La vía subcutánea se utiliza para administrar medicamentos y líquidos a través de una aguja o catéter insertado en el tejido subcutáneo cuando no es posible usar otras vías como la oral. Proporciona una absorción lenta y constante de fármacos que permite un mejor control de síntomas como dolor, náuseas y disnea. La técnica es poco agresiva y permite al paciente recibir cuidados en su domicilio con autonomía y calidad de vida.