Reconocimiento del antígeno (epítopo) y enfermedades autoinmunes: Diabetes tipo 1

1. Reconocimiento del Antígeno (Epítopo) y Enfermedades Autoinmunes:
Diabetes tipo 1 o insulinodependiente
Antigen Recognition (Epitope) and Autoimmune Diseases: Type 1 or
Insulin-dependent Diabetes
Melanie Dayanara Quiroz Cunalata, Estudiante de Medicina.
Universidad Técnica de Manabí, Facultad de Ciencias de la Salud.
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RESUMEN
La respuesta inmune del organismo es causada por la interacción del antígeno con un
anticuerpo secretado o con un receptor específico (Parham, 2015). Esta interacción, que es un
disparador sin precedentes, permite que el cuerpo reaccione y se prepare para combatir la
sustancia extraña o que se ha reconocido como ajena en su entrada al cuerpo. Cada antígeno
contiene una parte o fracción mínima llamada gen determinante antigénico o simplemente
epítopo (Sirera Pérez, 2016). La alteración de este reconocimiento se puede expresar en
forma de ciertas enfermedades, como las enfermedades autoinmunes (González & Rivera,
2017), la diabetes tipo 1 es un ejemplo.
Palabras clave: Epítopo, respuesta inmune, alteración, antígeno, enfermedades autoinmunes,
diabetes.
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SUMMARY
The immune response of the organism is caused by the interaction of the antigen with a
secreted antibody or by a specific receptor. This interaction, which is an unprecedented
trigger, allows the body to react and prepare itself to combat the foreign substance or
recognized as foreign in its entry into the body. Each antigen consists of a minimal part or
fraction called the antigenic determinant gene or simply epitope. The alteration of this
recognition can be expressed in the form of certain diseases, such as autoimmune diseases,
type 1 diabetes is an example.
Key words: Epitope, immune response, alteration, antigen, autoimmune diseases, diabetes
INTRODUCCIÓN
A diferencia de otras especies los vertebrados poseen en su sistema inmune un elemento
celular clave para la respuesta inmunitaria, el linfocito (Rivera, 1999). Cuya cualidad
principal es la de reconocer antígenos específicos gracias a proteínas de superficie celular que

2. llevan a cabo dicha acción (Roitt et al., 2008). La parte específica que el sistema inmune
reconoce en un antígeno es el epítopo y tanto el linfocito T o B poseen mecanismos para
unirse de forma complementaria a pequeña región del antígeno (Camacho, 2011).
La alteración que tendría lugar pues si este proceso de reconocimiento del epítopo, y por
ende del antígeno, se viera alterado pudiera traer consigo diversas situaciones, dos situaciones
destacables serían: una ausencia de reacción por parte del sistema inmune debido a la
incapacidad de reconocimiento o bien el ataque de este a células propias debido a que se
reconocen como desconocidas (Bertha & Robledo, 2009). Estas últimas son las denominadas
enfermedades autoinmunes.
DESARROLLO
Cuando existe autoinmunidad, el organismo utiliza sus mecanismos inmunológicos contra
tejidos propios, lo que trae consigo la aparición de una enfermedad autoinmune. La existencia
de inmunoglobulinas o anticuerpos en los procesos autoinmunes nos lleva a recordar que la
aparición de estos es la consecuencia, la respuesta, a un estímulo antigénico (Salvaggio &
Murillo, 1969). Por lo que en el caso de una enfermedad inmune la respuesta se debe a un
autoantígeno, un tejido del organismo que por algún factor o alteración en el proceso de
reconocimiento se lo desconoce como propio.
La alteración de este mecanismo de reconocimiento se consideraría pues como razón del
fenómeno de autoinmunidad pero se desconocería aún el motivo que da lugar dicha
alteración. Las posibilidades pueden incluir que: el “antígeno” no existía en el periodo de
madurez inmunológico por lo que posteriormente se desconoce como propio; puede deberse a
la rotura de barreras entre el aparato inmune y el antígeno, debido a esta barrera el antígeno
no se pudo reconocer en la vida fetal; si un tejido que se reconocía como propio sufre
cambios secundarios a drogas, virus o residuos bacterianos el organismo lo considera
antígeno; los tejidos pueden tener antígenos comunes a ciertos agentes infecciosos.
Sea cual sea el mecanismo para que se produzca el proceso autoinmune deben cumplirse
dos condiciones esenciales: que el sistema inmune pueda acceder al antígeno y que este
antígeno persista, lo que le asignaría la cualidad crónica y recidivante característica de estos
procesos. La diabetes insulinodependiente es una enfermedad crónica (MedilinePlus, 2018)

3. que se debe a un trastorno autoinmune donde el páncreas de la persona no es capaz de
producir insulina suficiente, hormona necesaria para controlar el nivel de glucosa en la
sangre. Ocurre con más frecuencia en niños, adolescentes y adultos jóvenes (Endocrine
Society, 2018).
Esta condición se caracteriza por el ataque y destrucción por parte del sistema inmunitario
de las células beta productoras de insulina en el páncreas (Gómez, 2007), desde el enfoque
inmunológico es relevante la existencia de autoanticuerpos contra epítopos pancreáticos
como anticuerpos anti-insulina (Arroyo et al., 2014), constituyendo un indicador de
predicción de riesgo de desarrollar o presentar diabetes mellitus tipo 1.
CONSIDERACIONES FINALES
Para la búsqueda de soluciones viables para las enfermedades autoinmunes conocer a la
perfección el mecanismo de reconocimiento del antígeno por parte de los linfocitos T y B es
indispensable puesto a la luz que arroja en la comprensión de este tipo de respuestas inmunes
específicas y también por sus aplicaciones en la medicina. Y si bien se considera que la
totalidad de una molécula antigénica es capaz de originar una respuesta inmune (Aunque,
Niels, & Jerne, n.d.), es decir actúa como inmunógeno, en concreto solo se reconocen algunos
epítopos dominantes capaz de generar la respuesta inmune.
La diabetes mellitus tipo 1 es una enfermedad autoinmune (Sabogal et al., 2014) que en la
actualidad presenta avances en su tratamiento terapéutico centrado en el trasplante de islotes
pancreáticos; incluyendo terapia de inmunosupresión, preparación de islotes de gran calidad,
recepción de tejido de diversos donantes y su selección cuidadosa. Este método terapéutico
disminuiría la sobrecarga en el joven y su familia (Gómez-Rico, Pérez-Marín, & Montoya-
Castilla, 2015) haciendo modificaciones en aspectos en su estilo de vida que antes eran
necesarios para cumplir con el tratamiento.
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