros) quería que las Jornadas fuesen
anuales. Mantener cada año las reuniones implicaba un mayor compromiso
hacia la dimensión práctica y activa de urgencia que se deseaba dar a la
conmemoración del año 589. La Unidad Católica era el máximo bien a mantener
ya por respeto a Dios ya por el bien común, tenía una clara dimensión práctica,
no era un mero y respetuoso recuerdo como tampoco una añoranza sin fuerza
actuante, y por ella se debía trabajar en 1989 y con posterioridad. Las reuniones
anuales también implicaban un fortalecimiento interior necesario en su
orientación práctica y para sobreponerse a la complejidad que conllevaba la
logística de unas Jornadas nacionales.
Si en 1989 se celebraron las primeras Jornadas de la Unidad Católica
en Toledo, en 1990 no hubo tal celebración a pesar del impulso del año
anterior. “Nosotros, los de la Unidad Católica, (iremos) todos los años; las
Uniones Seglares que hagan lo que crean conveniente”, vino a decir Ruiz de
Galarreta. Tras el vacío de 1990, las segundas Jornadas se reunieron en El
16. Historia reciente de la Unidad Católica: un gran bien a conservar en España. XXV Jornadas… José Fermín Garralda. 2015
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Escorial en 1991, para, desde 1992 hasta 2015, celebrarse junto al Pilar de Ntra.
Sra. en Zaragoza todos los años (3).
Podría pesarse que los seglares de Barcelona harían coincidir las
Jornadas con las reuniones de las Uniones Seglares nacionales, por estar
acostumbrados a llevar toda la carga organizativa, desplazando de hecho a la
Junta de la Unidad Católica. En tal caso, la conmemoración de la Unidad Católica
y su actualización constante y anual se podría diluir en otros trabajos aún con la
mejor intención del mundo. Por eso, quien ha mantenido la pervivencia del
mensaje práctico de la Unidad Católica –que es el mejor fruto de la
conmemoración de 1989- y las aplicaciones que conlleva a la historia concreta de
España entre 1989 y 2014, ha sido don Alberto Ruiz de Galarreta, que concibió
estratégicamente la necesidad de las reuniones anuales.
Las II Jornadas celebradas en El Escorial en 1991 las convocó la Junta
Nacional de la Unidad Católica, en la que no participaba Fernando Arquero.
Quien realizó la movilización fue la Unión Seglar San Fco. Javier de Navarra.
Previamente tuvo lugar una reunión en la “Posada de las almas” de Zaragoza, a la
que asistieron unas siete personas (una de Barcelona –no era el P. Alba-,
Fernando Arquero, un tal Núñez y Sebastián Mariner de Madrid, dos de
Pamplona y Ruiz de Galarreta), donde salió de nuevo la discrepancia entre la
convocatoria anual o bianual. El factor decisivo para el mantener una
continuidad anual fue Ruiz de Galarreta.
Tras 1991 los miembros de las Uniones Seglares mantuvieron su
presencia entusiasta en las Jornadas en calidad de particulares, y presidieron
mesas de conferencias, tomaron la palabra, impartieron conferencias (4),
participaron activamente, y, si eran eclesiásticos, celebraron la Santa Misa con
todo gozo y unión. Lo que dejamos constancia aquí es que la convocante de todas
las Jornadas fue la Junta de seglares formada por personalidades de carácter,
siendo entre ellas la más significativa –repetimos- don Alberto Ruiz de Galarreta,
y que sólo en las Primeras Jornadas de 1989 la convocatoria fue coparticipada
entre la Junta y las Uniones Seglares.
* * *
1.8. Paralelismo histórico. Será grande la satisfacción de todos los
jornadistas, cuando adviertan que existe un indudable paralelismo y
continuidad de los 25 años de las Jornadas de la Unidad Católica, con
los Congresos católicos nacionales del s. XIX y comienzos del XX. Los
seglares de las XXV Jornadas son los herederos de los católicos netos, que
participaron en aquellos congresos del catolicismo oficial iniciados en Madrid
(1889) con ocasión del aniversario de la Unidad Católica de España. Obsérvese
que el arranque de las dos etapas de Congresos y estas XXV Jornadas es el
mismo: celebrar el centenario y significado público del IIIer Concilio de Toledo
del año 589 (5).
A finales del siglo XIX y comienzos del XX, los católicos recordaban a
la sociedad y al Estado liberal la exigencia de suprimir el artículo 11 de la
Constitución liberal de 1876 que vulneraba la Unidad Católica jurídica con la
tolerancia parcial del culto público de las religiones falsas, impuesto a España
por el partido liberal conservador de Cánovas del Castillo. Ahora, los Jornadistas
se ven en el extremo práctico de pedir a otros católicos que exijan a los poderes
civiles liberal-socialistas, la defensa de la vida del nasciturus y que no toleren la
posición pro aborto del PP, que es el actual partido liberal conservador llamado
17. Historia reciente de la Unidad Católica: un gran bien a conservar en España. XXV Jornadas… José Fermín Garralda. 2015
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centrista con permanentes guiños hacia la izquierda y una política que acepta
todas las reformas impías, inmorales, y apátridas –no exageramos lo más
mínimo- del socialista Rodríguez Zapatero.
Las supuestas “izquierdas” y “derechas” ya se han fundido en España.
Ha desaparecido el centro democrático (UCD) de Adolfo Suárez de ayer, y
después la derecha liberal llamada Partido Popular su sucesora, aceptando todas
las tesis de la izquierda socialista. La UCD y el PP se han autodestruido mientras
tenían una mayoría absoluta parlamentaria. Triste destino este de los partidos
más desastrosos para los católicos españoles. Por otra parte, pensemos el enorme
contraste mantenido por estos extremos históricos –el partido conservador de
Cánovas y la UCD seguido por el Partido Popular de Rajoy- distanciados tan sólo
por cien años (1876/1917 a 1976/2015), expresa la debacle espiritual y material de
España a raíz de la actual expulsión de N.S. Jesucristo de las instituciones
públicas en 1978 y de la anterior cesión de la Unidad Católica en 1967.
Desde 1976 ha reverdecido la política malminorista de 1876, entrista
en todos los partidos, ocasionalista, reduccionista de la política a la
administración, ayuna de principios, y oportunista sin duda, que disuade a los
católicos a realizar una política de orientación católica –que en muchísimas cosas
no sólo es para los católicos-, y que les disuade también de unirse o vincularse
políticamente como tales.
La actual política que obliga a los católicos de quedar a merced de la
partitocracia liberal-socialista ha sido un desastre. Peor que el Desastre de 1898.
El animar a que los católicos se introduzcan en unos u otros partidos ha
conllevado la total debacle. El evitar un posible frentismo entre posiciones claras
e inequívocas ha conllevado un frentismo anticatólico y contrario a los principios
más básicos del derecho natural, sin que los buenos posean organización alguna,
ni líderes e ideas, siendo un cero político, y dejando a los católicos y gentes de
bien a merced de los caprichos de la partitocracia laicista y secularizadora,
amante del poder, imitadora del mundo yankee, hasta el lógico advenimiento –en
España- de la corrupción generalizada y la amenaza del neomarxismo.
En estas circunstancias, si se predica de nuevo la ideología del
liberalismo -máxime cuando el pueblo busca otras salidas-, la presunta solución
ofrecida originará la misma problemática quedando de nuevo en un callejón sin
salida.
