Teodoro el loro se enoja porque alguien se comió su comida sin permiso. Cuando Teodoro se enoja camina de forma amenazante, pero luego se calma y muestra ser un loro educado que le gusta el pepino y bañarse al sol. Teodoro vive en una jaula pero también le gusta estar en el tendedero vigilando la ropa colgada, y él y el narrador son amigos del lector.