1. Diagnostico personal práctica docente
Enseñar es muchas cosas. El maestro es muchas personas. Enseñar es, a veces,
instruir, explicar, o relatar; sin embargo, muy poco puede ser “enseñado” en este
sentido.
Es muy frecuente encontrarse en los centros formadores de profesores y en la
vida cotidiana de la práctica docente, concepciones operativas que soportan
posiciones orientadoras de la actividad pedagógica formadora de maestros, así
como de la práctica académica y política de ellos mas que nada en lo que
concierne a sus relaciones con el grupo escolar. Es notorio el predominio de ideas
positivistas en estos procesos y en los fundamentos de la práctica educativa; son
las que configuran el perfil del maestro como depositario del saber que le otorga la
investidura de autoridad intelectual, política y moral. Desde la posición del
positivismo el maestro es el agente que la sociedad ha encargado de las
siguientes metas:
• Progreso intelectual y formación moral de los estudiantes.
• Socialización definitiva y formación de conciencia cívica de los niños y niñas.
• Transmisión del saber, valorado por la conciencia social como condición para el
progreso en la sociedad del individuo y la familia.
Desde el punto de vista personal diagnostico mi práctica docente como
innovadora y participativa, dado que siempre estoy implementando y proponiendo
en el aula de clases nuevas estrategias para conseguir mayor receptividad e
interacción en el proceso de enseñanza aprendizaje con mis estudiantes, además
generando siempre el espacio para la participación y retroalimentación de mis
educandos, motivándolos a que aprendan haciendo para generar entre todos un
aprendizaje significativo.