Las XXV Jornadas de la Unidad Católica son herederas humildes y
sencillas de los Congresos nacionales católicos del pasado organizados por la
jerarquía católica en España, pero sobre todo herederas de muchos de los
católicos que participaron en ellos, reunidos en las bellas ciudades de Zaragoza
(1890), Sevilla (1892), Tarragona (1894), Burgos (1899) y Santiago de
Compostela (1902). Tales Congresos, que mantenían la Unidad Católica en
España, fueron unos grandes acontecimientos eclesiales aunque en realidad
fuesen poco operativos, manteniéndose además en su seno alguna posición que
enturbiaba la Unidad Católica querida por la generalidad de los españoles. Ahí
está la colaboración del Magistral de Sevilla (Dr. José Roca y Ponsa) sobre el
Congreso de Burgos de 1899. Sabemos que además de dichos Congresos, hubo
otro tipo de Asambleas, como la Iª Asamblea Nacional de la Buena Prensa que
se celebró en Sevilla en 1904, y la IIª que tuvo lugar en Zaragoza en 1908. Pudo
elegirse esta última ciudad por acoger el Pilar de Zaragoza, y recordar el
centenario de la resistencia zaragozana frente al invasor revolucionario francés.
También hoy el CEU dependiente de la ACNdeP reúne actualmente en
Madrid sus Congresos de católicos en la vida pública, aunque carece de la
18. Historia reciente de la Unidad Católica: un gran bien a conservar en España. XXV Jornadas… José Fermín Garralda. 2015
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conexión del tema raíz de los Congresos históricos ya mencionados, tan
contrarios a la secularización de las instituciones públicas, y lo hacen bajo un
prisma muy diferente al de las Jornadas por la Unidad Católica de España.
Mucho han cambiado las cosas en un centenar de años, desde los
comienzos del siglo XX hasta la actualidad, pero las necesidades y posibilidades
de los españoles -que son lo importante- han cambiado mucho menos. Tampoco
han cambiado las esencias de las ideologías revolucionarias de origen hasta la
actualidad. Los ropajes serán algo diferentes, pero nada más.
* * *
1.9. Lugar y asistentes. Los Jornadistas han dejado constancia de la
necesidad de la presencia física para la realización de dichas 25 Jornadas de la
Unidad Católica, como se refleja en el juramento anual y en las conclusiones de
diversas Jornadas, especialmente en sus bodas de plata:
“9ª. La presencia física en las Jornadas no solamente debe ser un anhelo
satisfactorio a nuestro espíritu, sino también un deber. Estimula a los ponentes,
fortalece a los asistentes y es un toque de llamada a los que pudiendo asistir no lo
hacen. Ejemplar la asistencia anual de los grupos de las antiguas Uniones Seglares de
Valencia, Madrid y Navarra y la individual sacrificada y asidua de tantos otros, o en
familia, como las Misioneras de las Doctrinas Rurales de Castellón y, los diez
miembros de la familia Ortiz-Frigola” (C., 2014).
En Toledo, el lugar físico de las reuniones fue el hotel Beatriz situado
en un alto y enfrente del Alcázar al otro lado del Tajo, a los dos años se pasó a El
Escorial, y al fin se recaló puerto en Zaragoza, tres escenarios a cada cual más
reconfortante. Ya en Zaragoza, los jornadistas se reunieron en el amplio y austero
salón la casa la de Acción Católica junto a la Seo (1991-1999), en 2000 fue en la
Residencia “La Milagrosa” de las hijas de la Caridad -a quienes les incomodó que
se repitiese-, y el tercero y en adelante los jornadistas han utilizado el generoso
salón de las Misioneras Eucarísticas de Nazaret (2001-2015). En la Iglesia de San
Juan de los Panetes que custodian estas dulces monjitas, tuvieron ellas el gusto
de ver al arzobispo metropolitano de Zaragoza celebrando la Santa Misa de las
Jornadas durante nueve años consecutivos.
En relación a los asistentes, en las Jornadas de Toledo en 1989 hubo
un muy nutrido número de quinientas personas, en 1992 dos centenares largos,
en 1996 fueron 160 personas, y en delante de 150 han ido bajando hasta 60
inscritos más otros asistentes.
Habitualmente la procedencias han sido de Madrid, del viejo Reino de
Valencia, Barcelona, Gerona y Lérida por parte del Principado de Cataluña, el
viejo Reino de Navarra o Comunidad Foral, Zaragoza, Sevilla, el Principado de
Asturias, y diferentes provincias como Cantabria, La Coruña, Toledo, Cádiz,
Almería, Murcia, Albacete, Cuenca… algunas muy distantes de Zaragoza,
santuario mariano y centro espiritual de las Jornadas. Otros jornadistas proceden
de Huesca, Teruel, La Rioja, Álava, la Provincia de Guipúzcoa, Valladolid y Jaén.
Las conferencias fueron publicadas en diferentes dosieres en los años
1992 y 1993 con los esfuerzos de la Unión Seglar de Navarra. Con frecuencia se
publicaron sus resúmenes en “Siempre P’alante”.
Los oficiantes de la Santa Misa de las Jornadas han sido el P. Alba S.J.
desde 1989 inclusive, una vez fallecido le sucederá el P. Turú, y, tras 2006 el
arzobispo de Zaragoza mons. Ureña Pastor hasta que en 2015 dimite de la sede
metropolitana. Todos ellos fueron acompañados de otros concelebrantes hasta
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llegar a diez sacerdotes. Las conclusiones de las jornadas de 2006, 2007 y 2014
agradecieron a Mons. Ureña su apoyo y presencia en la Santa Misa de clausura.
* * *
1.10. Los temas. Los temas de las XXV Jornadas muestran la
naturaleza práctica del mensaje raíz. Se concretan sobre el eje de un tema anual,
que reactiva las grandes hazañas de la historia católica de España aplicándolas al
presente. Este grupo de seglares dan ejemplo a los restantes seglares españoles de
lo que debieran realizar. En sus planteamientos no hay historicismo alguno,
porque, en primer lugar, la tesis central de las jornadas es que existe una tesis
católica en sí misma, la misma que España ha hecho realidad durante siglos
aun a costa de grandes sacrificios. Lógicamente los pueblos y espíritus
materialistas y mundanos no lo pueden entender. A ello se une una segunda
afirmación: España continúa en situación de tesis social católica, aunque la
Revolución liberal-socialista esté mermando su realidad y fuerzas. En tercer
lugar, no han descristianización ni recristianización sólo por la vía legal y pública,
o sólo por la eclesial, social y familiar, sino por ambas vías a la vez. Además de la
indudable conexión teórico-práctica entre el pasado, presente, y futuro, la
admiración hacia el pasado sirve de revulsivo en nuestra sociedad materialista,
presentista y despersonalizada, sobre todo en España donde, a pesar de todo lo
que ha hecho para arrancarlo, el ayer está mucho más presente que en otros
países. No en vano, las fuerzas descristianizadoras en España son más activas que
en otros países, y han empezado por la inmoralidad más radical en las leyes y
costumbres, a la vez que propugnaban por la autodemolición de la Iglesia.
* * *
1.11. Reconocimientos, presidencia y directores. Muchas veces
en las XXV las Jornadas se ha reconocido que, como instrumento humano, el
estratega en los temas generales, los títulos de las conferencias y las
conclusiones, ha sido y es don Alberto Ruiz de Galarreta (Manuel de Santa Cruz),
y que su director y motor práctico, como también el alma de la Unión Seglar San
Fco. Javier de Navarra, es don José Ignacio Dallo Larequi. Así lo han reconocido
diferentes conclusiones de las Jornadas (Conclusiones, 2004, 2005, 2007).
