El documento habla sobre la introducción de un euro digital por parte del Banco Central Europeo. Explica que un euro digital sería un pasivo directo del BCE, lo que lo haría más seguro que los depósitos bancarios privados que pueden desaparecer si un banco quiebra. El BCE abrió una consulta pública sobre un euro digital y pronto tomará una decisión sobre su creación e introducción. Un euro digital proporcionaría a los ciudadanos acceso a un medio de pago digital seguro, gratuito y aceptado en toda la zona euro.
1. LA NUEVA ERA DEL DINERO DEL BANCO CENTRAL EUROPEO.
Manfred Nolte
La digitalización se ha extendido a todos los rincones de nuestras vidas y ha
afectado también a la forma de hacer nuestros pagos. Perono siempre ha sido así.
Tan solo 25 años atrás, el cheque, la transferencia, la letra oel pagaré, y en menor
medida el crédito documentario eran medios de pagos que circulaban a millones
por el sistema bancario como lo hacen los hematíes por el sanguíneo. La mayoría
de estas modalidades por medio de las cuales acreedores y deudores saldaban sus
respectivasposiciones, sehallan hoy obsoletas y caducas y pocos onadie las echan
en falta.
Millones de ciudadanos hacen uso en la actualidad de la tarjeta de crédito o sus
derivados más sofisticados instalados en un teléfono inteligente o incluso en un
reloj de pulsera. Otros cientos de millares están habituados a realizar pagos desde
su ordenador accediendo a su cuenta bancaria o mediante sencillas aplicaciones
aptas para cantidades modestas. Todos ellos pertenecen a la categoría de los
pagos digitales. Finalmente, todo el mundo recurre al dinero con representación
facial, estoes a los billetes y a la calderilla, para saldar cantidades menores, como
la compra de un libro o el pago de un café. Para los que carecen de un
conocimiento digital mínimo, el efectivo representa la forma exclusiva de su
operatoria financiera.
Vaya por delante que las autoridades monetarias subrayan una y otra vez, que el
efectivo en manos del público no habrá de desaparecer jamás, por mucho que
surjan en el escenario financiera otras formas más sofisticadas de constituir un
medio de curso legal de pago. Solo el regulador dispondrá qué instrumento
2. tendrá el carácter de ‘moneda de curso legal’, un rango exclusivo y excluyente, ya
que solo quien lo ostente podrá invocarlo para la redención de las deudas, de
modo que, le guste o no, el acreedor estará obligado por ley a aceptarlo como
título para la redención y saldo de las deudas.
Para entender lo que luego sigue es necesario recordar en este momento que el
dinero -nonos referimos ahora a los medios de pago, sino directamente al dinero-
solamente está constituido por el efectivo en circulación -billetes y moneda
fraccionaria- y por los depósitos a la vista que particulares y empresas abren y
mantienen en las entidades de crédito. Y de ello surge una reflexión que nos
guiará hasta el término de la presente columna. Y es que el medio de pago más
seguro, ya que constituye un pasivo directo de los Bancos Centrales que los
acuñan, es el efectivo, aquello que coloquialmente denominamos ‘cash’. El otro
constituyente del dinero, las cuentas corrientes que los ciudadanos tenemos en
los Bancos, son pasivos deesos bancos, que son instituciones privadasy que como
tales pueden quebrar, erosionando o incluso haciendo desaparecer el monto de
dinero que en ellos teníamos depositado. Da igual que usemos de nuestros saldos
bancarios con arcaicos medios de pago analógicos o con los más exquisitos de los
medios digitales. Siempre giran sobre un pasivo privado, el de los bancos
privados que lo custodian.
Aquí entra el concepto que da titulo a esta columna: una moneda digital
centralizada en los libros del Banco emisor. En el caso que nos ocupa, un euro
digital, pasivo del Banco Central que centralice el contacto y el flujo dinerario
directamente con el sector privado -particulares, empresas e Instituciones- como
alternativa al ofrecido por los Bancos privados. La nueva encarnación del dinero:
el ‘bcecoin’.
No hablamos de ciencia ficción. El Eurosistema, estoes, el Banco Central Europeo
(BCE) y los bancos centrales de los 19 países que constituyen la Eurozona,
abrieron el pasado 12 de octubre una consulta pública sobre la cuestión del
llamado ‘euro digital’. La encuesta perseguía establecer un contacto directo con
los particulares, las universidades, la banca y la clase política, para obtener
información y valorar en detalle las necesidades, pros, contras y retos que se
derivarían de la eventual creación y emisión de un euro digital. La evaluación se
ha cerrado, y en los próximos meses, el BCE tomará la decisión de iniciar la
creación e introducción del euro digital. En última instancia, es de suponer, que
tendrá que traducirse en un depósito en el Instituto emisor y la disposición de
algún instrumento para utilizar sus fondos en el tráfico de compraventas de la
vida diaria mercantil.
Entiendo que es una excelente noticia para los particulares y una no tan buena
para el sector bancario. Para los primeros aumenta la seguridad de su depósito,
mientras que para los segundos se abre una incógnita sobre su supervivencia a
largo plazo, aunque puedan actuar de intermediarios entre el BCE y sus clientes.
Un euro digital haría que el dinero digital del banco central fuera accesible para
todos. Proporcionaría acceso a un medio de pago digital sencillo, gratuito, sin
riesgos, anónimo y fiable que se aceptaría en toda la zona del euro. Un sistema de
pagos electrónico, minorista, instantáneo y paneuropeo con cuentas directas o
indirectas en el BCE y sujeto a las normas básicas de transparencia bancaria.
3. No hay decisión firme al respecto, pero las posibilidades de que el euro digital
baje de las musas al teatro son presuntamente bastante altas.