El documento discute la importancia de la medicina familiar en el sistema de salud chileno y las razones por las cuales no es una especialidad tan popular entre los estudiantes de medicina. Argumenta que durante el pregrado se enfatiza demasiado el enfoque técnico de otras especialidades en lugar de reconocer que todos los médicos deben adoptar un enfoque biopsicosocial e integral del paciente. También sugiere que organizaciones estudiantiles como IFMSA-Chile ayudan a los estudiantes a comprender que pueden aprender fuera del aula y desemp
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La medicina familiar, desde el pregrado, desde el estudiante
1. La medicina familiar: Desde el pregrado, desde el estudiante
La salud en Chile está viviendo grandes avances, y la población exige actualmente un sistema de salud mejor
articulado que sepa responder a las demandas. Los sistemas de salud que están mejor preparados para estos
desafíos son los sistemas donde la atención primaria en salud (APS) es la más fuerte, borrando el paradigma
actual de que lo que más necesita el país son especialistas. Si bien existe deficiencia de especialistas, la APS es la
que tiene la mejor oportunidad de mejorar el sistema de salud chileno. Es aquí donde una especialidad en
particularcobra importancia:lamedicinafamiliar.
El otro día, gracias a los comentarios de un amigo, me enteré que la sociedad chilena de medicina familiar había
cumplido 25 años desde su fundación en el país. Es un largo camino recorrido que sin embargo no ha logrado
posicionar a la medicina familiar frente a las “especialidades duras”, como medicina interna y sus
subespecialidades, o el vasto mundo de la cirugía. Actualmente la cantidad de médicos especializados en ella no
supera al 2% de los especialistas en Chile, lo que nos indica que lamentablemente la medicina familiar no goza
de la popularidadque alcanzan muchasotrasespecialidades.
Comprender la raíz de por qué los médicos egresadosescogen ciertas especialidades da para mucho más que un
artículo de esta extensión. Existe un claro factor económico en cuánto gana un médico trabajando en un
consultorio, en un hospital, o dentro del mismo, de trabajar en sala, en el quirófano o en la unidad de cuidados
intensivos (UCI). También existe el prestigio asociado a ciertas especialidades, donde, por ejemplo, neurología y
cardiologíaparecengozarde una distincióndistintaal restode lasespecialidadesmédicas.
Todas estas diferencias, sin embargo, no alcanzan a explicar las motivaciones del egresado al momento de
inclinarse en el ejercicio de la profesión y el enfoque que le dará a su vida durante el resto de su vida laboral,
desde ese momento donde decide a cuál beca postular hasta su jubilación definitiva. Es innegable el rol de la
formación universitaria que recibimos como estudiantes para definir qué especialidad queremos. La medicina
occidental obedece principalmente al conocimiento. Este mismo prestigio que poseen algunas especialidades
por sobre otras son ideas que se han inculcado en el estudiante, debido, muchas veces, a la dificultad de dicha
especialidad. La especialidad más “difícil” y “desafiante” es aquella que se lleva el mayor reconocimiento y
admiración,perosoloenunamiradatécnica,deshumanizada.
La medicina familiar no tiene nada de especialidad “fácil” si analizamos lo que implica. Es, finalmente, el médico
dedicado a la atención primaria, que puede tanto curar como prevenir patologías, que alcanza a percibir al
paciente como un ser integral, analizando sus patologías y su entorno para entender sus enfermedades y su
salud. Esta mirada biopsicosocial de la medicina familiar, sin embargo, no le pertenece exclusivamente a ésta, si
no que a toda la medicina, sin importar especialidad. El pregrado tiende a tocar la medicina familiar, sí, en
distintos cursos, aunque rara vez en las universidades chilenas como un ramo único. Sin embargo, el enfoque se
queda en la especialidad, se nos recalca lo distinto que es el médico de familia frente a las otras especialidades,
omitiendo que el médico familiar es el más preparado para APS y para mantener la visión integral del paciente,
peroesa tareanos pertenece atodosnosotrosdesde el minutoque somosmédicos.
2. El médico familiar no es el único encargado de realizar la labor humanitaria, y se nos enseña en cada año del
pregrado que es esta especialidad la que lidiará con el paciente en ámbitos más personales, y cuando pasamos a
la siguiente especialidad solo tocamos el aspecto científico de la medicina interna, de la traumatología, de la
cirugía. ¿No son acaso todos los especialistas capaces de reconocer al paciente como un ser humano, integrando
su contextoenlaatención?
Al parecer, no. Al parecer, observando como exploramos las distintas aristas de la medicina en las clases y
prácticas clínicas durante el pregrado, el mundo del paciente se relega a la medicina familiar, mientras otras
especialidades tienen objetivos meramente técnicos. Es un grave error que inicia junto con el pregrado y
arrastra grandes dificultades para las personas que buscan impulsar la medicina familiar en este país, y para el
sistemade salud,que actualmente necesitaaestosespecialistasde maneradesesperada.
Aumentar la atención que le dedica el pregrado a la medicina familiar es un objetivo deseable, pero no el único.
Aplaudo la iniciativa de las universidades que inculcan la importancia de la relación médico-paciente y la
humanización de la medicina, pero no debemos olvidar aplicar esto en cada una de las especialidades que
vengan una vez que ese ramo, esa sesión en particular, ha acabado. Si logramos eso, lograremos una mayor
conciencia en el médico egresado, quien apreciará más el enfoque biopsicosocial en la medicina, lo que quizás
logre el objetivo deseado por la sociedad chilena de medicina familiar de aumentar su cantidad de especialistas
enel país.
Personalmente, rara vez ha aumentado mi interés en la medicina familiar estando en la sala de clases. Las
posibilidades que me brinda cada día la Federación Internacional de Asociaciones de Estudiantes de Medicina de
Chile (IFMSA-Chile) me han inspirado a interesarme en esta área. Como asociación nos dedicamos día a día a la
prevención y promociónen salud, a cultivar en el estudiante de medicinala idea de que él tambiénes un agente
de cambio, que ya está preparado para educar y orientar al paciente dentro de sus capacidades, que podemos
aprender más allá del salón de clases, más allá del laboratorio, la rotación clínica y el libro; Existe el aprendizaje
en la calle, en los colegios, en jardines infantiles; Existe el aprendizaje entre nosotros mismos, como estudiantes,
cuando de nuestra voluntad surge aprender yexperimentar en una nueva área de la carrera.Al fin y al cabo, más
allá de cuál será nuestra especialidad una vez que egresemos (eso si decidimos perseguir una), todos quienes
logramos conocer IFMSA hemos entendido que el médico es más que un técnico hecho para tratar una
patología, podemos ser mucho más para nuestros pacientes y estamos llamados a cumplir con sus expectativas,
que se ven decepcionadas día a día con un médico frío, lejano, poco empático, insensible a la humanidad de la
persona en el box de atención. Al parecer, el médico que mejor ha comprendido esa expectativa es el médico de
familia,porloque actualmente lonecesitamosmásque nunca.
Matías Yáñez Valdivia
Estudiante de Medicina
Universidad Diego Portales
Secretario General de IFMSA-Chile