Por ello, en todas las Jornadas se ha reconocido a ambos su
dedicación, desvelos y fidelidad. Además, en reconocimiento a la dirección del
quincenal “Siempre P’alante”, las Jornadas de 1995 efectuaron un caluroso
homenaje al Rvdo. Don José Ignacio Dallo, al que siempre se le ha agradecido su
encomiable y sacrificada labor del apostolado sacerdotal de la prensa. Desde
1982, la suya está siendo una vida inmolada y sacrificial, en el silencio eremita y
con la alegría que da el servicio de toda una vida. Este silencio íntimo lógicamente
va acompañado de una viva comunicación con otras personas en la organización
anual de las Jornadas, en su amplio círculo de amistades selectas, y en la edición
y administración del quincenal “Siempre P’alante”. Lo que la jerarquía de la
Iglesia diocesana quiere ignorar, lo agradecen muchos fieles de a pie.
También se hizo un reconocimiento (C., 2007 y 2010), y dos años
después un homenaje, a don José Luis Díez Jiménez (C., 2012; SP’ 1-V-2012, nº
673, p. 10), por ser el alma o idea, realizador permanente y quien mantiene la
presencia del “Siempre P’alante” y las Jornadas en la Red internauta: primero,
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por crear la Web, luego por crear la Radio de su propiedad y, en tercer lugar, por
la lectura de “Siempre P’alante” en dicha radio. Ahora se ha incluido en la Web la
siguiente página sobre la Unidad Católica: www.unidadcatolicadeespaña.es. El
quincenal “Siempre P’alante” se ofrece al público en general en la Red desde el
25-VII-2006 -festividad de Santiago patrón de España (SP’ nº 673, 1-V-2012)- y
en la Radio JLD-Unidad Católica de España creada al efecto el 8-V-2008
(ídem.). Así, puede afirmarse que don José Luis Díez eleva a “Siempre P’alante”
desde la biblioteca hasta lo que hoy se llama no sin afectación la “aldea global”,
“multiplicando así de manera incalculable, incluso fuera de las fronteras de la
Patria, la difusión de los principios de la civilización cristiana y española” (C.,
2012). La primera conclusión de las XVIII Jornadas de 2007 establecen que:
1. “Durante este curso la página WEB de nuestra Revista
www.siemprepalante.es y agradecen a don José Luis Díez Jiménez su entregado
apoyo. Asimismo agradecen las adhesiones en varias formas recibidas y muestran su
admiración a los artistas que han participado en el CONCURSO DE
ARMONIZACIÓN convocado para la conmemoración de los XXV AÑOS de
SIEMPRE P’ADELANTE” (C., 2007).
Las conclusiones de las Jornadas en sus bodas de plata (XXV
Jornadas, 2014), se hicieron eco de algunas personas especialmente relacionadas
con la organización y difusión. Dicen así:
2ª. Muchos son los nombres que vienen a nuestra memoria, que han
fortalecido estas jornadas en defensa de la Unidad Católica de España. No obstante
creemos de justicia señalar dos, que forman lo que podríamos decir el eje binario
fundador de las mismas: Don Manuel de Santa Cruz- como a él le gusta que le
designen- y el Padre Don José Ignacio Dallo Larequi.
3ª. Reconocimiento a la labor de la Unión Seglar de San Francisco Javier
de Navarra, que desde 1982 con su quincenal navarro católico de proyección
nacional “Siempre P’alante”, órgano de la Unidad Católica de España, fue decisiva en
la conmemoración del Toledo 89 y viene convocando desde 1991 estas Jornadas.
Especial agradecimiento a su Director y a sus colaboradores fijos jornadistas don
Manuel de Santa Cruz, don José Fermín Garralda Arizcun, don José Fernando Silva
Santos y don Carlos González Blanco
4ª. Agradecer la incorporación en los últimos años a las labores de
organización de las Jornadas Nacionales de la Asociación Cultural Gerona Inmortal,
con su presidente don Jaime Serrano de Quintana, don Jesús Ortiz Ortín y doña Pilar
Frigola, y su boletín Empenta.
5ª. El testimonio documental de todo tipo es básico. Queda para la
posteridad y será ejemplo. Señalamos aquí el gran servicio que realiza Don José Luis
Díez Jiménez con su Radio JLD de la Unidad Católica de España, sus grabaciones
digitales audiovisuales y su página web” (C., 2014).
Así mismo, las conclusiones de las diversas Jornadas han pedido a
todos los amigos y simpatizantes que apoyen los trabajos de la Fundación
creada al efecto (C. 1998, 1999).
Los presidentes de la Junta Nacional han sido, sin problema alguno
de continuidad, los siguientes: don Jaime Montero (Primera Junta Nacional del
XIV centenario de la España católica creada el 28-VI-1984), don Julián Gil de
Sagredo Arribas (Segunda Junta del XIV Centenario del Concilio de Toledo de
1989 hasta que falleció el 8-IX-1996), y, desde 1997, don Alberto Ruiz de
Galarreta por fallecimiento del anterior (Tercera Junta Nacional para la
Reconquista de la Unidad Católica de España, 8-X-1996), quien mantuvo la
presidencia apoyado por Rafael Gambra y Mari Carmen Palomares, aunque, por
motivos de salud, no haya podido asistir a las Jornadas desde 2008 hasta la
21. Historia reciente de la Unidad Católica: un gran bien a conservar en España. XXV Jornadas… José Fermín Garralda. 2015
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actualidad. Así, y durante estos años, don Alberto ha sido sustituido en funciones
por el gerundense don Jaime Serrano de Quintana (Cuarta Junta, Zaragoza 8-IV-
2009), de modo que ambos trabajan juntos en el diseño de cada una de las
Jornadas. El presidente, en calidad de vitalicio por su larga y constante
trayectoria al servicio de la causa de la Unidad Católica de España, es don
Alberto, admirado y querido por todos los jornadistas.
Todo lo dicho hasta ahora deja claro que don Alberto Ruiz de Galarreta
es el estratega y alma de la “Junta Nacional para la Reconquista de la Unidad
Católica de España” desde 1984. También ha sido el cuerpo y entusiasta impulsor
de la Junta, y el divulgador de la Unidad Católica en el semanario “¿Qué Pasa?”,
el diario carlista ”El Pensamiento Navarro”, y después en el quincenal “Siempre
P’alante” que de alguna manera sustituyó a éste último tras su cierre.
El director de todas las Jornadas ha sido y es don José Ignacio Dallo
Larequi, que ha llevado a cabo un trabajo infatigable, hecho con una total
dedicación apostólica y la aceptación general de todos (SP’ nº 628, 16-IV-2010 y
nº 673, 1-V-2012; 25 Jornadas, 2014) (6).
La organización de las Jornadas ha corrido a cargo de la Unión Seglar
San Francisco Javier (C., 2014). Su convocatoria y realización, incluyendo el
aparato gráfico, se encuentra plasmada en el quincenal navarro “Siempre
P’alante”, “órgano periodístico nacional para la Reconquista de la Unidad
Católica de España”. Sus páginas incluyen la llamada general y los objetivos, los
programas de las Jornadas, una detallada crónica y sus conclusiones, más
algunas síntesis de las ponencias, de suerte que ello hace que este quincenal
sobrepase el quehacer del importante quincenal ilustrado “La Avalancha” (1895-
1950) que puede considerarse el antecesor periodístico en formato, doctrina y
aplicaciones prácticas de revista quincenal “Siempre P’alante” en Navarra. La
diferencia es que “La Avalancha” tenía un fuerte componente cultural y gráfico
(fotografía) y tenía unas buenísimas relaciones con el obispo de la diócesis.
Templo de Santiago de Zaragoza, donde se celebraron las sesiones de la Iª Asamblea de la Buena Prensa (1908).
22. Historia reciente de la Unidad Católica: un gran bien a conservar en España. XXV Jornadas… José Fermín Garralda. 2015
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Mientras se reunían los
Congresos católicos, la Masonería
española ocupaba altos puestos en
la universidad española. Es el caso
de Miguel Morayta, Gran Maestre
del Oriente Español, catedrático
de Historia de la Universidad de
Madrid. Este publicó un libro que
en 1956 será reproducido,
ampliado y refutado, parte por
parte, por Mauricio Carlavilla
(Madrid, Nos, 1956, 399 pp.) Este
autor, sin ser historiador, fue una
de las personas mejor informadas
sobre estos asuntos. Foto: JFG
2014
Exposiciones como la de ésta contraportada de un folleto se repiten en la
publicística de Manuel de Santa Cruz y de las Jornadas de Seglares Católicos.
23. Historia reciente de la Unidad Católica: un gran bien a conservar en España. XXV Jornadas… José Fermín Garralda. 2015
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Vista parcial de los asistentes a la Santa Misa de las Jornadas en la basílica del Pilar en 1992. Foto: JFG 1992
Vista parcial de los asistentes a la Santa Misa de las Jornadas en la basílica del Pilar en 1992. Foto: JFG 1992
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Vista parcial de los asistentes a la Santa Misa de las Jornadas, Altar Mayor de la basílica del Pilar, 1993. Foto: JFG 1993
Sala de conferencias de la Casa de la Acción Católica, junto al palacio episcopal de Zaragoza.
En primera fila a la drcha., el P. Braulio Manzano S.J., en sexta fila a la izquierda
el P. Félix Beltrán Pérez, autor de El sacerdote de hoy y de siempre (1992).
Zaragoza, mayo 1998. Foto: JFG 1998
25. Historia reciente de la Unidad Católica: un gran bien a conservar en España. XXV Jornadas… José Fermín Garralda. 2015
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Jornadas de 1996. En la primera fila, los PP. Braulio Manzano S.J., Félix Beltrán, y Agustín Arredondo S.J. Entre los
seglares, don Carlos Etayo Elizondo con barba y a su derecha don Emilio Blanco procedente de Puigcerdá. Foto: JFG
1996
Salón de conferencias de Acción Católica. El primer señor de la primera fila por la izquierda, un generoso donante.
Zaragoza, mayo 1992. Foto: JFG 1992
26. Historia reciente de la Unidad Católica: un gran bien a conservar en España. XXV Jornadas… José Fermín Garralda. 2015
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Jornadas de 1995. A la derecha de la persona del P. Félix Beltrán, don José Fernando Silva y esposa, y a su izquierda don
Lucas Navarro. Foto: JFG 1995
Rvdo. Don José Ignacio Dallo Larequi y don Alberto Ruiz de Galarreta, dos pilares de las XXV Jornadas
de Seglares para la Reconquista de la Unidad Católica de España. Al fondo, don Jesús Vizcay,
presidente de la Unión Seglar San Francisco Javier de Navarra. Salón de Actos de la casa de la
Acción Católica, en la plaza del Pilar. Zaragoza, 1995. Foto: JFG 1995
27. Historia reciente de la Unidad Católica: un gran bien a conservar en España. XXV Jornadas… José Fermín Garralda. 2015
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Don Julián Gil de Sagredo, el P. Dallo y don Alberto Ruiz de Galarreta.
Rev. “Siempre P’alante” nº 300, 19-V-1995. Foto: J.M. Navarro 1995
Homenaje de los jornadistas al Rvdo. Don José Ignacio Dallo. Zaragoza, 1995.
Hace la entrega don Alberto Ruiz de Galarreta (Manuel de Santa Cruz). El pergamino,
diseñado y dibujado artísticamente gracias a las diligencias de don José Luis Aguirre y
Manglano (Valencia), se conserva en la sede de la Unión Seglar San Fco. Javier, c/ Doctor
Huarte (Pamplona). Foto: JFG 1995
28. Historia reciente de la Unidad Católica: un gran bien a conservar en España. XXV Jornadas… José Fermín Garralda. 2015
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Rev. “Siempre P’alante” nº 300, 19-V-1995
Don Julián Gil de Sagredo Arribas, abogado de Madrid, presidente de la Junta Nacional para la
Reconquista de la Unidad Católica, expositor brillante por su brevedad y orden, claridad y contundencia
argumental, junto al director de las Jornadas Rvdo. P. José Ignacio Dallo. Zaragoza, 1995.
Foto: JFG 1995
29. Historia reciente de la Unidad Católica: un gran bien a conservar en España. XXV Jornadas… José Fermín Garralda. 2015
29
Sala de conferencias de la Residencia “La Milagrosa” de las hijas de la Caridad.
Rev. “Siempre P’alante”, Rev. Nº 409, 1-V-2000
Salón de sesiones en la Misioneras Eucarísticas de Nazaret de la calle Salduba, en la plaza de El Pilar. Zaragoza 2009.
Foto: JFG 2009
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Visita parcial de la Sala de conferencias de las Misioneras Eucarísticas de Nazaret. Zaragoza 2010.
El diseño de la tribuna de oradores ha cambiado poco durante estos XXV años: permanece el letrero
“Reconquista unidad Católica”, la bandera del Papa con la Cruz y el Sagrado Corazón “A Ti me arrimo” sobre
ella y colocada al fondo del escenario. En este caso hay cuatro banderas con preciosos bordados allá donde
sólo había una. La tribuna es para cuatro o cinco personas, que rotan por cortesía salvo necesidad. Foto: JFG
2010
Junta Nacional para la Reconquista de la Unidad Católica de España. El presidente vitalicio por su larga y constante
trayectoria al servicio de la causa de la Unidad Católica de España es don Alberto Ruiz de Galarreta.
En la imagen, de izda. a dcha., el Rvdo. P. José Ignacio Dallo Larequi como director, el empresario D. Gil de la Pisa
Antolín como delegado de propaganda, el abogado y profesor D. Jaime Serrano de Quintana (como vicepresidente y
presidente en funciones) en el uso de la palabra, D. José Luis Díez Jiménez como secretario general y responsable de los
medios digitales, y el gerundense D. Jesús Ortiz Ortín como secretario de la Junta. Zaragoza 2010. Foto: JFG 2010
31. Historia reciente de la Unidad Católica: un gran bien a conservar en España. XXV Jornadas… José Fermín Garralda. 2015
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2. Fuentes, objeto y temas generales de estudio
Esta investigación es de historia participada en cuanto que su autor ha
sido testigo de las 25 Jornadas. Es una detenida prolongación de la ponencia “Los
temas de estudio en las XXV Jornadas” encargada por la organización de las
Jornadas en 2014.
2.1. Fuentes. ¿Cuáles han sido las fuentes utilizadas para responder
a éste extenso tema? En primer lugar, es el conocimiento y participación de quien
esto escribe en todas las Jornadas salvo en la segunda –debido a dificultades de
desplazamiento-, lo que le ha permitido constatar la homogeneidad tanto de las
tesis y puntos de vista fundamentales mantenidos, como su permanencia en el
tiempo, facilitando en todo caso el conocimiento de los asistentes. Ahí están
también –y sobre todo- los Programas y conclusiones de dichas celebraciones,
publicadas en el quincenal navarro católico “Siempre P’alante”. Lo señalaremos
con J, año (Jornadas, Programa y año) y C, año (Conclusiones, año). La
repetición de las principales conclusiones otorga una unidad singular a las
Jornadas, y están en consonancia con el desarrollo de los temas y hasta con los
temas elegidos. Además, en dos ocasiones, la Unión Seglar San Francisco Javier
imprimió y repartió entre los asistentes a las Jornadas las conferencias de las
sesiones del año anterior, mientras que las síntesis de las conferencias se
publican en dicho quincenal.
No cabe duda que las XXV Jornadas y sus contenidos son una
prolongación y actualización en los medios materiales, de las luchas del
catolicismo español contra el liberalismo radical o conservador de los siglos XIX y
comienzos del XX. Como el liberalismo ha triunfado en España aunque con
pésimos resultados, y ante el silencio social y eclesial de estos grandes y nucleares
temas, es lógico que la asistencia a las Jornadas no sea masiva. La mencionada
continuidad no es arqueología, ni salirse de la propia Historia y el transcurrir del
tiempo, ni apartarse de los intereses y necesidades del hombre contemporáneo,
sino que muestra la naturaleza objetiva de las verdades defendidas, la tendencia
del catolicismo español a la permanencia en el tiempo, y que nuestro presente
está muy influido por la historia y la evolución general de España, sin que los
problemas no hayan hecho sino agudizarse. Podría decirse que en el año 2015
está culminando en España el proceso revolucionario y su desmantelamiento
como Tierra de María y hasta expresión del hombre civilizado.
La bibliografía básica de las Jornadas ha sido el Magisterio de la
Iglesia relativo a los ámbitos social, jurídico y político, recogido en la colección de
la BAC y no reeditado, particularmente la encíclica “Vehementer Nos” de Pío X y
sobre todo “Quas primas” de Pío XI. Unido a ello el magisterio actualizador de los
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últimos Pontífices Juan Pablo II y Benedicto XVI en continuidad con la tradición
de la Iglesia. Se suma a ello la profunda y hasta literaria conferencia del cardenal
Gomá sobre la Hispanidad en el buenos Aires de 1934, la verídica y ecuánime
Pastoral conjunta de los obispos españoles sobre la guerra civil o Cruzada de
1936, el libro de Sardá y Salvany El liberalismo es pecado –tan desdeñado por
todo tipo de apriorismos, y por los liberales y sus resabiados-, la Historia de los
heterodoxos españoles del ilustre polígrafo santanderino Menéndez Pelayo –cuya
forma expresiva a veces tiene cierto apasionamiento-, la persecución religiosa
escrita por Antonio Montero y al fin reeditada por la BAC en 1999 a pesar que el
público haya reclamado la reedición mucho tiempo atrás, y la colección del
quincenal “Siempre P’alante” cuajada de hecho y no sólo de criterio y opiniones.
Por su parte, cada conferenciante ha aportado su bibliografía particular, en
general tradicional.
* * *
2.2. Objeto. El objeto de las Jornadas se trenza paulatina y
simultáneamente en los tres grandes cuadros o escenas siguientes:
1. Primer cuadro: el pasado histórico y su virtualidad, que
hoy sigue configurando a España y los españoles (de ahí, por ejemplo, el
tema de los católicos y la memoria histórica de las J. XVIII, 2007). En la verdad
objetiva que recogieron y transmitieron los padres de los asistentes, están sin
duda los principios configuradores mantenidos en estas Jornadas. Aunque entre
los jornadistas haya aportaciones analíticas e intelectuales predomina el sector
popular y de benditas intenciones y obras.
2. Segundo cuadro: la raíz y objeto de las XXV Jornadas de la
Unidad Católica arranca de la celebración del XIV Centenario de la
conversión de Recaredo, o, si se quiere, del IIIer Concilio visigodo celebrado en
Toledo el año de Gracia de 589. Durante los 25 años de las Jornadas han ocurrido
muchos y nuevos acontecimientos en la vida social y política de España, así como
en la Iglesia en España y universal, de suerte que tenerlos muy en cuenta ha
exigido actualizar lo recibido, advirtiendo a la vez con humildad el máximo
esfuerzo del maligno y los raudales de luz que el Señor envía a cada lugar del
mundo ya antes del amanecer, la Luz del Buen Padre Dios que dirige la Historia.
Por ejemplo, en 1989, justo a los doscientos años después de la
Revolución francesa tan admirada por los marxistas –y ahora en su fase
moderada por los católico-liberales-, cayó el muro comunista de Berlín levantado
a partir de 1961, acontecimiento éste de dimensiones históricas y ocurrido de una
forma bastante repentina para el observador occidental. Otro asunto más. Hoy,
mientras Occidente se descristianiza a pasos agigantados hasta la destrucción del
hombre más débil por el crimen del aborto voluntario, el Mensaje evangélico o
Buena Nueva se extiende con fuerza por otros continentes. Incluso la apostasía de
Occidente parece compensarse con la sangre martirial de los cristianos de la
Iglesia oriental perseguidos hoy por la yihad islamita en Próximo Oriente y,
desde hace tiempo, por los islamitas del corazón de África.
3. Tercer cuadro o escena: el porvenir vivido durante estos
25 años y los tiempos que se espera. En ésta escena se trata de analizar
cómo se prepara, con qué impulso actual y de futuro, el mundo de los propios
hijos y nietos.
* * *
33. Historia reciente de la Unidad Católica: un gran bien a conservar en España. XXV Jornadas… José Fermín Garralda. 2015
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2.3. Reacciones ante el objeto de nuestra atención.
Estos grandes cuadros o escenas pueden generar algún tipo de vértigo
en un período muy especial del acontecer histórico, ante el deseo de acertar en los
sucesivos quehaceres que permitan afrontar los principales desafíos del presente
y futuro inmediato.
Señalaremos algunos aspectos que nos llevan a decir esto. En primer
lugar, vértigo porque nos encontramos en el final de un ciclo histórico, en unos
momentos de honda crisis y desconcierto donde todo es desconfianza y
expectativa, problemas y fuertes anhelos. Cuando existen grandes males,
seguramente hay grandes remedios y gracias promovidas por Dios entre sus
hijos.
Rev. “Siempre P’alante”, Nº 235, 1-VI-1992
Vértigo también porque es la hora de Dios, pero también del hombre
hijo de Dios, su colaborador. El hombre tiene el mandato divino de crecer,
multiplicarse y dominar la tierra, y por ello de colaborar en la consumación de la
creación. Según dice el refrán: “a Dios rogando y con el mazo dando”. La pelota
está en nuestro alero y es a los hombres a quienes también nos toca actuar. ¿En
qué dirección? En la de siempre, pues nada ha conllevado el paso expectante de
milenio en el año 2000, salvo la necesidad de que los hombres y mujeres de hoy
tomen la iniciativa y se acerquen a la Verdad y al Bien, que está en Cristo, y
actúen con responsabilidad en el ejercicio del libre albedrío que distingue a los
hombres de las fieras. ¿Es que las injusticias sociales sólo se dan hoy día con la
profunda crisis iniciada en 2007? Si miramos al pasado, ¿sólo existieron a
comienzos de la primera y segunda industrialización? Recordemos un temprano
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título entre mil, de Rafael Pérez (1958) (7), dedicado al mundo del trabajo, a las
injusticias sociales, a la apostasía de las masas obreras y a la brecha social donde
tenía que estar la Iglesia por lo que respecta a la salvación de las almas y “sub
specie aeternitatis”. Su fecha es temprana, el año 1958, aunque el movimiento
social católico llevase más de un siglo en acción en Europa y poco después se
trasladase y sumase a los movimientos surgidos en España. Lo que sí es propio de
hoy día es la generalización de la injusticia debido a su extensión (o
profundización) a ámbitos antes insospechados dentro del Primer mundo,
expresado en el llamado Cuarto mundo caído en el paganismo y del que ya
advertían de jóvenes hacia 1975.
Vértigo, porque es preciso redescubrir las posibilidades para el Bien, la
Verdad y la Belleza, pues en España el mal se acelera más que en otros pueblos y
–quizás por temperamento- tiende a notarse más que en otros lugares. Así pues,
por varios motivos hay esperanza.
En primer lugar, es motivo de esperanza que nada en la vida sea del
todo estático, porque lo bueno y bello tiende por naturaleza al crecimiento y la
expansión. A pesar de la actual descristianización, en buena parte de origen
exógeno, más del 70% de españoles sigue declarándose católico según el CIS
(2014), siendo todavía mayor el número de padres que desean enseñanza católica
para sus hijos. Precisamente esto último es lo que el poder civil liberal o socialista
impide cuando separa religión y ciencia en los centros que administra, es decir,
de los centros escolares denominados “públicos”. Como es imposible la
neutralidad ante lo humano y lo divino, a continuación el poder civil querrá
impedir eso mismo en los centros de iniciativa social, máxime si tienen concierto
escolar.
Sociedad contradictoria la española y campo abierto a la esperanza,
porque mientras las leyes civiles son opuestas a la voluntad de Dios, hay
multitudes que rezan por las calles en Semana Santa, celebran la Redención de
Cristo y su victoria sobre el maligno y la muerte, aman la Salvación sobre la
desesperanza, y reafirman la Fe sobre la increencia o el sinsentido. A nada que
“rasquemos” el corazón y alma del español de a pie, sale a flote la fe oculta por las
propias incoherencias, los propios pecados e ignorancias, y hasta por la fuerza de
la “pose” y el “se dice” social. Los solemnes funerales bajo el signo de la cruz
arropan a gran parte de los difuntos españoles. Las afirmaciones laudatorias de
algunos monseñores como García Burillo, Rouco Varela y Cañizares ante la labor
política (ruptura y apostasía del Estado) de Adolfo Suárez González a su
fallecimiento, no tienen la fuerza de entibiar las convicciones de quienes
lamentan semejante política suarista y taranconiana, y tan sólo reafirman el
peso de la Iglesia en España. Vaya otro ejemplo de lo que decimos: la presidente
de Andalucía, Susana Díaz (PSOE), visitó al Santísimo Cristo de la Buena Muerte
y Ánimas en la parroquia de Santo Domingo de Málaga (DdN, 15-IV-2014), y ha
dicho –en la artificial polémica actual, como casi todas las de la vieja piel de toro,
de gente discutidora donde las haya- que en la catedral de Córdoba se debe
respetar el culto católico sin consideraciones a la partición de su uso para
mezquita.
Confiamos que en el impulsivo e impresionable pueblo español haya
más apariencias de corrupción que realidades degradadas. Quizás sea porque en
muchas materias el mal precede y procede sobre todo de las instancias oficiales y
legales. De mantenerse esa situación, la lógica del hispano que lleva todo a las
últimas consecuencias con un pasional impulso, justificaría que lo legal
corrompiese la sociedad –y en eso algunos están empeñados-, aunque -por el
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contrario- también pudiera ocurrir que aquello que llega rápido y artificialmente
pudiera desaparecer con una pasmosa rapidez.
En cuarto lugar, los aspectos más esenciales son los que más
permanecen, sobre todo en España, que es el país de las grandes afirmaciones,
aunque el escepticismo y relativismo todo lo envuelvan por imbuir su
Constitución política fundamental, las leyes que la desarrollan, los Estatutos
autonómicos y los gobiernos municipales. Todo vale hasta –lógicamente- la
quiebra abierta de los derechos fundamentales de la persona.
La realidad va por otros caminos donde no caben el escepticismo ni el
relativismo; con ellos la sociedad se encuentra siempre y en el mejor de los casos
al borde de su descomposición. Este peligro permanente es imposible de obviar
sin la Gracia divina, que no existe allá donde no hay Fe.
De hecho existen realidades que el hombre identifica como principios
en los ámbitos natural y sobrenatural: existen en España -sin idealismos
filosóficos- y entre los españoles -sin sociologismos superficiales-. Es decir,
existen unas formas objetivas de ser y de hacer, además las formas propias de los
pueblos que conforman España en su indisoluble unidad temporal por mucho
que –es un ejemplo actual- se impulse la consulta secesionista en una Cataluña
españolísima de siempre. Un acto de voluntad no puede nada definitivo contra
una realidad configurada en el tiempo.
Puede afirmarse la fuerte impronta del catolicismo en España, hasta el
punto de que hoy día las élites de poder y la partitocracia, los cambios o rupturas
provocadas sin duda desde las oligarquías del poder que controla los medios de
comunicación y la política, no son suficientes para declarar la hipótesis católica
según el lenguaje de finales del siglo XIX, a pesar de los galopantes cambios o
empeoramiento ocurrido en España. Constatar esto último conlleva redescubrir
lo mucho bueno que existe y que, en realidad, sostiene nuestra sociedad, a pesar
del enorme cúmulo de despropósitos y desvíos actuales. Según encuestas del CIS,
lo que más valoran los españoles es la familia, a pesar del matrimonio civil, el
divorcio, las uniones homosexuales etc. Recientemente se ha dado un gran
impulso descristianizador para que España perdiese la huella cristiana que
quedaba en las instituciones públicas, impulso del socialista Rodríguez Zapatero
continuado por el liberal Rajoy, y expresado en la ceremonia de coronación de
don Felipe de Borbón y Grecia. Por lo que a ésta respecta, el 19-VI-2014, el
presidente del Congreso, don Jesús Posada, mostraba una Constitución de 1978,
abierta por el artículo 61, mientras don Felipe ponía la mano derecha sobre la
Carta Magna, y procedía al juramento, omitiendo el santo nombre de Dios, el
Crucifijo y la Biblia. Este es uno de los frutos escocidos de la Constitución
agnóstica (atea práctica) de 1978, aparecido mucho más por el cálculo de la élite
política que de la sociedad española y el Derecho positivo actual.
Quinto. Los actuales cambios o rupturas provocadas no logran ser todo
lo eficaces que se proponen porque, en España, la hipótesis (lo que de hecho es en
contra el deber ser moral y religioso) sólo adviene cuando de hecho la realidad
española deja de nutrirse del deber ser católico (el reto es simplemente que “se
nutra”), un deber ser que al ser exigido de alguna manera “marca” el ser humano
individual y social al margen del acto de voluntad del hombre, al que por otra
parte sostiene más allá de la repetitiva negación. Tal es el sustrato católico de
nuestro pueblo. Algunos desvíos son incluso la prueba a contrario, esto es, de
que se sigue profesando la religión católica y se es capaz de reclamar el
cumplimiento de esta necesidad nutricia y de recibirla. Precisamente lo que
deben hacer los españoles de bien es dar cumplimiento o satisfacción a dicha
36. Historia reciente de la Unidad Católica: un gran bien a conservar en España. XXV Jornadas… José Fermín Garralda. 2015
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necesidad y no conformarse con la dejación a la que de hecho se haya llegado.
Un conformarse tal sería vulnerar las exigencias de la realidad, y contrariarla
al modo como se hace en países de predominio laicista o arraigo protestante.
Una sexta observación. De movilizarse la población capaz de ser
movilizada, sin duda cambiaría el panorama sociopolítico. Por eso, la peor
situación es encontrarse a merced del partido laicista conservador dominante.
Con él, más que rescatar lo bueno, lo parcialmente perdido, se consolidan los
males raíces -la negación-, paralizando paulatinamente el cuerpo social,
prolongando los males e imposibilitando una sana reacción. De ello se deduce
que, más que disuadir, hay que urgir la movilización, iniciando la salida ad extra,
hacia las periferias como metafóricamente dice el Papa Francisco I. Desde luego,
para reconquistar lo mucho que se ha perdido, sobre todo es necesaria la Gracia
de Dios, una buena orientación doctrinal, mucho trabajo concreto y organizado,
no querer actual para sobre todo ganar, y una buena dosis de humildad. Que por
la criatura no quede, mientras ésta suplica a Dios con insistencia para que actúe y
le conceda Su ayuda.
Proponemos el “salto mortal” si decimos que muchos errores actuales
entre los católicos proceden de los errores “modernistas” que retoman el
pelagianismo y semipelagianismo antiguos, herejías que de una u otra manera se
proponen condicionar, limitar o desconfiar de la Gracia divina. Una forma de
evitar sus influjos es dar continuamente gracias a Dios, y no sólo porque es de
buen nacido ser agradecido. Es eso lo que debiera hacer toda agrupación de fieles,
para no condicionar la Gracia divina a sus trabajos temporales por esforzados que
sean -pues siervos inútiles son- aunque el buen Dios exija todos los esfuerzos y a
veces hasta el heroísmo.
Orador de la asociación Tradición-Familia y Propiedad,
coloquialmente llamados “covadongos”, que
asiste a las Jornadas de Zaragoza en 1993. Foto: JFG 1993
37. Historia reciente de la Unidad Católica: un gran bien a conservar en España. XXV Jornadas… José Fermín Garralda. 2015
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Por eso precisamente, las conclusiones de las Jornadas se proponen
“promover y mantener una campaña de oración para el restablecimiento de la
Unidad Católica de España” (C., 1991), una campaña de oración al Arcángel San
Miguel (C., 1992), sabiendo que el alma de todo es la oración (C., 1997). Y
después, como decía el general Emilio Mola Vidal en la guerra de África, según os
recuerda Manuel de Santa Cruz: “Los que queden, que sigan”.
* * *
2.4. Los temas de las Jornadas. Los temas -principios, formas y
aplicaciones- tratados en las XXV Jornadas, hoy no están de moda, pues
contradicen numerosos desvíos arraigados en el pueblo fiel y en la sociedad. Por
eso, y porque dichos temas exigen un alto nivel especulativo del que carece
nuestra sociedad, y un elevado compromiso práctico, y hasta fortaleza humana y
cristiana, este trabajo sobre lo dicho en las Jornadas sorprenderá a más de un
lector.
Los temas suponen una prolongada enumeración, y si en algunos de
ellos realizamos algún comentario personal, es porque seguramente los
jornadistas lo suscribirían. De cualquier manera, diferenciamos claramente los
temas de nuestra aportación.
Los temas son los siguientes: el protestantismo, las sectas (J., 1992) y
el Islam (2004). La filosofía, ideología y práctica del liberalismo, el laicismo y la
secularización (1993, 2009, 2010), el irenismo e ilegítimo pluralismo, así como el
sincretismo religioso. También son temas la creciente ambición del poder político
y económico en el mundo (1996), el mundialismo y la globalización ideológica, el
europeísmo (1999), el llamado pacifismo o negación de la legitimidad de la
violencia -sometida como tal a condiciones-, muy propio de aquellos que se
identifican como apátridas, decadentes, y amigos del pasotismo (2002). La
negación del derecho de guerra conduciría más fácilmente a la guerra (1995), lo
que se puede comprobar continuamente en las múltiples guerras que se están
desarrollando por una generación autosuficiente que se cree el ombligo del
mundo y que se niega a considerarse criatura. ¿No existe también un indomable
y generalizado espíritu de independencia y rebeldía que recuerda mucho más la
utopía que la realidad y sencillez individual y social, o bien la mutua ayuda que
necesita el ser humano?
Son contrarios a los grandes temas –Principios, aplicaciones y formas-
de las Jornadas, el actual apoliticismo de los católicos en general (J., 1994) que
resulta contradictorio en nuestro mundo que llaman democrático y soberano, así
como la errónea estrategia general de los obispos españoles (vid. artículo de
Javier Paredes en el diario digital “Ya”, 24-IV-2014) (8).
Continuemos. A los grandes temas de las Jornadas le es contrario el
internacionalismo revolucionario (1996). Lo es el mundialismo y los intentos de
gobierno mundial, generado éste por la negación del cristianismo, por los excesos
y desenfoques –errores- del nacionalismo, y por la corrupción de la política y de
los políticos del Estado liberal-socialista, por las crisis económicas provocadas y
por el control sobre la sociedad (1996) (9).
Sigamos. Son contrarios a los temas de las XXV Jornadas, el núcleo de
principios de la Constitución española de 1978 (2003, 2013), tan en quiebra de
los fundamentos y las leyes católicas y tradicionales. Lógicamente, la política de
los EE.UU. y los países de la vieja Europa también tienen sus fundamentos,
aunque sean considerados como tales el nihilismo y el contradictorio todo está
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permitido salvo no permitir. Claro está que para asimilar esta quiebra o ruptura
habría que ignorar y cambiar la memoria histórica de todo un pueblo (2007,
2011, 2012), lo que se empezó a llevar a cabo desde hace décadas e incluso, según
Mons. Zacarías Vizcarra (Rev. “Ecclesia”), en 1936, en el inicio mismo de la
última guerra en España, que Dios quiera nunca vuelva a repetirse.
También es contrario a las XXV Jornadas, el síndrome del franquismo
resaltado por don Ángel García (En España se ha puesto el sol, 1989), el irenismo
religioso en la sociedad, y la aconfesionalidad católica del Estado que se traslada
a la sociedad española.
Pues bien: ¿qué diremos a ellos? Diremos que si no era difícil y menos
imposible evitar estos síndromes, ocurre que no se quiso evitarlos. Se fue débil
hacia 1978 por el qué dirán, por pagar tributo a la comodidad, por el miedo
escénico e internacional y, sobre todo, por la expansión de ciertas ideologías
“progresistas” que reblandecieron o arruinaron la afirmación del bien y la
fortaleza cristianas. Si se hubiera cedido sólo a las posibles imposiciones de un tal
Kissinger –por ejemplo- se hubiera notado; no, ocurre que muchos clérigos se
hicieron liberales por debilidad propia o admiración hacia el pensamiento
centroeuropeo.
Dicho los temas anteriores con algún comentario, está claro que las
Jornadas no identificarían los contrarios señalados si no partiesen de unas
grandes afirmaciones en el ser y estar individual, familiar y sociopolítico de
España y los españoles. Por ejemplo –y aquí se recogen OTROS TEMAS de las
XXV Jornadas- son afirmaciones de los jornadistas las siguientes:
Afirmación en positivo de los jornadistas es reconocer la necesidad de
un inequívoco grado de unidad católica y búsqueda del bien común (J., 1989),
tan encomiada en su día –lo que muchos ignoran- por Juan XXIII y Pablo VI,
santo y beato respectivamente. En nuestros días se ha constatado que, sin esa
unidad religiosa en la religión católica –que es la única verdadera-, en España
sólo hay perjuicios contra el culto público católico en la sociedad y el Estado –el
poder civil-, avanzan las religiones falsas, los no católicos lanzan mil atrevidas
declaraciones sociopolíticas, se generaliza la “contestación” a la ley civil, aparecen
fisuras y vacíos legales, todo se complica en una sociedad igualitaria, resurge la
ingobernabilidad, la desigualdad ante la ley en clave de discriminación positiva y
negativa, la desobediencia a las autoridades elegidas por los mismos que
desobedecen (Peces Barba respecto a la “Educación para la Ciudadanía”, Arturo
Mas en relación con el referéndum secesionista en Cataluña y tantos otros…) y
ruptura de la unidad política de España. Súmese a ello, como producto de la
disgregación y del ídolo democrático (a todo hay que bajar la cabeza), la
paralización social y la expansión del anticlericalismo que campa por sus
respetos (10).
Sigamos con las afirmaciones realizadas en las Jornadas. Para los
jornadistas conviene sobremanera mantener la piedad católica popular,
abandonada y aún combatida por ciertos cristianos individualistas, puristas y
angelistas, o bien por intelectuales desarraigados. Para algún superficial habría
que suprimir todo aquello que protege al hombre aunque exprese con sencillez la
vida cristiana. Sobre la piedad popular es muy interesante el realista y pastoral
libro de Rosendo Álvarez Gastón –que fue obispo de Huelva- titulado La religión
del pueblo (Madrid, BAC, 1976, 242 pp.).
Afirmación es la recuperación lisa y llana de la confesionalidad católica
del poder político (J., 2009, 2010), entendida rectamente como en España
siempre se entendió, y mantener y extender las no pequeñas parcelas de lo que
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fue la Cristiandad (J., 1996). Lo es la Tradición o transmisión. Lo es el derecho a
la vida de todo “nasciturus”, el matrimonio como Dios manda, la familia y
reconocer el derecho inalienable de la educación de los padres y tutores también
en la escuela y otros centros educativos.
Afirmación es el amor, la permanencia y ser de la Patria que es España
(J., 2002); es el espíritu de Reconquista y sostener lo reconquistado (J., 2008,
2011); son las posibles alianzas con países católicos y cristianos como Polonia,
Irlanda, Hungría etc. y los de la siempre frondosa Hispanidad (J., 1998). Si bien
los países de la Hispanidad de Maeztu están siendo colonizados mentalmente por
la cultura protestante y anglosajona, sin embargo no pocas veces estos países
vuelven su mirada hacia España como queriendo descifrar en los gestos y pasos
de ésta un ademán clarificador dentro de la desorientación general en la que
están sumidas las patrias americanas, aunque seguramente que menos que la
desorientación de la madre patria.
Afirmación es la necesidad de la movilización seglar (J., 2005), la
confesión pública de la Fe (J., 2010), y la fortaleza y determinación de los
resistentes llamados a ser –ellos, sus hijos o nietos- vencedores con la ayuda de
Dios (J., 1991). Lo es la necesidad de entrar en la vida pública y política (J., 1994,
2000, 2001) y descubrir el por qué del error político, que además del liberalismo
generalizado supone el abuso del mal menor y el malminorismo (J., 2003).
Así mismo, afirmación es la legítima autonomía de la política llevada a
cabo por los católicos y sus gobernantes respecto algunas decisiones políticas
vaticanas y episcopales en la historia, autonomía extendida a la actitud de la
Santa Sede en algunos momentos concretos del acontecer de la Historia de
España (J., 2006).
Mientras los Jornadistas han negado legitimidad de un supuesto
totalitarismo que impusiera el bien y que todo lo controlase, han afirmado que el
hombre es sociable por naturaleza y que la vida social sólo tiene entidad y es justa
si ayuda al hombre a la consecución del bien y la virtud, es decir, la salvación
eterna. Nadie que obre o desee el bien vive en sociedad para que le pongan
notables trabas o dificultades para ello, mereciendo quien las pone ser
considerado como agresor.
Para los jornadistas los católicos e Iglesia docente no deben dejarse
amilanar por las modas, las categorías establecidas y los poderes existentes de
hecho. Mucho menos los clérigos deberán transmitir a los fieles –sobre todo por
los errores que encierra- la doctrina y ambiente cultural de la democracia liberal-
socialista. Si este ambiente “cultural” es el dominante se debe a que se ha
impuesto desde los Estados –las oligarquías- a la sociedad, y no al revés, sobre
todo en países católicos. Benedicto XVI ha denunciado con insistencia el
agnosticismo y relativismo cultural hoy dominantes, por lo mismo que siendo
Joseph Ratzinger (11).
Los jornadistas han tenido clara la necesidad de la propagación de la
Fe (J., 1997), ejercitar el recurso de acudir al Papa como recordatorio y petición
de apoyo cuando sea necesario (J., 2006), y la urgencia de mantener y recuperar
la memoria histórica de la sociedad española, sabiendo que nada se puede
construir si por cultivar la desmemoria se ejercita la violencia sobre las almas (J.,
2007, 2011, 2012).
Consideran que las afirmaciones anteriores no se basan en apriorismos
o el predominio de la dialéctica (el arte de vencer) sobre la verdad, sino en la
realidad de las cosas, es decir, en la verdad según se puede conocer. Realidad y
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verdad son lo sustentante y, por ello, en su pugilato con la negación, tienden a la
larga a ganar frente a sus contrarios y a cualquier tipo de tergiversaciones.
El dr. Don Rafael Gambra Ciudad en el uso de la palabra. De izda. a drcha. Don José Manuel Navarro
Arasti, presidente de la Unión Seglar San Fco. Javier de Navarra, don Julián Gil de Sagredo, presidente de las Jornadas,
y el Rvdo. Don José Ignacio Dallo organizador de éstas. Zaragoza 1993. Foto: JFG 1993
El dr. Don Rafael Gambra Ciudad en el uso de la palabra.
De izda. a drcha. el Rvdo. P. José María Alba Cereceda S. J., don Julián Gil de Sagredo y,
a la derecha, el valenciano don José Luis Aguirre Manglano. Zaragoza, 1992. Todos ellos
han fallecido al día de hoy y hoy los jornadistas les consideran como “sus mayores”. Foto: JFG 1992
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Don José Luis Fernández Ortiz de Valderrama, santanderino de la
Montaña junto a Ntra. Sra. de la Bien Aparecida, registrador de la
propiedad en Pamplona que fue acompañado de toda su familia
en las Jornadas de Zaragoza, mayo 1992, en su conferencia sobre
“el Liberalismo es pecado”. Foto: JFG 1992
Vista parcial del salón de conferencias del las Primeras Jornadas de
la Unidad Católica en Toledo 1989. En primer plano el autor de estas páginas.